BALCONEANDO
PRINCIPIO DE CONDUCTA
Por Alejandro Barañano
Muchos recuerdan aún el pasado 29 de abril, fecha en la que Rubén Muñoz Álvarez inició campaña en pos de la presidencia municipal de La Paz abanderado por el Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Encuentro Social, y donde muy a su estilo –soberbio y arrogante- gritó a los cuatro vientos que haría de la dignidad su principio de conducta, y que buscaría que esta –la dignidad- se hiciera costumbre en la política.
Pues bien, lo traigo a colación porque durante la mañana del viernes primero de junio anunció la adhesión a su proyecto político ni más ni menos que al ex secretario general del Ayuntamiento de La Paz, Isidro Ibarra Morales, quien como se recordará fue separado del cargo por traicionar la confianza que el todavía alcalde Armando Martínez Vega habría depositado en él, ya que la “nueva adquisición” de MORENA abogaría a favor de la empresa concesionaria de alumbrado público, la cual exigía un pago millonario tras una licitación presuntamente firmada por la administración pasada encabezó Francisco Monroy Sánchez.
En esa conferencia de prensa a la que hacemos referencia, Rubén Muñoz Álvarez calificó a la suma política de Isidro Ibarra Morales como una suma muy trascendente, pues se trataba también de un reencuentro de amistad. O séase, échense ese trompo a la uña como acostumbra decir el viejo amigo Víctor Octavio García.
Tan afectado está ya Rubén Muñoz Álvarez ante la pequeña altura que tiene el tabique donde se encuentra parado, que fatuo y endiosado sostuvo que la llegada de su entrañable amigo “es un mensaje político para quien gobierna”, y peor aún, se dio el lujo de manera presuntuosa asegurar que Isidro Ibarra Morales había sido “el constructor de la victoria política de un gobierno que le falló a la ciudadanía”.
Pero aun con todo esto, quizá haya quienes ya olvidaron que el actual Cabildo de La Paz aprobó con 13 votos a favor y 3 abstenciones la separación del cargo de secretario general a Isidro Ibarra Morales por actos de procedimiento institucional incorrectos, contrarios a decisiones tomadas como cuerpo colegiado, y quien además tomó decisiones de manera unilateral que fueron en contra de acuerdos previamente pactados y que podrían tener una consecuencia legal para el Ayuntamiento. O sea, esto es realmente dignificar el principio de conducta que buscar afanosamente quienes muchos conocen con el mote de “El Mentiritas”. ¡Por Favor!
Quedó más que claro que las actitudes de traición que Isidro Ibarra Morales adoptó durante su paso como secretario general del actual Ayuntamiento fue para favorecer a la empresa concesionaria de alumbrado público, y que sin importarle se adjudicó atribuciones que no le correspondían en contra de la voluntad y el trabajo en conjunto del Cabildo. Otra vez me pregunto: ¿Es eso acaso dignificar el principio de conducta que tanto busca Rubén Muñoz Álvarez?
Si ya con lo anterior no fuera poco, el mismo candidato coaligado que va en caída libre a la baja en el ánimo popular, puntualizó que el despedido de Isidro Ibarra Morales es un cuadro político que tiene mucho que darle a su estado, y mucho que darle al municipio de La Paz por ello de su incorporación.
Tanta dulzura empalagosa –más bien arrogancia y pedantería- está llevando a muchos obliga a pensar que quizá la empresa Grupo Integral de Recolección y Reciclados de Occidente, misma que promovió un Juicio de Amparo y que adujo transgresión al derecho fundamental de la audiencia prevista puesto que la decisión fue tomada “a sus espaldas”, sin darle la oportunidad de “presentar defensa, ofrecer y desahogar pruebas, alegar”, y que esperaba resolución correspondiente edilicia bajo el contubernio del entonces secretario general del Ayuntamiento, pudiera estar avituallando a través de Isidro Ibarra Morales “algunos pesos y centavos” al proyecto que busca a toda costa como principio de conducta la dignidad. ¿O no?
¿Por qué? Bueno, porque ahora cual mesiánico esquirol, Isidro Ibarra Morales pudo haber prometido que al llegar –como que ya es dudado por muchos- al cargo de alcalde “Rubencito” mantenga en el estado en que se encuentra el asunto de la privatización del alumbrado público en la capital del estado, y que por tal motivo dé marcha atrás al acto de autoridad tendiente a suspender las actividades en la prestación del servicio que busca ser concesionado. Digo, es una mera suposición.
Se juega mucho con este asunto, y de ahí que la llegada de Isidro Ibarra Morales al equipo de Rubén Muñoz Álvarez dará mucho pero mucho de qué hablar en la ruta crítica rumbo a la elección del próximo primero de julio, pues tal vez cual “vil encantador de serpientes” se haya comprometido a revocar la resolución del Juzgado Federal Segundo de Distrito en el Estado, y conceder el contrato de privatización a favor de la compañía, además de ordenar el pago de alrededor de 26 millones de pesos que hasta ahora el gobierno municipal ha logrado detener para no perjudicar las arcas públicas de la sociedad paceña.
Luego entonces está en entredicho aquel mensaje de inició campaña en pos de la presidencia municipal de La Paz por parte del abanderado por el Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido Encuentro Social, ya que muy a su estilo –soberbio y arrogante- gritaría a los cuatro vientos que haría de la dignidad su principio de conducta, y que buscaría que esta se hiciera una costumbre en la política, por lo que quien esto escribe mejor seguirá BALCONEANDO. . .