BALCONEANDO
¡LA PRÓCER!
Por Alejandro Barañano
La dirigente estatal de Partido Revolucionario Institucional, Gabriela Cisneros Ruiz, tuvo la osadía de salir a declarar ante los medios y asegurar que a los alcaldes de La Paz y Los Cabos se les está empezando a caer las máscaras, y que por ende vendrá la desilusión de quienes votaron por ellos.
Aunado a lo anterior, la todavía protegida del “señor todopoderoso”, o sea Isaías González Cuevas, aseveró que los presidentes municipales emanados del Movimiento de Regeneración Nacional no están preparados para gobernar, puesto que se percibe –desde su óptica muy personal de ver las cosas- un descontrol y carencia de un eje de trabajo establecido, lo que al final de cuentas sus dichos se asemejan aquello que reza: “El burro hablando de orejas”.
Finalmente, aun y con la amalgama de simplezas y disparates que brotaron de su boca, todavía tuvo la desfachatez, arrogancia y cinismo de subrayar que el partido tricolor –que dice dirigir a la perfección- estará vigilante a cada una de las acciones que realicen ambos Ayuntamientos, y que como ciudadana sudcaliforniana velará por el bienestar de su estado y de su país. ¡Sopas perico!
Y digo que con simplezas y disparates porque eso de quererse elevar a la sazón de magnánima bienhechora no le queda, cuando no tiene la más mínima pizca de capacidad para entender que el talón de Aquiles del PRI es la corrupción, situación que se han ganado a pulso, por lo que la rozagante dama carece de toda credibilidad para convencer que esa terrible lacra –y hablo de la corrupción- permeará con los que ahora son gobierno cuando en realidad afloró desde el interior de su propio partido.
Tan cerrada está a la realidad Gabriela Cisneros Ruiz, que no puede avistar que hay mucha suciedad involucrada con políticos de su partido y que, por lo tanto, el PRI se mostró como un sistema de gobierno corrupto más que como tema de individualidades.
Para explicarle con bolitas y palitos, y así darme a entender con la naciente prócer tricolor, ahí están como ejemplo los gobernadores encarcelados y procesados por presuntos actos de corrupción o delincuencia organizada. Nombres quiere, pues nombres le doy: Mario Villanueva, Andrés Granier, Jesús Reyna, Javier Duarte, Roberto Borge y Eugenio Hernández.
Tal vez podríamos hablar también de Flavino Ríos o Rodrigo Medina que enfrentan procesos judiciales fuera de la cárcel, o César Duarte, Jorge Torres y Tomás Yarrington que se encuentran en el extranjero sujetos a procesos de extradición.
Súmese a la acusación el sospechoso financiamiento de la llamada “Casa Blanca” del presidente Peña Nieto y su esposa; o agréguese la llamada “estafa maestra” donde varias entidades del gobierno federal habrían presuntamente desaparecido miles de millones de pesos, utilizando contratos con universidades púbicas que luego subcontratar empresas fantasmas que nunca hicieron las labores para las que fueron ocupadas, o bien que ahora gracias al gobierno panista de Chihuahua, se está descubriendo un esquema en el que recursos federales se habrían desviado para financiar campañas del PRI utilizando, también, empresas fantasmas.
Previsiblemente también podríamos sacar más mugre sin necesidad de buscar mucha información para convencernos que, si bien hay muchos políticos corruptos en todos los partidos, los expertos en el tema son los priistas, e incluso hay algunos localmente. ¿Y sino que le pregunte a su padrino protector?
Por eso habrá que cuestionar a Gabriela Cisneros Ruiz: ¿Qué puede hacer frente a esta avalancha de tanta inmundicia? Nada, mejor quedarse callada.
Y es que en más de una ocasión con su ahora nacionalismo recalcitrante ha salido a decir que Enrique Peña Nieto con buen tino y mejor operación política logró que se aprobaran muchas reformas estructurales importantísimas. Pero todo eso acabó eclipsándose por un tema que atrapó e indignó al electorado: la misma corrupción del PRI.
Ojala que la todavía dirigente haga algo con las cenizas que quedaron del aquel Partido Revolucionario Institucional, y se dedique a levantar los escombros en que quedaron postrados desde el pasado primero de julio, y que no quiera ver pajas en ojos ajenos cuando en el suyo trae toda una viga incrustada de lado a lado; por eso quien esto escribe mejor seguirá BALCONEANDO. . .