BALCONEANDO
MEZQUINDAD Y TRAICIONES
Por Alejandro Barañano
La civilidad política no es otra cosa que el buen entendimiento y tolerancia entre los actores políticos para transitar un mismo camino aunque sean de color distinto, y quien no lo entienda así no ve la política como el ejercicio de llegar a acuerdos para un objetivo común mayoritario.
Lo anterior viene a cuento por lo ocurrido el viernes pasado en el Teatro de la Ciudad de La Paz, denominado recinto oficial para la sesión de instalación del primer periodo del primer año de sesiones del Congreso del Estado, y donde se pudo presenciar una marcada división entre la fracción del Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Encuentro Social, pues no se ponían de acuerdo en quien presidiría la Mesa Directiva de este periodo de sesiones, teniendo que votar hasta en tres ocasiones.
Antes que nada los “magnánimos” diputados locales deberían de haber tomado en cuenta que uno de los preceptos que se hicieron en la campaña de “Juntos Haremos Historia” fue no traicionar al pueblo, sin embargo tal parece que los intereses políticos de unos pocos ponen en duda la credibilidad de ciertos representantes populares que no pertenecen a MORENA, y que dicho sea de paso, están ocupando una curul bajo el efecto del fenómeno López Obrador.
Por eso fue muy lamentable lo que sucedió el viernes en el Teatro de la Ciudad, donde se ofreció una lección de mezquindad, falta de principios y ambiciones personales por parte de quienes se decían aliados, esto a tan sólo dos meses del triunfo donde se supone se buscaría cambiar esos tan despreciables modos de hacer política.
Por fortuna y como contraparte, también se puede decir que fue loable el comportamiento de algunos otros legisladores ese día, y de manera particular el actuar de Homero González Medrano y de Sandra Moreno Vázquez, quienes se condujeron de manera vertical dando ejemplo ético que contrastó con la actitud asumida carente totalmente de principios por parte de la sediciente dirigente del PES, Perla Flores Leyva.
Pero si de de por sí algo faltaba, notorio fue el restringido acceso al declarado recinto oficial, situación que nada reflejó la apertura que tanto pregonó en campaña la coalición que será mayoría en la legislatura local, pues al estilo de la vieja usanza priista y panista los nuevos diputados hicieron de su encumbramiento legislativo todo un acto elitista, pues no cualquiera pudo ingresar a la ceremonia, y cuando digo cualquiera me refiero a quienes fueron con su bandera de campaña bajo el brazo a vitorearlos, mismos que ni siquiera pudieron acercarse a la puerta de acceso porque eran devueltos por agentes de seguridad por “no tener acreditación”. ¡Hágame el refabrón cavor!
Pero el “circo de tres pistas” se montó realmente una vez que se decretó abierta la sesión de instalación, y ante la presencia del gobernador Carlos Mendoza Davis y del titular del Poder Judicial, Raúl Juan Mendoza Unzón, los integrantes de lo que será la Décimo Quinta legislatura realizaron una primera votación secreta para lo que se registraron dos platillas, la primera presidida por Homero González Medrano y la segunda por Perla Flores Leyva, resultando diez votos a favor del morenista; otros diez votos para la “disciplinada” líder del PES y una abstención.
Así, al no haber la mitad más uno de los sufragios, se procedió a una segunda votación logrando la primera planilla once votos contra diez de la segunda, lo que tampoco cumplía con lo establecido en la Ley Orgánica del Congreso del Estado, siendo entonces convocados a una tercera votación y para lo cual el diputado y aun presidente de la Mesa Directiva anterior, Alejandro Blanco Hernández, procedió a llamar a un receso para ver si las fracciones en cuestión de una vez y por todas llegaban a un consenso.
Con ello se dio la tercera votación, y por fin se ungió por mayoría a la nueva Mesa Directiva que recayó en las personas de Ramiro Ruiz Flores; como vicepresidente Homero González Medrano; la Secretaria para Marisela Pineda García y la pro secretaria en Daniela Viviana Rubio Avilés.
Ya estaban por sonar las campanadas de las 13:00 horas, y fue cuando se finalizó con la insulsa y desgastante instalación del nuevo Congreso de Baja California Sur, y todo porque –repito de nueva cuenta- la ahora diputada Perla Guadalupe Flores Leyva quiso imponer sus muy personales intereses al estilo de más de lo mismo.
Pero ahí, justamente ahí nació una interrogante en la mente de muchos ese día: ¿De quién será la mano que está meciendo la cuna de la desunión, sordidez, vileza, ingratitud e infamia? La verdad no lo sé a ciencia cierta, pero quizá pudiera ser de alguno que domina a la perfección la perfidia, la soberbia y la mentira, por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .