AL ROJO VIVO
JESUS CHÁVEZ JIMÉNEZ
EDUCAR
El gobernador Carlos Mendoza Davis entregó certificados de primaria y secundaria, a graduados del Instituto Estatal de Educación para los Adultos (IEEA) en el municipio de Comondú, en donde ratificó el compromiso de su administración por acercar los servicios educativos a todos los sudcalifornianos, “pues la educación es uno de los pilares para alcanzar el mejor futuro que queremos”, señaló.
Mendoza Davis destacó que los pasos para atender el rezago educativo han sido firmes, y gracias al interés y voluntad de sudcalifornianos con deseos de superarse, ha sido posible enarbolar la bandera blanca de la alfabetización y mejorar los índices de educación.
En ceremonia de entrega de títulos, llevada a cabo en la comunidad de La Purísima y Puerto San Carlos, en donde estuvo acompañado por el director general del IEEA, Pedro Osuna López, el ejecutivo estatal recordó que el compromiso es permanente para que ningún sudcaliforniano pierda la oportunidad de iniciar y concluir su instrucción básica, al menos.
“Lo más importante es el interés, el esfuerzo y la dedicación para demostrar que nunca es tarde para continuar aprendiendo, este logro extraordinario deja una gran lección de vida a sus familias al haber cumplido un sueño.
El beneficio de esto es muy grande, no solo por el documento que se les da y que es ganado por ustedes, sino porque de alguna manera los motiva a seguir aprendiendo”, destacó el Gobernador.
Mendoza Davis insistió en la importancia de conjuntar el esfuerzo de las instituciones con la inquietud de ciudadanos que buscan las herramientas que les permitan tener mejores perspectivas de desarrollo y una mayor facilidad para incorporarse a un empleo bien remunerado.
Finalmente, el mandatario estatal se comprometió a continuar impulsando a la educación como base del desarrollo, fortaleciendo la infraestructura y facilitando el acceso de todos a prepararse académicamente.
TORERO
Tarde de toros. La fiesta de fiestas. Coso vacío, ausencia del respetable. Pero no era motivo para que Barrapaz, el gran torerazo redujera el animo en esa faena. El capote sostenido con esa destreza se deslizaba por los aires y llegaba al astado convertida en verónicas. Y a veces en chicuelinas. Ole ole ole. Ole matador, martilleos anidados en el cerebro. Ole, Ole. De ti es la gracia. De ti es el valor. Escuchaba el hombre de la capea.
Y otra vez. Su rostro con sudor. Ojos brillosos. Enrojecidos. Y otra vez enfrentando a ese toro que bufaba, sacando por nariz y boca ese odio contra el hombre, contra el enemigo por antonomasia que goza al ver la sangre derramada por la bestia. Y ole, ole. La arena es la histórica Calle Felix Ortega. Se convirtió así para desfogar los ímpetus de novillero de Barrapaz. Un alcohólico de 43 años, que todas las tardes se sumerge en ese paraíso que imagina en sus jubileos etílicos.
Su capote es un trozo de lona que le regalaron. Y sus toros de lidia, son los camiones que abastecen de mercaderías a Chedraui. Y ahí en ese entorno vive comiendo desperdicios y extendiendo la mano a la generosidad, que más de las veces sólo tiene de respuesta ” mendigo borracho”.
Así es la vida de Barrapaz. Un hombre no común. Sus estudios universitarios los hizo en el Tec de Monterrey y se especializó en Administración de empresas.
Hijo de Matildita Trasviña, la eterna colaboradora de los hermanos Ruffo en asuntos financieros. Y de Gaspar Montufas, capitán del Raulito. Ese barco de entrañables recuerdos en centenares de paceños.
Barrapaz antes se llamó Ricardo Trasviña Montufas. Y laboro en el CCC como director ejecutivo del Consejo General de los señores Ruffo. Desde joven mostró habilidades para los números. Y eso le sitúo en un lugar privilegiado en el corporativo. Y le dio un cheque quincenal de muchos ceros. Y en dolares.
Logró un capital. Y al morir sus padres lo acrecentó con herencias. Terrenos. Una tienda de electrónica. Acciones en un periódico local. Y un rancho turístico en la zona de El Salado con miles de hectáreas con playa.
La fortuna real de Ricardo incalculable. A los veinte años decidió casarse con Lorena Martinez. Una hermosa mujer de Miraflores. Reina de todos los festivales y carnavales conocidos.
Todos los arreglos para el casorio. Se rento la terminal San Antonio. La luna de miel en Paris, obvio. Y la música los Violines de Villa Fontana. Ah carajo esto era la gloria.
Y como no hay plazo que no se llegue. Ese 23 de febrero de 1980, A la boda. Lorena vivía por El malecón casi al llegar a la cincode mayo. Y Ricardo por la Calle Morelos antes de la Altamirano. Y para ir a la Parroquia se juntaron. Y arriba de un convertible van a la cita mayor. La de la vida.
Un recorrido maleconero. Pitando riendo a carcajadas. Manos unidas. Y de vez en cuando un besito en esos cachetes rosados, olorosos.
La vida no se gobierna y suceden cosas impredecibles. Al cruzar la calle 16 de septiembre el carro de los novios, es embestido por otro. Un mustang 64 de colección tripulado por un mozalbete apodado el Porky, junior con ingresos consuetudinario a la cárcel. Y ese día lo sorprendieron en venta de cocaina en la zona del santuario.
Y su final fue ahí. En el encontronazo quedó atrapado en fierros retorcidos. Y en una mezcolanza de sangre y aceite.
La novia igual. Con muerte súbita y degollada por la defensa plateada del carro agresor .
Ricardo salió vivo. Ya no les cuento mas de esta tragedia que enluto a La Paz. La ciudad de Los Molinos. Y en las aspas de ellos fueron empujando a Ricardo al maldito vicio que tiene como majestad la in conciencia y como princesa la degradación total.
VIDAS PARALELAS
Un año nuevo fui a Chedraui a comprar un pavo. Al salir me senté en la banqueta a presenciar al torero. Al término le grito. Ole torero. Y al escucharme se acerca y me agradece. Y me susurra. ” yo era bueno. Solo que se me movió la cabeza.”
No me reí. Solo sentí un latigazo en el corazon” Fin…Me agrado conocer ayer una cervecería llamada Chapultepec. Esta ubicacada en Plaza La Paz. Es un negocio que rompe el esquema de precios y servicios de ese tipo de establecimientos. Muy buena atención y precios muy accesibles…Y con esto nos despedimos no olviden: hagan el bien y sean felices.