En la opinión de Alfredo
• Magistrado Presidente: De entrada buena impresión.
• Un secretario que no flota.
• Con excepciones algunos deben seguir el ejemplo.
• Herencia del hombre de Jiquilpan.
Alfredo González González.
En un encuentro formal con los medios de comunicación me enteré por dos buenos compañeros de la impresión que les había causado el Lic. Daniel Gallo Rodríguez.
Esto ante la imposibilidad están físicamente presente, pero gracias a la profesionalidad de la información que me proporcionaron se trata del perfil de un funcionario quien pensó llegado el momento de tirar a los puentes del cambio de impresiones que dicho sea de paso causó sorpresa, pues el diálogo es el mejor sendero para conocerse unos y otros en fin, Daniel Gallo y Magistrados tendrán mucho que ver en la impartición ágil y expedita de la justicia y consecuentemente esto será una de las piedras angulares para concebir con firmeza el Estado de Derecho.
Por otro lado y por una segunda coincidencia tuve un encuentro con esos dados de las incidencias con Isidro Jordán Moyrón al ir transitando hacia una de las filiales de la Secretaría a su cargo.
No oculté mi beneplácito cuando al observarme la fatiga que tenía mi rostro me invitó a tomar un vaso de agua fresca en su oficina una sencillez que me rebasó junto con la vertical del hombre que hace entrar en confianza. Acepté gustoso y sirvió para observar algunas situaciones. Hablaba, revisaba papeles, se ponía de pie para atender a dos o tres gentes hasta la sala de espera dándome la impresión precisa que se trata de una persona que arregla los asuntos sobre la marcha. Así deben ser todos.
Podríamos citar algunos casos de personajes arrinconados que para verlos hay que franquear hasta seis aduanas de otros tantos cancerberos. En tanto un secretario particular que me atendía en una charla amena cuando el secretario Jordán tenía que dejar el área para atender gentes que venían fuera de la ciudad.
¿Costará mucho, pedir esta conducta que más que Política es sencillamente humana y que automáticamente se convierte en Política ponderada? Además la pregunta sobre esa forma de ser la advirtió el joven funcionario y me ganó el jalón: Son instrucciones del señor gobernador. Un solo gesto, un apapacho de respeto suele ser cuando son de afecto, la magia para aliviar a quien va en busca de la solución a sus males, un ramillete de damas que son un dulce y que están atentos al vaso de agua, a la golosina, etc. Y esto solamente lo hace un hombre que no es petulante y que conoce de las estrecheces de nuestra gente.
Salvo honrosas excepciones sobre el tema anterior, algunos y algunas no deben permitir que se les esponje el trasero. La gente valora la sencillez y la humildad, más vale que no me pidan nombres. El pueblo tiene su sabiduría, no gusta de aquellos que están en el rincón de la oficina y para llegar hasta ellos se sortea un montón de burocracia chocante creyendo que son mejores que los demás.
Concluí con todo lo anterior con la conducta del hombre de Jiquilpan, que al salir de giras, una cauda de funcionarios que no ataban ni desataban, se apuntaban. En una ocasión, por la región michoacana, el hombre con cara de niño y ojos color jade se encontró en cuclillas y en círculos calentando los tacos.
Cárdenas pasaba de una mano a otra el modesto alimento a base de nopal o de flor de calabaza. Escuchaba con respeto los abusos, los engaños, la rapiña de que eran objeto. ¿Señor presidente, usted comiendo y en esa posición con esta gente? La voz del tata se dejó escuchar y se adornó con las praderas de Janitzio: ¡Si, cabrón! Porque lambiscones como tú no me hacen llegar los problemas en su crudeza. Cuando los tengo en el escritorio no me dicen la realidad.
Finalmente el día de mañana martes el legislador Alejandro Blanco Hernández, haciendo cabeza con la comisión permanente que la integran Rosa Delia Cota Montaño y Camilo Torres, abrirán los trabajos en el salón Armando Aguilar Paniagua para continuar atentos a los trabajos parlamentarios de dicha comisión. Dios mediante por ahí estaremos.