BALCONEANDO
“CARTAS A EUFEMIA”
Por Alejandro Barañano
Muchas generaciones hemos visto y disfrutado las películas de Pedro Infante, y estoy seguro que una gran mayoría recordamos varias escena y canciones del carismático artista, pero hay una melodía en especial de la autoría de Chava Flores que realmente fue famosa en su tiempo titulada “Cartas a Eufemia”
La letra más o menos decía así: -Usted, amable lector, nada más póngale el sonsonete para que esto funcione- “Cuando recibas esta carta sin razón, Eufemiiiiia; ya sabrás que entre nosotros todo terminó. Si no la des en recebida por traición, Eufemiiiiiia; te devuelvo tu palabra, te la vuelvo sin usarla, y que conste en esta carta que acabamos de un jalón”.
A donde quiero llegar con esto, bueno a que un amigo desde hace más de dos décadas, Manuel Salvador Arce Delgadillo, le escribió una encíclica a la que podría ser la Eufemia del PRI en Baja California Sur, -por decirlo de alguna manera- o sea, a Gabriela Cisneros Ruíz, la cual inició diciendo: “Presidenta, probablemente no le interese escucharlo, pero a mi si me interesa comentárselo”; y ahí vendría la tonadita pegajosa aquella de ¡Gabrieeeeela!
A decir de quien fue en la pasada contienda electoral candidato a la diputación local por el XV Distrito, asegura que desde hace mucho tiempo le ha dedicado trabajo y todo su esfuerzo al Revolucionario Institucional, y quienes lo conocemos sabemos que jamás ha vulnerado su compromiso de lealtad para con el partido tricolor.
También en su “Carta a Gabriela” asegura que a pesar de muchos sinsabores ha permanecido leal a su convicción, y literalmente explica que eso no ha sido con los engendros del PRI, sino con quienes de buena voluntad han creído que los Documentos Básicos del partido son una guía de trabajo y cooperación política.
Manuel Salvador Arce Delgadillo es uno de los muchos priistas que vivió la hecatombe de la histórica derrota que en el año de 1999 les propinó Leonel Cota Montaño, y fue de los que con sus propios ojos pudo observar como arrastraron al líder del PRI en esos ayeres, Mario Vargas Aguiar, hasta echarlo a la calle.
Nunca jamás Manuel Salvador Arce Delgadillo ha ocupado un cargo por el que no hubiera trabajado, y de eso hay prueba palpable, y durante su paso por la administración pública accedió a los espacios que se ganó con esfuerzo y dedicación; y con mucha voluntad y carácter se le dio un espacio de participación política después de militar 30 años en el Partido Revolucionario Institucional.
Todo este arguende de la “Carta a Gabriela” le nació por una interrogante que tuvo y que transcribo tal cual la expuso: “¿Qué va a pasar con la CROC y su intervención en el PRI?”
Ello porque tanto Manuel Salvador Arce Delgadillo como muchos, pero muchos otros priistas que aún quedan vivitos y coleando, han visto como el ahora diputado federal plurinominal y varios ex candidatos del PRI emanados desde esa central sindical acuerparon hace días a Gabriela Montoya Terrazas para ir a la contienda plebiscitaria en Cabo San Lucas.
Muchos dirán: ¿Y? Bueno, pues que no hay que olvidar que eso mismo precisamente ocurrió en aquel año de 1999, cuando la otrora poderosa CROC apuntaló a los candidatos a la alcaldía de Los Cabos y que eran fervientes opositores del Revolucionario Institucional. O sea, por algo reza el dicho que la cabra siempre tira para el monte, pues ya se sabe el camino.
¿Acaso todavía no percibe Gabriela Cisneros Ruiz porque la sociedad les dio la espalda en las pasadas elecciones? Pues que raro, porque la respuesta es muy simple, por castigo a su apatía, corrupción y poca calidad moral construida en una imagen colectiva que representan las siglas PRI. Por castigo a las perversiones y deslealtades, y por eso más que nunca la protegida de Isaías González Cuevas tiene la responsabilidad de alzar una bandera de dignidad y con liderazgo.
Pero eso es un sueño guajiro, pues la dirigente tricolor en Baja California Sur no hará ningún deslinde ya que enarbola directamente los intereses de la CROC y esa, aunque lo niegue, es su prioridad.
Terminó su lapidaria misiva Manuel Salvador Arce Delgadillo con un “no es mi afán molestarla o disgustarla”; pero tal y como refiere la letra escrita por Chava Flores en su la “Carta a Eufemia”: “No me escrebites, y mis cartas anteriores no sé sí las recebites, tú me olvidates y mataron mis amores el silencio que les dites. Cuando recibas esta carta sin razón, Eufemiiiiia, ya sabrás que entre nosotros todo terminó”, pues así anuncia que buscará otros espacios en otros lugares, lo que podría ser el inicio de una desbandada tricolor, y mientras algo sucede al respecto, mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .