ECO PENINSULAR
• Licona: Un esfuerzo que fructifica.
• Como las varas del trigo, amigo.
• Es bueno el no elitismo en el Congreso.
• Hasta enero del 2018, Dios mediante.
Alfredo González González.
Nos congratulamos cuando una persona, hombre o mujer, por su denodado esfuerzo y su persistencia obtenga algún premio a ese febril deseo de buscar y obtener la coronación de sus éxitos.
Es el fruto de seguir adelante, de no ceder en la empresa lo ha logrado José Luis Licona. Día tras día, amanecer tras amanecer, inquietud tras inquietud han florecido por la cultura de su empuje, de su insistencia. Lo anterior hizo que se redujeran los elitismos. No es la corbata, ni tampoco el resto de la vestimenta de tiendas departamentales lo que hacen al ser humano.
Señala constantemente que la ropa limpia y zurcida pone finalmente el sentido de las cosas en su lugar y el cerebro cultivado dan el valor de decir las cosas con respeto señalando la actitud del ser humano. Licona jugó y jugó limpio, ganando en buena ley, sin descalificaciones o subestimaciones que nadie toma en cuenta.
Gana el lugar que justamente le corresponde, pero a la vez refleja en el caso Licona, la no existencia de elitismos o la influencia en quienes califican de inclinaciones parciales.
Es de los de nosotros, viene orgullosamente desde abajo y asciende con la frente en alto y da a su familia el orgullo de ser el mejor en este certamen donde se evaluó el esfuerzo para encontrar las soluciones a los retos. José Ingenieros, el filósofo del idealismo expresa en un fragmento de “El Hombre Mediocre”, su concepción de lo que debería ser el ser humano. Acota en una parte de su libro: “El hombre debe ser como las varas del trigo, ante la fuerza del huracán pueden doblarse, pero no se quiebran. Pasando el temporal el trigo recobra su posición original” (sic).
De los consejos de mi señora madre nunca olvidé uno: En el transcurso de la vida, el ser humano puede caerse, pero ese no es el problema, porque el ser humano puede levantarse, reafirmando su voluntad de vivir, de trabajar, de practicar la fraternidad.
Pobres aquellos por su moral hecha añicos, porque queda en el suelo la existencia, son esos mismos los de espalda de plastilina y la inveterada costumbre de que todo lo fácil es lo mejor. Como las varas del trigo, Licona, como las varas del trigo, porque así te has ganado el respeto de tus amigos y compañeros. También con Licona, el Congreso del Estado da una lectura que armoniza a la gente barata que desde luego existen las excepciones, pues habiendo entes vacíos por dentro, salvo a esas excepciones, no se dan cuenta que están ene l suelo y están rodando hasta el desfiladero.
Finalmente, antes de cerrar el articulo de 2017, queremos dar las gracias a nuestros amigos que forman la dupla Piñuelas-Valencia, por sus atenciones. No recuerdo si son alrededor de 15 años o más, que he estado entre las páginas de este su periódico peninsular.
Desde luego que no soy el mejor, pero tampoco me indigesto con la mediocridad. He aprendido de todos. He respetado puntos de vista de los demás, aunque alguno no comparta, pero en esos diferendos, se puede encontrar la coincidencia y en esa coincidencia es la fortaleza de la libertad de expresión con las restricciones marcadas por la norma constitucional del respeto a la vida privada y a la paz pública.
A todos, absolutamente a todos, a tirios o troyanos el abrazo navideño y que Dios los proteja y un nuevo año 2018, cargado de ensueños donde no perdamos ni la fe ni la esperanza.
Esa fe y esa esperanza que precisamente el niño nacido en un pesebre según la tradición un 24 de diciembre, lo trasmitió siendo un adulto a los abuelos de nuestros abuelos, esa a la que nos aferramos con fe con entereza, pensando siempre que cada año que se inicia será mejor que el que concluye.