BALCONEANDO
¡BRECHA DE GÉNERO!
Por Alejandro Barañano
Tengo la fortuna de ocupar un espacio en Suma 21,movimiento activo de participación ciudadana cuyo propósito fundamental es dialogar de manera abierta, plural y democrática, además de buscar construir y aportar experiencias para generar un mensaje social que impacte en las decisiones públicas.
Pues bien, el pasado miércoles por la noche se contó con la presencia de cuatro valiosas mujeres que por uno u otro motivo han dejado huella palpable en su andar, y me refiero a la diputada local emanada del Partido Revolucionario Institucional, Anita Beltrán Peralta; a la actual secretaria de Promoción Política del Partido Acción Nacional, Maritza Muñoz Vargas; así como Patricia Patrón Cota, quien es consejera de la CANACO La Paz e integrante de la Red de Mujeres para la Igualdad Sustantiva, y Alicia Contreras Álvarez, fémina por demás preparada en materia de Educación Inclusiva y en Diseño y Desarrollo de Proyectos de Investigación en Educación, y quien a la par de ello ha sido participe en diversas mesas de análisis y discusión sobre Políticas Públicas.
Después de escuchar sus ponencias –extensas todas ellas y sobre todo bien sustentadas- me quedó claro que la participación de la mujer en la política se mantiene en desventaja con relación a los hombres, puesto que el porcentaje de cargos decisorios en los gobiernos para ellas es por demás reducido, esto en todos los niveles.
Y es que curiosamente en la Administración Pública existe la tendencia de designar a las mujeres en posiciones relacionadas con la política social, tal y como sucede en el ámbito de la Cultura, Educación, Juventud y Bienestar Social. Mientras que en las áreas consideradas como técnicas o políticamente determinantes su participación es menor.
Sin embargo la presencia de la mujer en puestos de importancia política y alta responsabilidad han aumentado progresivamente, aunque este avance ha sido lento, pues existen obstáculos que impiden la participación más representativa y efectiva de ellas en los diferentes ámbitos de toma de decisión tanto político como económico.
Todo esto se origina al margen de su cualificación por los prejuicios y estereotipos culturales que se tejen en torno a la mujer, tal y como lo es la discriminación y la visión tradicionalista de los roles de género que generan una debilitada posición social del mal llamado “sexo débil”.
Sin embargo, existen factores que enturbian la imagen de tantas y tantas mujeres que aportan en demasía en bien de la sociedad, pues algunas que han alcanzado el umbral del éxito han venido dando al traste el mayúsculo esfuerzo hasta ahora logrado.
Y como patético ejemplo de lo antes dicho pondré el bochornoso espectáculo que brindó la senadora Lucía Trasviña Waldenrath, esto justo al momento de votar a favor de la extinción de los fideicomisos, manifestándose muy a su estilo con un descomunal: “¡A favor cabrones”!
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero mientras existen miles de mujeres preparadas y convencidas del rol que deben de tener en la actualidad –y como ejemplo están los cuatro nombres que marcamos al inicio de este espacio– hay otras como Lucia Trasviña Waldenrath que embelesadas por la pedantería que otorga el poder, insulta y aplasta sin recato ni pudor alguno, mostrando no solo de que está hecha como persona, sino de lo mareada que anda con el puesto o hueso que de pura chiripa logró.
Lo de la senadora Lucia Trasviña Waldenrath no tiene nada que ver con la lucha por la igualdad de género, yeso hay que subrayarlo cuantas veces sea necesario, pues ella en su mero afán de mostrarse cual crítica obstinadapierde la razón e insulta con facilidad pasmosa,colocándola una y otra vez en el lugar que merece: En elescarnio y repudio social que sin duda alguna se ha ganado a pulso.
La presencia de la mujer en posiciones importantes depolítica y de alta responsabilidad, han ido aumentado progresivamente -ya lo dijimos, y cierto es- pero desplantes como los que nos ofrece Lucia TrasviñaWaldenrath no se deben de presentarse hoy en día, pues no solo humilló a la oposición en la Cámara Alta del Congreso de la Unión sino a todas las mujeres que con dialogo abierto, plural y democrático han buscado estaren el ámbito de lo político y de lo económico, y para ellono tienen que utilizar expresiones soeces tal y como sucedió con la nativa de La Ribera que simplemente se ufanó majaderamente al sufragar sobre la desaparición de los fideicomisos.
Ahora bien, si son tan inmaculados como dicen ser lospróceres de la llamada Cuarta Transformación, pues que sancionen a Lucia Trasviña Waldenrath por violentar el Código de Ética del Congreso, sino quedará visto que están cayendo en lo mismo que tanto criticaron; por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .