ECO PENINSULAR
• -+Las huellas de un gobernador. • Alberto Alvarado Aramburo: Un hombre de oficio político.• Humorista y respetuoso. • Me dijo un ciudadano: “Un año más sin Alberto”.
Alfredo González González.
Los hombres que dejan huella se les recuerda con respeto. Más cuando le ha dedicado toda su vida al apasionante campo de servir a los demás.
Alberto Andrés Alvarado Aramburo, fue un hombre especial. Era como una esponja que al irritarse, absorbía todo y solo se iba enfriando. Su personalidad irradiaba simpatía y comprensión. Hace algunos años llegó a mi domicilio Marcos Covarrubias ya como gobernador.
En el transcurso de la conversación me preguntó, que si Ángel César y Alberto, 2 ex gobernantes, habían sido tan buenos para hacerlo y agregaban a la interrogante cuál había sido mejor. Le repetí, los dos. Uno era abrupto pero noble, y lucía con orgullo el sentirse sudcaliforniano. El otro, Ángel César Mendoza Aramburo, también con la diferencia de que era tranquilo, pero no menos enérgico y gobernaba como establece el aforismo latino, suavidad en la forma y firmeza en el fondo. Estas dos personalidades compactaban aquella expresión que dice: Firmeza y luz, luz y firmeza como el cristal de roca.
El próximo viernes, muere asesinado Alberto en la ciudad de México, era un 14 de febrero irónicamente al conmemorarse el día del amor y la amistad. Muere violentamente un hombre que prodigó amistad, amor para su familia y comprensión para los humildes. Lo recuerdo con afecto y nos hizo el honor de convertirse en padre espiritual de Alfredo mi hijo al llevarlo a la pila bautismal.
Sudcaliforniano apasionado y preocupado por la limitante de nuestro desarrollo que sigue siendo el agua. Puso en marcha el plan hidráulico estatal. Los antecedentes son las pequeñas obras de irrigación que se realizaron en el periodo del gobernador oriundo y civil electo por plebiscito del periodo de 1920 a 1924. Después vendría a los años el general Juan Domínguez Cota que construyó algunas presas, lo sucedió años después también, Félix Agramont Cota que llevó a cabo de la obra importante de la presa de Santa Inés y actualmente se está planificando la nueva obra que lleva el nombre de Proyecto “Gran Visión”.
El próximo viernes 14 se cumple un año más, de que un grupo de maleantes llamados “Los Rolex” asesinaron a nuestro personaje que puso al servicio la fecundidad de un programa que vendría a mitigar un problema de siglos. Se le recuerda como un buen gobernante.
En la inauguración vino el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado y le satisfizo que la sociedad nuestra y el gobernante caminaran de la mano y ahí expresó: “Alberto Alvarado es un hombre de oficio político”.
En la anécdota más señalada que puedo contar, fue cuando comisionó a un servidor director de la emisora cultural, pues se trataba de la exhumación de los restos de un hombre a quien admiraba llamado, Ildefonso Cipriano Green Ceseña, quien dicho sea de paso, iba a ser rehinumado en la rotonda de los sudcalifornianos ilustres de la capital del Estado. Jamás olvidaré cuando inicié el relato porque era escoltado por elementos del 14 batallón de infantería, una banda de guerra militar, y unos representando a sus leales soldados a los que llamó “Cazadores de California”. Vallas desde el altiplano hasta ascender al monumento a la bandera llamado el cerro del timbre.
Al llegar a San José del Cabo, para hacer los honores correspondientes se describía la Ruta de la Patria, así fue en Miraflores, Santiago, en la Y de los barriles, San Bartolo, San Antonio, el Triunfo, San Pedro y finalmente La Paz. Se me entregó un comunicado por parte del ejecutivo estatal, donde se me hacía saber que me requería lo más pronto posible en esta capital.
Me dijo: Te felicito a ti y a tu técnico, nuestro inolvidable Jaime Murillo Torres, ya mañana platicaremos, te espero a desayunar. Me disponía a dejar la emisora, cuando me llamó de nuevo: En el párrafo que expresaste de que don Ildefonso había sido contemporáneo de Márquez de León agregaste: Que fue otro sudcaliforniano destacado, que arrojó de las costas peninsulares al bucanero político William Walker. Nomás quiero que me digas si ese William era etiqueta negra o etiqueta roja.
Con el tiempo surgió una cuarteta que comentaría alguna vez el maestro Domínguez Tapia:
Estaban dos gallos finos,
Entonando un capotín,
Dicen que uno era Clodomiro,
Y otro el güerito Green.