Días de cambios
Por: Salvador Castro Iglesias
Correo electrónico: salcasis@yahoo.com.mx
Este primero de Diciembre de 2018, México tendrá un nuevo Gobernante en la figura de Andrés Manuel López Obrar, un hombre que después de más de 12 años de estar en la lucha permanente para acceder a ese honroso lugar en nuestro País, lo ha logrado.
Mucho se ha dicho sobre este personaje, que es intolerante, agresivo, de tendencias populistas como lo fue en su tiempo Luis Echeverría Álvarez, que si de pronto es un reaccionario, que si fue impuesto por Carlos Salinas de Gortari, y así, tantas cosas que la verdad ya no sabe uno que creer.
Para muchos es un santo redentor que viene a sacar a los pobres de su pobreza y a terminar con los ricos y su riqueza, tal como pasó en la Revolución Francesa hace ya muchos años.
La verdad es que Andrés Manuel, oculta al parecer su verdadera identidad, nunca se sabe a ciencia cierta quién es, de repente es el diablo personificado para los conservadores de ultra derecha, para los pobres es un Dios reencarnado, para los estudiosos de la materia, otro mesías que llega con la verdad oculta, en fín, tantas cosas que pareciera no tener una personalidad definida.
Lo que es verdad y cierto, es que a pesar de que la derecha y el centro, hicieron todo lo imposible o impensable para que no llegara, llegó.
Así amigo, llegó para quedarse por al menos 6 años como Presidente de este aporreado País y todos los Mexicanos tendremos que acostumbrarnos a su forma de gobernar, pidiendo a todos los Santos que lo haga de la mejor manera y siempre en beneficio de todos, no solo de los pobres y desamparados, que tienda la mano al capital y de oportunidades a los que menos tienen para que puedan salir de su pobreza, economía mixta dicen los que si saben de estas cosas.
La verdad a mi humilde parecer que el líder moral de MORENA, deberá dejar los rencores y odios generados por la pasada campaña y meterse de lleno a gobernar y resolver de forma inmediata y constante los problemas que nos aquejan a todos los Mexicanos, la pobreza extrema en que viven millos de ellos, el poder hegemónico de quienes lo detentan para beneficio de unos pocos, la gran desigualdad que ello genera y sobre todo, gobernar con gran equidad para lograr así volver a hacer este hermoso País en un referente a nivel Internacional como ya lo fue hace tiempo.
Quienes creemos o no en Andrés Manuel López Obrador, hoy deberemos hacerlo, es nuestro Presidente, lo haremos sin dejar de observar o criticar con mesura o apasionadamente cada error que cometa, porque solo así el podrá endereza el camino.
No creo de corazón que el nuevo Presidente llegue con sed de venganza, México no necesita de ello, pero sí a un Presidente que sea justo, que aplique la Ley en donde haga falta y que castigue los excesos que tanto daño nos han causado.
Esperemos pues que estos 6 años de cambio de Gobierno nos ayuden a todos a salir del bache, que una y no desuna, que genere amor por México, rescate ese orgullo perdido por tantas desgracias y que por fin, saque lo mejor de cada uno de nosotros…
Nos leemos más adelante…