BALCONEANDO
¿LA OLVIDADIZA?
Por Alejandro Barañano
Hoy en este espacio, quiero recordar que mediante el oficio USIT/DTAIPD/939/2017 de la Dirección de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos de la Administración Superior de la Federación, se informó que el 2 de septiembre del año 2016 se presentó ante el Ministerio Público Federal una denuncia por el desvío de 25 millones 915 mil 980 pesos, a la cual se le asignó la averiguación previa FED/SEIDF/UNAI-CDMX/0001695/2016.
Ante esto, la Auditoría Superior de la Federación presentó a la par en la Procuraduría General de la República dos nuevas denuncias penales en contra la administración del ex gobernador de Baja California Sur, Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, ello por el desvío de recursos que suman 120 millones 653 mil 607 pesos de la cuenta pública del año de 2014.
En el escrito, cierto es que la Auditoría Superior de la Federación se abstuvo de calificar el tipo de delito en que incurrió el ex mandatario de Baja California Sur, ya que señaló que sus atribuciones son solo la presentación de las denuncias penales que deriven de las irregularidades detectadas en la fiscalización de la Cuenta Pública.
Pero la misma Auditoría Superior de la Federación se limitó a describir los hechos presuntamente delictivos derivados de la irregularidad durante la fiscalización, esto sin calificarlos jurídicamente, “como facultad que le corresponde al Ministerio Público de la Federación quien debe acreditar el cuerpo del delito de que se trate y la probable responsabilidad, como base del ejercicio de la acción penal”.
También se dio a conocer el primero de marzo del 2017, que se presentó otra denuncia adicional, pero ahora por 94 millones 737 mil 627 pesos, la cual tiene pendiente el número de averiguación previa hasta el momento.
Usted se preguntará: ¿Y a qué viene todo esto? Bueno, pues a que la todavía Contralora General del Estado y que mañana comparece ante los legisladores locales, o sea, Sonia Murillo Manríquez, desde febrero del año 2016 ha asegurado y vuelto a asegurar que en la evaluación de la administración anterior no se encontró ningún tipo de evidencia o irregularidad en la gestión de su gran amigo y protector, Marcos Covarrubias Villaseñor.
Con palabras textuales la señora dijo el 16 de febrero del 2016: “Fue una transición clara, no se encontró ninguna irregularidad en el gobierno de Marcos Covarrubias Villaseñor, se llevó a cabo la entrega recepción de cada una de las secretarías y estuvimos analizando cada una de estas actas y ahorita vamos muy bien en la entrega, trascendiendo de una administración a otra y dándoleseguimiento a los pendientes que quedaron por motivo de la transición pero todo muy bien”. ¿Quihubole?
La misma Sonia Murillo Manríquez ha enfatizado más de una vez que las cuentas públicas se habían entregado de forma ordenada, de cada secretaría por separado, en las que ha repetido hasta el cansancio, “todo ya se resolvió”;sin embargo quizá padezca algún tipo de alzheimer pues seguro eso la hizo no revisar cómo debería haberlo hecho el faltante de los 94 millones 737 mil 627 pesos que sí descubrió al detalle la Administración Superior de la Federación.
Así que pronto, más pronto de lo que Sonia Murillo Manríquez cree tendrá aclarar muchos años de enredos, mentiras y manoteos que hubo por parte de los “Covarrubias BCS Compañía y Asociados” -recuerde aquello de las pavimentaciones y otros enjuagues que traían entre manos tanto parientes como compadres de estos-, y quienes desde el final del gobierno de Narciso AgúndezMontaño unos y otros, se tiraron la bolita sin caer en cuenta que la Contralora General del Estado que se mantiene en funciones podría ser sometida ante lo que está inscrito en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Y lo digo porque quizá con la incipiente gestión de Andrés Manuel López Obrador la suerte de Sonia Murillo Manríquez podría estar echada ahora que le caiga encima la aplanadora de la Administración Superior de la Federación, pues tiene una gran experiencia para “enderezar las cosas chuecas”; y sino tomemos como ejemplo lo que hizo en la Secretaría de Educación Pública cuando le tocó limpiar todo la porquería que dejaron sus entonces encantadores amarillos con los que suspiraba; o cuando siguió barriendo de aquí para allá el mugrero que los panistas dejaron con la salida de Marcos Covarrubias Villaseñor; o peor aún, después del desquiciante trabuco conactos de malabares que realizó en el Centro SEP con sus “brebajes chafas” -como diría el buen amigo Víctor Octavio García– con la total complacencia de Héctor Jiménez Márquez.
Y lo digo porque ha trascendido que la Auditoría Superior de la Federación trae ya datos por demás interesantes sobre el paso de Sonia Murillo Manríquez por el Centro SEP, donde dejó muchos pero muchos lastimados que últimamente gozan de cabal salud, y que con el Sistema Anticorrupción implementado será mucho más difícil que pueda hacer los “maquillajes” que acostumbra sin que nadie se entere o quiera enterarse, pues notorio fue que sin transparencia y sin rendición de cuentas todo mundo supo de las inmundicias logradas por la todavía funcionaria estatal para seguir “escalando posiciones” como ha sucedido, por lo que tal parece que su caída será estrepitosa y de consecuencia fatales para muchos que la han cobijado. ¿Qué epílogo tendrá la novela de “La olvidadiza”? La verdad que no lo sé, por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .