AL ROJO VIVOJESUS CHAVEZ JIMENEZ
SAQUEO
La inseguridad sigue caminando en las amplias praderas de la entidad. No lo digo al tanteo lo vivo en carne propia. No pasa un mes en que se me despojaron mis bienes incluyendo mi camioneta en la que me desplazo a mis trabajos.
Ayer recibí otra estocada de los maleantes al ser atracada mi oficina de El Centenario. Los atacantes destruyeron paredes y ventanas y se llevaron mis cosas. Más de cien libros, mi colección de periodicos antiguos, mis plumas, y mis relojes de colección. Portafolios y un sinumero de recuerdos que conservaba con cariño.
Vencí la resistencia a denunciar porque creo que no pasa nada tal y como me ha sucedido en los últimos años.
Sin embargo acudí a la primera instancia y manifesté mi queja y di cuenta y santo y seña de la robado. Tengo fe en Dios que algo pase. Y que pueda recuperar lo robado. Expresó esto porque me siento molesto, lesionado en mi animo.
Y para decirle a la autoridad que se ponga del lado del ciudadano. Ya hay cansancio en las familias dañadas, como la mía que no estamos de acuerdo de que estos delitos queden impunes.
GENERAl
Potam, Sonora. Siglo pasado. Diez A.M. – Olor a muerte. Cuerpos de indios e indias Yaquis, desparramados en esa aldea.
El gran general peninsular hacia el recuento. Sus ojos escudriñaban el escenario. Despojo de vidas. Símbolos desparramados. Estandartes salpicados de sangre. Era la fuerza de una estirpe vencida.
El caballo negro del gran general recelo y agitó el cuerpo. El motivo; un niño recién nacido lloraba. Y con sus manitas acariciaba el rostro destrozado de su madre muerta.
Ese gesto dobló al gran general que se acerca y recoge al niño. Y llega al cuartel donde lo recibe su joven esposa. ” Ten.Es nuestro.” Pero… Es nuestro. No replique. Y lo fue.
El tiempo hizo lo suyo. Ese indio yaqui fue un destacado militar. Honores por aqui. Honores por acá. Una fama de duró. Igual que su padre adoptivo. El gran general.
La muerte llegó. Y se aposento en ese hombre de leyendas. De mucho poder. De generosidad. Y de mano firme.Honores. Y llantos. Las exequias del gran general.
Después de tres días llegó otro gran general al panteón con cientos de rosas claveles. Gladiolas. Y frente a la tumba. Y frente al gran general. La voz del hijo. La voz de ese militar rudo. Se entrecorto. Y desamarro un nudo de lágrimas. Y un susurro se desplegó por los escondrijos de ese viejo panteón de Los Sanjuanes.
Gracias padre. Te amo. Y te amare por siempre.
Después acompañado de mi. De su sobrino del alma. Nos fuimos a una vieja casona del malecón donde una viejecita abre la puerta y ve a ese impresionante hombre. Un indio Yaqui curtido por el sol y la historia.Y con lágrimas en los ojos la viuda del gran general le acaricia el rostro. Y le dice ” hijo ya portate bien”. Le da un beso. Y se pierde en esa casona. Y nos vamos de ahí. El general se va. Y llega al aeropuerto. Y entrega un boleto cuyo nombre dice: General Venustiano Olachea B.Es un cuento
VIDAS PARALELAS
El secretario general Álvaro de la Peña encabezó ayer el informe del grupo interinstitucional que combate a la delincuencia. Hubo avances significativos. Bien…”Hoy nos corresponde reconocer su paso por la administración pública de Baja California Sur, donde gobernó en el periodo que comprendió de 1987 a 1993, siendo así el tercer gobernador constitucional de nuestro gran Estado”, así lo manifestó Carlos Alfredo Godínez León Subsecretario de Protección Civil del estado, al acudir a la ceremonia por el quinto aniversario luctuoso de Víctor Manuel Liceaga Ruibal en representación del Ejecutivo Estatal Carlos Mendoza Davis.El funcionario estatal recordó que dentro de la trayectoria política, Liceaga Ruibal ocupó diferentes cargos dentro de los que destacan el haber sido Diputado Federal, Senador de la República, así como también la honrosa oportunidad de gobernar nuestro gran Estado. Durante su mandato, fue uno de los principales impulsores del ramo turístico en el Estado, principalmente en el municipio de Los Cabos que hoy por hoy, se encuentra dentro de los principales destinos turísticos de la nación y del mundo. Un homenaje bien merecido para don Victor… Y con esto nos despedimos deseando lo mejor que es la vida misma. Y no olviden: hagan el bien. Y sean felices.