AL ROJO VIVO
JESÚS CHÁVEZ JIMÉNEZ
ABUELA
Me marcó los primeros pasos que di en la vida. Fue una de las mujeres que más quise. Y que admire, sin límites. Mi abuela Rosa Villalba. Nunca supe su origen. Mi padre no contó su historia. Y yo no escudriñé en su pasado. Lo que alcance a confirmar que su esposo- mi abuelo- murio ahogado muy joven. Pero que aún así habían procreado varios hijos e hijas. Y ella en sus extensas charlas conmigo ya sea en su regazo o acompañándola para todos lados, me contaba sus historias. Desde su pasado revolucionario y por ende su relación con Pancho Villa, hasta el origen del pueblito donde vivíamos: Santa Bárbara.
Me encariñe con ella. Y ella me tenía como su nieto consentido y me daba todo. Mi abuela a diferencia de nosotros tenía una vida holgada en lo económico. Su pensión, era buena. Y la compartía con sus hijos. Yo alcancé muchos pesos de aquellos de plata gordos. Era una especie de puente monetario, porque todo lo que me daba, se los daba yo a mi mamá. Mi abuela lo sabia, pero no la hacía de tos. Una noche gris, de la que no me gusta acordarme, pasó algo triste que me dejo un trauma, que gracias a Dios lo superé con el tiempo. Fue un pleitazo que tuvieron mis padres. Gritos, golpes. Un escándalo y todos nosotros temblando de miedo. Se extendió el disenso varias horas. Ya en la madrugada el final: decidieron la separación.
DECIDIR
Y aquí viene lo bueno; mi padre con vocación democrática pidió que levantáramos la mano quienes se iban con el. De inmediato levante mi manita. Espero unos minutos y ninguno de mis hermanos decidió sumarsele. Con tristeza y compungido, me agarro de la mano y cargando nuestras cosas- un poco de ropa- salímos de nuestra casa. Con un frío extremo cruzamos el pueblo hasta llegar con mi abuela. Nos instaló y nos dio una cama grande. Dormimos abrazados mi padre y yo. Me dio la impresión que sollozaba.
Al amanecer mi abuela nos tenia el desayuno preparado. Nos dio té de canela. Mi padre más tranquilo se fue a trabajar. En ese tiempo lo hacía en el Ejército.Cuando nos quedamos solos mi abuela extiende su mano y me entrega cinco pesos de plata. Y me ordena “ Lléveselos a su mamá “. Me acompaña a la salida. Y antes de agarrar vuelo. Me dice: ven, acompáñame acá. Le damos vuelta a su casa y en un árbol está amarrado un burro, medio rechoncho, de color negro. Y añade es un regalo para ti. Cuídalo. Y vete en el. Y ahí voy en mi burrito. Llegó a casa y mi madre resentida por haberme ido. Se contentó después. Le entrego los pesos. Y todo bien. Por la tarde mis hermanos y yo nos paseamos en el burro. Por mucho tiempo fue nuestro, era un integrante más de la familia. A los meses mis padres se reconciliaron. Y regresamos a casa. Mi abuela siguió su vida.
VIDAS PARALELAS
Mi abuela Era lideresa en su pueblo. Siempre vestía de pantalón caqui. Me chiquiaba con chiles rellenos. Era un platillo único. Me dejaba acariciar su pistola. Y me pagaba a peso las piedras del Río que tuvieran forma de corazón.La perdí cuando nos venimos. Al cumplir 18 años fuimos a verla mi padre y yo. Estaba igual. Otra vez nos cocino chiles rellenos. Y otra vez como cuando era Niño sus anécdotas. Era eterna. Sin embargo un día se fue. Hoy su casa está tapiada y abandonada. Pero esta presente en mi corazón. Mamá Rosa, donde estés te quiero y te recuerdo con veneración…Y con esto nos despedimos no olviden hagan el bien y sean felices.