AL ROJO VIVO
JESÚS CHÁVEZ JIMÉNEZ
CREYENTE
Juan Manuel Guerra Ramirez se llamó. Fue un hombre extraordinario hijo de una noble familia y miembro de una comunidad progresista como Ciudad Insurgentes. Lo conocí al cien, porque fue mi amigo hasta su muerte.
El valor de Juan Manuel, brota de que fue uno de los jóvenes tobeños que mejor respondió al proyecto de vida que nos sembraron nuestros padres, maestros y aquellos hombres y mujeres líderes que apadrinaban nuestra formación. Me explico: vivíamos en un pueblo de pioneros, colonizadores que recién habían llegado de diferentes estados del país. Al sufrir ellos bastante en esta fundacion procuraban que sus hijos la pasaran mejor. Y en ese afán encontraron un aliado excelente como fue el presidente Luis Echeverría que aportó su voluntad y vastos recursos para los estudios.
Y desde ese momento se plasma el perfil: profesionistas para el campo. Y la Secundaria fue Tecnica Agropecuaria. Después nos dio la prepa igual, agropecuaria. Y quedó pendiente pese a las intensas gestiones de don Abraham Morales y demás ciudadanos la creación de un Instituto Tecnológico Agropecuario. De todos los egresados de estas dos escuelas muy pocos continuaron por esta vía. Quien si lo hizo fue Juan Manuel.
Al terminar el CETA se lanzó al ITA. Y egreso con honores. Ya como profesional ejercicio con éxito. En la investigación y en la supervisión. Pronto ganó prestigio en donde laboró. Fue un enamorado de la agricultura. Destacó por su laboriosidad. Se le encontraba en diferentes zonas agrícolas del estado, pero siempre recalaba con su familia y sus amigos en la Toba.
El destino infausto le jugó una mala parada. Un fin de semana de hace más de dos décadas en su plena juventud sufrió un aparatoso accidente en las curvas cercanas al Huatamote, rumbo a Loreto. Murió al instante. Ahí en esa sierra quedó el cuerpo destrozado de Juan Manuel. Un hijo de La Toba que creyó en su gente, honró su generación y compartió con nobleza la amistad con todos sus amigos a quienes como yo, pese a su corta edad nos inculcaba la idea de que saliéramos adelante.
Ese día que se fue se dirigía a laborar a la zona agrícola del norte del estado.Un recuerdo para ti hermano. Descansa en paz.
SANCIONES
Como resultado de los operativos realizados en la más reciente semana para verificar la aplicación de protocolos en las empresas que tienen autorización para laborar en el nivel 5 del Sistema de Alerta Sanitaria (SAS) por Covid-19, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) aplicó suspensiones temporales a establecimientos comerciales y de servicios de La Paz y Los Cabos.
Estas sanciones administrativas se implementaron debido a que en la visita de las y los verificadores de COEPRIS se constató que no estaban laborando con un filtro sanitario con toma de temperatura en los accesos, que el personal no estaba utilizando cubreboca o que no se estaba respetando el aforo del 30 por ciento, informó la titular de la dependencia, Blanca Pulido Medrano.
También se llevaron a cabo suspensiones de establecimientos que estaban funcionando pese a que su tipo de actividad no está prevista hasta que el estado se ubique en niveles más permisivos del SAS, como son los centros nocturnos o los gimnasios cerrados, dijo la funcionaria estatal al señalar que cuando las empresas son reincidentes en violentar estas disposiciones se hacen acreedoras a sanciones económicas.
En este sentido, Pulido Medrano mencionó que las verificaciones de la COEPRIS no tienen por objetivo perjudicar la economía de los establecimientos comerciales y de servicios, pero sí buscan constatar que acaten las disposiciones establecidas por la autoridad estatal para reducir los riesgos de contagio entre la población.
VIDAS PARALELAS
Salí hace cien días herido del corazón. Deje sola , mi casita de El Centenario. Pensé que nunca volvería. Y hoy otra vez me senté frente al jardín. Y estuve ahí, tomando café de talega, viendo los palos de arco, palos verdes, oliendo a gobernadora y divisando los toretes. Otra vez entendí que volver es el verbo de un tango y que la vida es impredecible. Dios me dio licencia del retorno. Salude en silencio mis libros, mis cosas. Y respire a libertad. Salí esa mañana asustado, enfermo, desesperado hoy regrese a este pueblo noble y añorado. Entre por la puerta grande. Y otra vez heme aquí presto a seguir disfrutando la vida. Volver. Es el deseo de quien ama. Y también es un tango…, Y con esto nos despedimos no olviden: hagan el bien y sean felices.