ECO PENINSULAR
• Hoy como hace casi 44 años. • Otro Mendoza enfrenta el reto con firmeza. • De que salgamos del problema no es asunto nomás del gobernante. • La insensibilidad de un presidente; “La contingencia viene como anillo al dedo”.
Alfredo González González.
Hace 44 años un siniestro azotó a nuestro Estado. El 30 de septiembre de 1976, el ciclón Lisa nos pegó una sacudida. Debemos aclarar que el gobernante Ángel César Mendoza Aramburo, se encontraba en Mexicali, debido a que fue invitado a un informe del gobernador del vecino Estado.
Por aquél entonces, hace medio siglo casi, no existían los adelantes tecnológicos que hay ahora, que podemos enterarnos hasta con 4 días de anticipación si se enfila un huracán o un ciclón hacia nuestras costas. Me encontraba a las 16 horas en la azotea de mi casa, cuando empezaron a volar cartones, fragmentos de vidrio, ramas de árboles, se nos había adelantado 12 horas porque se aseguraba que el fenómeno climatológico llegaría a las 4 de la mañana. El fenómeno nos pegó a las 16:00 pm, y no a las 4 am. A unas cuantas horas el gobernante insular arribó y venía con él el presidente en turno,Echverría Álvarez, Doña Ester Zuno y Luz Davis de Mendoza.
La voz gélida con matices de ira se escuchó en el vestíbulo del hotel emblemático “Los Arcos”, vaya a enterrar a sus muertos. Ángel César asintió lentamente. Acto seguido el ejecutivo federal se dirigió al ing. Eduardo Ruiz Castro y le solicitó una explicación.
Eduardo Ruíz le dijo: Señor presidente, aunque hubiéramos tenido una plancha de 20 milímetros en el muro de contención no hubiera resistido el embate de la fuerza que traía el torrente que baja desde las serranías del sureste de la capital.
Fue una tragedia. Sin embargo, hubo actos heroicos como el del Ing. Ferrón, que amarrándose de la cintura a un árbol sólido, empezó a sacar gente que arrastraba un enorme cauce con olas hasta de 12 metros de alto.
Se movilizó el equipo Mendozista, Bomberos, cruz roja, y el mayor problema era que ya no había suficiente ataúdes, entonces se llegó al acuerdo sanitario de abrir la fosa común.
Ángel César llegó al cementerio, nadie le faltó al respeto, e inmediatamente llegó la labor de la reconstrucción y al poco tiempo nacieron las primeras secciones de la 8 de octubre y posteriormente la segunda.
Eso es a grandes rasgos, hoy a 44 años, otro Mendoza está enfrentando el mayor reto de su vida, que es de salvaguardar la vida de los gobernados, contando con el apoyo de la sociedad. Juega un papel importante en esta batalla singular donde el enemigo no es visible, sino que lo podemos tener a un paso y no percatarnos. Desde hace días, el gobernante pidió la comprensión de los sudcalifornianos. Los 5 presidentes municipales están unidos, en este empeño. El sector privado, social y oficial están poniendo toda su emoción, pero nosotros tenemos que poner la parte que nos corresponde, siguiendo las instrucciones.
Hace 44 años para fortalecer la emoción del gobernador Mendoza Aramburo y guardando las distancias, le repetimos las palabras que el León Inglés dijo a sus compatriotas cuando Londres era bombardeado sin piedad desde Francia por la ocupación alemana. Al ser nombrado premier Churchill a través de los micrófonos de la BBC de Londres, les dijo: Vamos a luchar en los montes, en los valles, en los litorales, en las ciudades, pero nunca, nunca jamás nos daremos por vencidos (sic). Esto elevó la moral del pueblo inglés. Con todo esto que está aconteciendo, jamás pensamos que el pastor mayor de la 4T ayer por la mañana declarara palabras más, palabras menos, que la pandemia que está azotando al país, venía como anillo al dedo, porque de esa forma ellos iba a demostrar lo que se podría hacer. Nosotros le daríamos la razón si enemigo estuviera visible, desgraciadamente nos encomendamos a Dios, a las estrategias del sector salud público y privado, a las recomendaciones religiosas que se da en las redes y también a remedios caseros que se intercambian entre los internautas.
Desgraciadamente señor presidente este no es un anillo al dedo, Dios quiera y no. Porque ya significan muchas coronas mortuorias. Márquele, la dimensión del problema sanitario. Tengo un nieto en Nueva Jersey y lo que oculta Trump, es que han salido de los llamados trailers con cadáveres porque como a usted le gustó la temeridad y muchas veces en el peligro se perece. Esa no es política social, sino la actitud de una frialdad que no la entendemos.