ECO PENINSULAR
• Los Idus de Marzo.
• El vencedor vencido.
• Es el efecto del destino fatal.
• ¡Cuidado con el tercer mes del almanaque!
Alfredo González González.
Ya entronizado, emperador de la Roma imperial, los cercanos a Julio César, con susurros que iban con el vaivén de la fatalidad, solían decirle: Cuidado con los idus de marzo. Surge la expresión como una seria advertencia de la fatalidad.
Era una especie de oráculo y la mano daba la puñalada a la bondad, pero generalmente se aplicaba a quienes habían interpretado la fuerza de las bestias. Julio César, conquistador de Galias (Francia) había conquistado lagos y riquezas para su imperio.
Sin embargo tenía sobre sus espaldas, el crimen de otro distinguido romano llamado Pompeyo. Llegado el mes de marzo la frase estremecía: ¡Cuidado con los idus de marzo! Una noche, se convocó a una reunión al senado, al ir subiendo las escalinatas un grupo de encapuchados se le abalanzó y prácticamente lo cosió a puñaladas. Agónico el guerrero antes de recibir la puñada, tuvo fuerzas de expresar: ¿Tú también Brutus? Lo dramático era que Brutus, era hijo adoptivo del conquistador.
Recordé la expresión cuando Luis Donaldo Colosio, cayó en las Lomas Taurinas de Tijuana. ¿En Política preguntaríamos cuantas traiciones existen? ¿Cuántos Brutus deambulan esperando a se les contrate para dar la puñalada?
Lamentablemente se recibe el golpe de la traición antes de morir y se percata como en una película que los traidores a veces están demasiado cerca. ¿Ejemplos? Madero, Hidalgo, Villa, Zapata, Colosio y un sinfín de ejemplos como Nasser que fue acribillado por sus propias tropas pasando revista o bien Gandhi que fue asesinado por su guardia personal. ¿Cuántos vencedores finalmente quedaron besando el suelo? Son incontables en el mundo. Quedando en la boca el sabor amargo porque donde menos se espera llega el dardo de la cobardía, esa lanza que lleva el mensaje de la tragedia de quienes producen impotencia de enfrentar lo que consideran no conveniente a la Comunidad.
Esa misma impotencia originada por no poder ante la fuerza que los avasalla y para remediar esa impotencia. ¡Cuidado con los idus de marzo!
Por ello hemos insistido que en el proceso electoral pensemos con el cerebro y no con las vísceras, que se auspicien los mejores propósitos para que haya un evento que nos sienta sentir orgullosos de ser mexicanos. ¡Cuidado con los idus de marzo! la civilidad y el celo cívico de lo que nos jugamos, debe elevarnos sobre odios y empecemos a reconstruir un país que requiere de sus mejores hijos.
Así es que, ¡Cuidado con los idus de marzo!
Están por allá agazapados, buscando los resquicios de los afanes de abocados de poder, de riqueza, cuando se le buscan tres pies al gato sabiendo que tiene 4. Hay quienes son tienen los ideales de la honestidad.
Hay quienes no contemplan que el proyecto de la nación es saludable para que todos los habitantes en un ambiente de cordialidad deben intentarlo. Solo así el susurro que lleva un mensaje tétrico, ¡cuidado con los idus de marzo! se pueda disolver y fortalezcamos a una patria ejemplo de sus procesos históricos.