Un día mas
Por: Salvador Castro Iglesias
Correo electrónico: salcasis@yahoo.com.mx
Un día más, recluido en casa, contando los días que siguen a la espera de que termine esta cuarentena obligada, forzada, restringida por un pequeño ser llamado coronavirus, mientras unos cuantos salen a la calle en busca de un sustento para sus hijos y familias, con el susto y el corazón en la mano pidiendo no ser ellos los próximos caídos.
Un día más, en que el encierro es una cárcel obligada por las circunstancias, pensado que pronto, tal vez muy pronto pueda incorporarme a una sociedad golpeada, lastimada, recluida.
No deja de sorprenderme leer en redes sociales a personas que todavía piensan “a mi no me pasará nada”, haré un experimento social e iré en andrajos, descalzo y sin protección alguna a un hospital, ahí podré comprobar si es cierto que las medidas sanitarias aplican o no, faltaba más.
Ofensivo en gran parte ese acto, de un sujeto que burlonamente se enfrenta a una realidad innegable, retando a la suerte para demostrar ¿Qué?, ¿acaso en su mente podrida solo el es ungido por la Diosa fortuna y nada le pasará?, ¿el raiting efímero de la fama será lo suficientemente para convertirlo en héroe por desafiar a todo y a todos?.
Así como ese chico envalentonado por obra de quien sabe que, todavía hay muchos y muchas personas que siguen viviendo sus vidas como si aquí no pasara nada, ¿Qué ya han muerto más de 10 personas en el Estado por el coronavirus?, lástima Margarito, ya les tocaba pero a mi no, eso si que no, a mi no.
Ahí van por las calles de nuestra Ciudad sin tapabocas, sin protección alguna a sus compras, por sus chelas, por nada, muchas veces solo a ver que ondas, a ver con sus propios ojitos si es cierto que la Ciudad esta sola o solo es un invento del Gobernador y de las Autoridades de Salud Pública.
De nada sirven los mensajes reiterativos de “Por favor no salgan de casa”, la nueva ordenanza dictada por el Gobernador de multas y cárcel a quienes desacaten tal mandato, que coman churro, al cabo que ni es cierto eso del coronavirus.
Todavía y a pesar de todo se alzan voces de algunos pelmazos aludiendo a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en la que se establece la libertad de tránsito para todos, o sea que entonces el Gobernador está violando flagrantemente mis derechos.
Claro, esas voces son valientes desde la comodidad de sus casitas, hasta hoy no se que ninguno de ellos hayan ido al IMSS o al ISSTE para comprar y darles un vistazo a los muertitos ni tampoco que en sus sacrosantas familias ya se haya instalado el virus en alguno de sus queridos familiares, sus hijos, esposa o demás amados integrantes.
Políticas y formas de ver la vida ramplonas, temerarias y en franco desacato a las Autoridades, invitando a que salgamos a la calle, al cabo que de casi 800,000 habitantes solo 10 o 12 hayan muerto no es nada, además ni los conozco.
Expertos en criticar cualquier medida adoptada por las Autoridades locales, piensan solo en repetir consignas, ofenderlos, defenestrarlos, solo por el hecho de no ser MORENOS, solo porque no comulgan con sus ideas y su decepcionante forma de actuar.
No pasa nada aunque pase, así pensaban los Alemanes al inicio de la 2da. Guerra mundial, azuzados por Goebels, y su teoría de “repite mil veces una mentira y esta terminará por ser verdad”, incitan, ofenden, calumnian todos los días, dale que dale contra todo lo establecido sin importarles las medidas tomadas para bien de todos los Sudcalifornianos en tiempos de pandemia.
Un día más, leyendo a Víctor Octavio García, Manuel Cadena, a Edmundo Lizardi y a otros pensadores Sudcas, que invitan a la mesura, al diálogo, a los acuerdos entre políticos, pidiendo que ya dejen de incentivar el odio y la división, el racismo y la separación, sean o no nativos, oriundos y con arraigo, todos ellos fueron recibidos como mi familia en su tiempo por esta tierra sedienta de manos que trabajen, que la hagan prosperar, que la integre y que solo pide lo hagan bien, que hagan su trabajo para el cual se les paga y dejen de lado sus mezquinos intereses.
Si señor, esta condenada pandemia ha logrado sacar lo bueno y lo malo de muchos que vivimos en BCS. Manos que se extienden para llevar el pan a quienes no tienen, Médicos(as) que día con día se la juegan por los afectados, sin descanso y algunas veces sin que nadie les reconozca su labor.
Ha sacado lo malo de esas mentes podridas y obtusas que creen tener la razón, que piensan que repitiendo como loros consignas añejas y desvirtuadas serán mas famosos, que solo buscan causar temor y son agoreros del mal porque nunca fueron escuchados y hoy tienen el malsano poder para hacerlo a través de las benditas redes sociales.
Esta pandemia nos debe dejar mucha experiencia, aprendizaje y el dolor suficiente para entender que solo somos una pequeñísima parte de este gran universo que nos rodea, para muestra este pequeño ser vivo que ya ha puesto en jaque a toda una humanidad y que de nos ser controlado hará nuestra existencia muy miserable.
Nos debe dejar también el conocimiento que dividir nunca será bueno para una sociedad, que no existen los chairos ni fifís ante una pandemia, que a cualquiera nos puede tocar la muerte sin importar que tan importantes seamos o que tantos bienes materiales tengamos.
No alentemos mas las brasas de la desunión, de la miseria colectiva, de la locura, digamos no a quienes en actos totalmente descabellados anden por las calles diciendo “no pasa nada”, a quienes creen que a ellos no, a ellos no les pasará nada porque es mentira lo que dicen que dijeron, hasta que la realidad si les toque.
Nos leemos más adelante…