ECO PENINSULAR
• Disculpas a la familia Foullon González. • Aspirantes de la 4T: Quietos en 3ra base. • En el Congreso Estatal siguen como dijo el gallego.• SEDIF alinea con la batalla.• Dos reflexiones.
Alfredo González González.
Sirva nuestro primer subtema, para ofrecer disculpas por una omisión involuntaria a la familia Foullon González al no haberlos mencionado entre los clanes, a los que pertenecía el recién desaparecido Luis Montaño. Elvia es mi hermana, de carácter fuerte y enérgico, pero es noble. Perdón chaparrita.
La borrasca que se desató en el Ayuntamiento paceño es en cierta forma a algo parecido en el Congreso del Estado. El objetivo es el desorden y lo paradójico es que no hablan el mismo idioma.
Algunas veces he hablado de la ley de causa y efecto. El efecto lo conocemos y es del conocimiento público. Nos enteramos del desacuerdo y una de las tesis la encabezó Pavel Castro donde se rechaza el 25% de aumento a sus salarios por el compromiso de la pandemia y la contra parte, destiló algunos adjetivos que sinceramente en lo personal no me convencieron. En este caso será la opinión de los lectores cuerdos los que juzguen.
En tanto, el que ya se creía candidato de Morena se queda en la tercera almohadilla pendiente.
Por lo que respecta al Congreso del Estado, parece obedecer a la conducta política de alguien que se ajusta al dicho popular: “Perro que come huevo, aunque le quemen el hocico”. Claro, con las honrosas excepciones. Pese a que la justicia federal no ha dictado la resolución final, siguen en la actitud de no acatar lo expresado por la justicia, y directa o indirectamente van creando la anarquía. Es como cuando se le preguntaba a un gallego en por qué insistían neciamente en algo en lo que no tenía razón. Respondían: Por chingar, redié, nomás por chingar.
En cosas más amables SEDIF ha determinado entregar apoyos a personas humildes a través de pensiones. Esto es trabajar con humanismo y humildad. Bien por Gaby de Mendoza.
Reflexión:
La política se ha convertido en un mazacote, veamos: La borrasca del Ayuntamiento paceño, ya del dominio público. También hay vientos de fronda en Los Cabos, donde se le ha movido el tapete a la presidenta municipal Armida Castro, al señalársele que su tesorero el señor Arce, no transparenta el ejercicio de 2800 millones de pesos. A este embrollo se une el inefable del Dr. Ernesto Ibarra, eternamente enamorado de la silla de Armida. Tal vez no se acuerde cuando fue delegado municipal en Cabo San Lucas, estableciendo complicidad al que nombraban el 30-30, cuyas iniciales son Marcos Sandoval. Muy dado a golpear mujeres y lastimar niños. Por ahí existe un expediente abierto en el juzgado 2do de primera instancia.
Reflexión:
Ahora, el tristemente célebre de Narciso Agúndez al través del PT, quiere una posición federal electoral. No tiene vergüenza. Ya no recuerda que tostoneó la playa norte del caimancito y el testigo de la fechoría fue un notario que después apareció como procurador general de justicia en el Estado. Fue el palero de Jeff Curtis, el gringo que adquirió un terreno con veintitantos metros de playa. En estas condiciones, cuando el asesinato del joven Jonathan Hernández, el expediente permaneció sin movilidad. Había muchos vicios de origen en este crimen. Para empezar nunca se acordonó la zona y el arma homicida nunca apareció. Se asegura que Jonathan alcanzó a decir a uno de los muchachos que lo acompañaban quien le había disparado en la espalda. Las especulaciones no faltaron y todo el pueblo mencionaba el nombre del criminal. Yo creo que el último eslabón entre la identidad de quien podía dar claridad del expediente fue asesinado.
Ahora olímpicamente Narciso Agúndez, para variar Montaño, y no de los buenos que yo conozco, exige que se investigue a Marcos Covarrubias. Nosotros preguntaríamos: ¿Por qué hasta ahora está metiendo las manos en un asunto que no tuvo el valor de enfrentarlo en su tiempo? Que acaso no es un acto criminal transportar gente de Comondú para que vinieran a ser la porra cuando iba a tomar protesta debido a que vendió el movimiento otro tristemente célebre como Rodimiro Amaya Téllez, nomás que el traslado de esos inocentes se hizo en camiones de transporte urbano, estrictamente prohibido por tránsito federal. En el retorno murieron más de 40 personas. Todo por ahorrarse unos cuantos pesos al transportarlos en vehículos de mayor seguridad. Pero como dijo Anselmo Romero Lucero, sexenio que se inicia con sangre, termina con sangre. Así fue desgraciadamente.
Aquí acomoda muy bien la frase de mi compadre Félix Alberto Ortega Romero: “La boca no debería abrirse, a menos que la nariz no llene su función…” y en el caso del señor Narciso, vaya que no tiene la necesidad de abrir la boca.
En Cabo seré preciso,
Hay gente muy sinvergüenza,
Hay un tipo sin vergüenza,
Es un lamido llamado Narciso.