Las lealtades
Por: Salvador Castro Iglesias
Correo electrónico: salcasis@yahoo.com.mx
Cuando se habla de lealtad o de lealtades habría que referirnos antes que nada a la definición que dice: “La lealtad es una devoción de una persona o ciudadano con un estado, gobernante, comunidad, persona, causa o a sí misma… “ Wikipedia”
Sin embargo la lealtad antes que otra cosa es un valor, es demostrar solidaridad con los amigos, familiares, jefes, etc., es ser fieles a los principios que nos rigen.
De un tiempo acá y al paso del mismo he visto como las lealtades en muchas ocasiones son muy relativas, te soy leal siempre y cuando me convenga, pero si no es así entonces mejor hago como que lo soy mientras busco a alguien más que me de aquello que deseo.
Se puede ser leal a muchas cosas, principios, personas, hasta a uno mismo, sin embargo cada día que pasa vemos como las cosas no son así.
Cuando vamos de bajada o caída es cuando reafirmamos quienes en verdad son nuestros amigos, aquello que un día juraron ser leales a nosotros, estar siempre a nuestro lado y cosas así.
Si hablamos de política ahí es cuando las cosas se van descomponiendo, durante los primeros años de una Administración los colaboradores son en apariencia leales al cargo que detentan o bien al Partido que los colocó en algún puesto público, hasta que al paso de los meses o años y ya cerca de las próxsimas elecciones, vemos como se desgrana la mazorca; aquellos que dijeron ser leales ahora andan buscando otras lealtades, otros Partidos Políticos, otros puestos para seguir activos.
También ocurre algo similar con muchas supuestas amistades, te buscan o utilizan cuando tienes algo que a ellos pueda beneficiar, dinero, posiciones políticas, trabajo o bien para utilizarlo a uno en aras de sus propios intereses.
Pero ¿Qué tal cuando vas de bajada? ¿Cuándo se termina el poder?, verás a muchos supuestos amigos migrar hacia otros horizontes y no los vuelves a ver, o cuando los ves hacen como que no te ven ¿Qué cosas no?
Esto que escribo no va dirigido a nadie en particular, solo son remembranzas de otros tiempos, de otros ayeres.
Veo todos los días como se recomponen las lealtades, se bien que algunas de ellas siguen vigentes por la amistad, el compromiso y el amor, al trabajo, a los amigos de verdad y a quienes nos tendieron su mano en tiempos difíciles.
La verdad no se bien como se podrá recomponer este País, nunca he sido un buen politologo ni sociologo, ni nada de eso, solo soy un escritor que trata de entender a su manera las cosas que pasan.
Debo reconocer que a lo largo de mi vida he visto pasar frente a mi casa, entrar en ella, convivir y pedir ayuda a muchos que hoy dejaron de ser mis amigos, se fueron y por ahí andan con otros amigos, no pasaron la prueba de la lealtad, aquella que dicta que se es leal siempre.
En fin como bien dice la canción, “todo pasa y todo queda”, así sucede con muchas lealtades, se pierden por pocas razones, una es porque no hubo reciprocidad a ella, otra es que tal vez nunca existió lealtad, solo palabras vanas dichas por conveniencia y nada más.
Mi madre Graciela que en paz descanse me dijo una vez, Salvador, siempre tienes que ser leal, primero a ti y luego a aquellos que te han confiado su amistad, nunca te defraudes ni lo hagas con ellos.
En tiempos en que el poder y el dinero enferman se pierden las lealtades, y creo sin lugar a equivocarme que hoy se va perdiendo la lealtad a México, si, a este País que nos ha dado todo, todo ello en aras del poder desmedido, del uso fácil de la palabra para convencer a otros que somos leales y que el rumbo que llevamos será para llevar abundancia a todos, cuando esto en lo hechos no es cierto.
Palabras huecas dichas todos los días por nuestro Líder Supremo, que no van de acuerdo a los hechos, culpando a todos e incluso a aquellos que creyeron en él, eso amigos, para mi, se llama deslealtad, decir, justificar y pretender algo pero en los hechos concretos hacer lo contrario.
Tiempos aciagos en que la deslealtad es moneda corriente, en los que se le da más crédito a lo que dicen que dijiste que te dijeron, en lugar de preguntar, comprobar y corroborar las cosas.
No cumplir también es ser desleal, empeñar la palabra y no sostener lo dicho lo es, “si prometes, cumples”, así de sencillo.
Ahora con las redes sociales de moda, se inventan virtudes y se pregonan tal cantidad de cosas que tristemente la gente las cree porque es más fácil criticar y cuestionar que aportar.
Yo todavía creo en la palabra, en las acciones, en las realidades, en valorar todo apoyo recibido, toda ayuda de quien venga (siempre y cuando sea honesto), defenderé siempre el derecho a ser leal, a no traicionar a quienes han creído en mi, y sobre todo a decir las cosas como son, en lugar de hacerlo en lo oscurito.
México necesita gente leal, gente que lo ame en verdad, que se sienta y viva como Mexicano y que aporte, no que destruya. Este México tan nuestro.