¿CÓMO REDUCIR LA VIOLENCIA MEDIANTE SEGURIDAD Y JUSTICIA?
Por: Lic. Francisco Javier Ángeles Villarreal
Es claro, que definitivamente, se debe decidir por una estrategia más efectiva para la lucha por la paz, y controlar el delito. Consideramos viable el desarrollo de una justa y eficaz política social que incida, a tiempo, en los factores que favorecen y configuran el crimen, y se opte por la instauración de una sociedad más sana. Una sociedad que eduque a sus miembros más en el respeto a lo más sagrado que tiene un ser humano, la vida, la libertad, el patrimonio, y diversos bienes jurídicos importantes, más en la razón que en la pasión desmesurada.
Evidentemente tenemos que tener una prevención proactiva, políticas de acercamiento a la ciudadanía, recobrar la confianza y respeto hacia las instituciones, legitimarse con un trabajo permanente de contacto ciudadano, mesas de diálogo, programas de capacitación hacia los planteles educativos, visitar las áreas geográficas donde se encuentre detectado cada índice delictivo y concientizar a las personas de sus derechos, de las consecuencias que suceden cuando se comete un delito; dichos programas deben ser implementados por un grupo elite de la Policía Estatal, que revistan respeto y confianza en cada ciudadano al momento de interactuar.
Los programas preventivos proactivos, deben realizarse de fondo, con alta calidad e importancia, y alejarse de la cantidad, o programas fugaces.
Los parques deportivos deben ser rescatados por la Autoridad para que los ciudadanos transiten tranquilamente con sus familias. Más presencia por parte de la Policía en las calles y en lugares identificados como los más conflictivos, y dirigirse con respeto hacia el ciudadano, con la finalidad de que el ciudadano comience a tener una imagen distinta de los cuerpos policiacos.
Insistir en una comunicación y coordinación interinstitucional, con el objetivo de erradicar la violencia de las calles; propiciar la cultura, deporte, acceso a la educación de los jóvenes y un uso correcto de las redes sociales.
Realizar acercamiento con Empresarios, mesas de diálogo, para que ellos como iniciativa privada aporten su opinión de acuerdo a su postura, y lograr que en un corto o mediano plazo, sean ellos quienes le brinden una oportunidad laboral a personas que abandonan la prisión, todo mediante un seguimiento de que la persona que cumpla una condena de prisión, tendrá la oportunidad de conseguir un empleo, y no continúe etiquetada ante la sociedad, evitando que nuevamente decida delinquir.
Recurrir a una prevención del delito proactivamente, no conlleva en concebir que no se castigara o perseguirá jurídicamente a quien comete un delito en el Estado o País, al contrario, se trabajaría paralelamente buscando resultados concretos.
La prisiones deben ser supervisadas y que los internos laboren, y estudien, pues el tiempo que se encuentren en prisión sea productivo para ellos; colocar a personas de suma confianza y lealtad en mencionados lugares sensibles. La persona privada de su libertad no debe ser rezagada, pero si recibir un tratamiento, que exista un dialogo con las familias y accedan a programas para vivir una vida alejada del delito. Es una toma de conciencia de la situación que los llevo a delinquir y como el proyecto de vida se vio interrumpido por una mala decisión.
En opinión personal, la prevención de la violencia se encuentra abandonada en México, de igual forma, la etapa de reinserción social en las prisiones; estudios indican que existe hacinamiento y violencia en la etapa donde compurgan las penas, entonces la prevención especial para la persona que se equivoco y cometió un delito, es nula, pues regresan a la sociedad para delinquir una cifra considerablemente elevada; el tema es alarmante, pero no difícil abordarlo y empezar coordinadamente con las instituciones para prevenir conductas delictivas y la efectiva reinserción social.