Eco peninsular
• Loreto 70. Despacho invertido en el tiempo. • Faltarán muchos nombres, pero habrá tiempo.• Riestra Castro y Aurelio Robinson y hermanos Cota Rojas.
Alfredo González González.
Para llegar a Loreto 70 tuvieron que transcurrir 50 años desde el plebiscito de Agustín Arriola en 1920. Se le da formalidad al movimiento mediante el consejo editorial del Eco de California. Se conjuntaron el cuerpo de redactores y directiva, colaboradores y gentes como maestros, taxistas, camioneros, pilotos, rancheros, etc. Se hace necesario que se conozca el prólogo de la compilación de los trabajos: Actas levantadas, notariadas, de esa suerte, y sin aprovechar el momento para atacar el régimen que se iba (Cervantes del Río) nos dimos a esa tarea. El prólogo literalmente dice:
Un libro nunca es un hijo del capricho o del azar sino el producto palpitante de una serie de condiciones previas y actuales que por fuerza propia tienden a proyectarse hacia el porvenir. Y si se trata de una crónica de actos humanos, su palpitación le da el carácter de un ser vivo que se expresa con raciocinio y con espíritu cada vez que sus páginas se abren como los brazos de un amigo.
Esta publicación, reventada el bronco suelo de sudcalifornia, es el dibujo a grandes rangos de un perfil que se ha sumado a nuestra historia en toda ocasión que los habitantes del territorio de BCS se han levantado para exigir derechos, reclamar justicia o defender sus hogares. Este perfil ha surgido con Márquez de León, con Félix Ortega Aguilar y con tantos otros que han cumplido con su parte en la batalla de este pueblo por la conquista de su destino. Contiene por lo tanto, las raíces de un impulso que comienza en el siglo pasado y que se prolonga hasta nuestros días, en los cuales un sueño añejo y una lucha cívica se han visto triunfar en los anales sudcalifornianos.
Relata, por lo mismo, con letras, luces y sombras, el momento cenital de un pueblo erguido que en 1970 pone, una vez más, su perfil hacia el sol para dejar constancia de su presencia en un lugar de la historia, lugar que corresponde a todos preservar hoy y mañana. Y si esta crónica viviente, está cruzada por las huellas del padre Salvatierra, no se debe tampoco al capricho circunstancial, sino porque precisamente en el año de 1970 en su último combate, quisieron los hijos de esta península, hacerse oír junto a la casa del primer sudcaliforniano espontáneo, convertida así un 11 de octubre en una gran central de energía, de ímpetus y esperanzas, que se conozca, pues, la verdad de un instante, su origen y su razón, en provecho de los que tienes fe en los destinos de BCS. (Dr. Francisco Javier Carballo Lucero).
Los primeros afectados por haberse atrevido a sumarse a esa presencia el domingo 11 de octubre de 1970, fueron Federico Riestra Castro y Aurelio Robinson. El primero por haber trasmitido vía telefónica los pormenores de la reunión y el segundo también nuestro amigo, a la sazón delegado de gobierno, por habernos proporcionado la plaza Juárez donde se llevó a cabo el evento en cuestión. No podemos olvidar a los hermanos Juan y Manuel Cota Rojas, así como a Eugenio Olachea, pioneros del transporte de pasajeros quienes se sumaron y pusieron en custodia 2 unidades de modelo reciente para aquellos que no fueran a usar sus unidades, la que recibió el nombre de vehículo insignia se le puso el nombre de Agustín Arriola Martínez. Después de 50 años llegaba de nueva cuenta el civil y el oriundo.
Para 1974 se declaraba Estado Libre y Soberano, junto con Quintana Roo. El 15 de enero de 1975 el constituyente entregaba la Carta Estatal y tocó al Ing. Félix Agramont Cota convocar a elecciones para organizar los poderes que son el instrumento regulador de la vida institucional.
La expresión de este martes es de Francisco Villa. La expresaba para animar a sus tropas: ¡Ánimo cabrones, que más adelante se va a poner más feo!
¿Te animas? ¿Sentados? ¿De pie?