BALCONEANDO
PORRAS: ¡DESESPERADO!
Por Alejandro Barañano
Desde hace varios meses Narciso Agúndez Montaño conformó una alianza política con su antiguo aliado Víctor Manuel Castro Cosío, situación que lo obligó a sacrificar a quien mangoneó durante su ejercicio de poder siendo gobernador y quien a la postre se convirtió además en su compañero de condena, o sea, Alfredo Porras Domínguez.
Así, con la exclusión del “Chato” en pos de la carrera por la sucesión gubernamental por parte de quien todavía se ostenta como propietario de la franquicia del Partido del Trabajo en la media península, se provocó una especie de contra-efecto con la rápida alineación del alcalde de La Paz en la sorda lucha por el poder, polarizándose de manera casi inmediata con quien fungía como delegado de los Programas Federales en ese entonces. En pocas palabras, fue una carambola de cuatro bandas.
Sin embargo ahora el aún diputado federal comenzó a mandar mensajes de desesperación, advirtiendo que sigue vivo políticamente y que dará pelea; por lo que sin recato ni disimulo publicó un par de fotos en redes sociales donde se le puede ver con Alberto Anaya Gutiérrez -dirigente nacional del Partido del Trabajo – disque presumiendo un nombramiento como supuesto precandidato de ese instituto político a la gubernatura del estado, aunque muchos aseguran que dicha designación es únicamente de puro membrete.
Y lo puntualizan abiertamente porque Alfredo Porras Domínguez trae la brújula bastante desorientada, pues sale con discursos desfasados y ambiguos cuales meros actos de redención mostrando su total y notaria carencia de congruencia partidista, pues declara sin conectar la lengua con el cerebelo que “irán unidos en el 2021 y que la izquierda será invencible en Baja California Sur”, ello justo cuando en lo su “establo político” unos y otros andan agarrados de la greña.
Además en las arengas y en las conferencias de prensa se le percibe de plano muy angustiado, y obvio es decir que para nada es aquel Porras conciliador y diligente que muchos conocimos, sino que ahora resultó ser un tipo con rostro adusto y desencajado, de gestos toscos y ariscos, y que aquella sonrisa que brotaba con naturalidad entre sus gruesos lentes rara vez ya se le percibe.
¿Qué le pasó? Pues bien, le pasó lo que le tenía que pasar, que está fuera de la jugada; pues la traición que le jugó Narciso Agúndez Montaño al aliarse con el vetusto de Víctor Manuel Castro Cosío, y además apuntalar a Luis Armando Díaz como candidato a la alcaldía de Los Cabos, le pegó directo en la línea de flotación.
Esa es la razón por la que ahora busca camorra a sus antiguos aliados y tutores, cosa que de antemano auguramos que le dejará un final feliz; más aún cuando se alió con Ernesto Ibarra Martínez –otro pobre huérfano del agundismo transexenal– sin darse cuenta que los escenarios y las circunstancias de hoy en día existen son totalmente distintas a las del año 2018; algo así como no es lo mismo los tres mosqueteros, que tres años después. ¡Quihubole!
De ese tamaño son los extravíos que está mostrando “El Chato”, peleándose y adelantándose a los tiempos, sin que ninguno de los dos –ni Porras ni Ibarra– traigan consigo de dónde agarrarse, y donde la desesperación comienza a causarles serios estragos.
En el caso de Alfredo Porras Domínguez extraña a muchos su actitud, ya que era reconocido como un tipo cerebral, frío y hábil en el difícil arte de la política, no así de Ernesto Ibarra Martínez que solo arremete en contra de las cercassin fijarse, tal y como lo hacen los toros mansos de lidia.
Sin lugar a dudas el problema que tiene Alfredo Porras Domínguez frente a él es su partido, ese que cogobierna con el Movimiento de Regeneración Nacional y que lo limita a comprometerse y hablar con la libertad que quisiera; y como ejemplo de ello está su afonía en torno a la carencia de apoyos para el campo, sobre la falta de inversión pública federal en la media península, sobre la desaparición del Seguro Popular y tantas y tantas promesas vertidas en la pasada campaña que han sido incumplidas, tal y como es el caso del IVA que prometió modificar y que sigue igual, o los precios de las gasolinas que no se ajustaron como ofreció,aunado a muchas otras cosas que ofrendó al pueblo sudcaliforniano y que ahora poco le puede ofertar para lo que quiere o dice busca; por lo que quien esto escribe mejor seguirá BALCONEANDO. . .