Directo…y al grano
Por: Eliseo Zuloaga Canchola
Mario Santiago: periodista de su tiempo y circunstancia
* Director de la Revista Compás, prestigio y respeto social
* Raúl Zavala, Julio César Saucedo, Jesús Chávez, mentores
* ¡Un abrazo hasta el cielo Mario!
Una media mañana de los primeros días de julio del 2016, una llamada de Alfredo González González nos obligó a abandonar la agenda del día: ¨Fijate manito que me habló Armida Caloca, me dijo que habían llevado a Mario Santiago al hospital del ISSSTE, puedes darte una vuelta a ver qué le pasó?¨.
De inmediato, acompañado de mi hijo Alfredo, fuimos a la casa de Mario Santiago, Director de la Revista Compás, periodista de prestigio, analista político. Un buen hombre que se tomó parte de su vida para enseñarme el ejercicio periodístico. No estaba el maestro, su casa estaba cerrada.
La siguiente escala sería el hospital del ISSSTE. No aparecía en la lista de pacientes internados, de ahí al área de urgencias: Ahí estaba Mario Santiago González, en una camilla entre los pasillos de urgencias.
Dormitaba, le toque el brazo, despertó, me reconoció, sonrió:
– ¿Cómo estás Mario?
– A quién le aviso de tu familia?
– Llámale a Luly, me dijo
– Tu hija no me contesta al número que tengo de ella, ya intenté hace rato
– Búscala en su casa, vive cerca de la Tienda Ley, por la calle Aztecas
Permanecí buen rato de la tarde y me despedí de Mario, le prometí que iría a buscar a Luly –mi ahijada-. Llegue a casa de Luly, le dije que Don Mario estaba en urgencias desde la media mañana, que había tratado de localizarla.
• Cambié de número, pero ahorita me voy rápido al ISSSTE
• Si se ofrece algo, no dudes en llamarme
Horas después mientras comía con mi esposa Gaby, recibí la llamada: ¨Padrino, creo que te tomaré la palabra, ¿podrás quedarte con mi papá en el hospital?
La respuesta era obvia. Pues la noche anterior ella había cuidado de Mario en casa del maestro. Llegue a las nueve de la noche, todavía estaba en camilla en los pasillos de urgencias.
• Cómo vas Mario?
• Volviste Eliseo, mi fiel amigo, gracias, cómo está tu familia, tus hijos, tu madre?
• Todo bien profe, gracias. Me preocupas tú, qué ondas qué te han dicho los médicos?
• Pues aquí me tienen, me harán estudios.
Bromeamos un poco, preguntó por Alfredo González, recordamos algunas anécdotas y sonreía. Pidió le sobara el brazo izquierdo, luego el derecho.
• Más fuerte cabrón, dijo en tono de broma.
Y de pronto, empezó a convulsionarse un poco. De inmediato llamé a un doctor, los ojos de Mario se encontraban extraviados. Llegó rápido un médico, éste pidió apoyo de enfermeras, le colocaron mangueras de oxígeno y le pusieron tubos en su boca.
El doctor preguntó si era familiar del paciente. Le dije era su amigo, y pidió que debía estar presente un familiar. Llamé entonces a Lourdes, su hija, la puse al tanto y en unos minutos regreso.
• Tu padre se puso mal, no responde.
De ahí Mario pasó a terapia intensiva. Un par de días después a piso. Estaba entubado, no hablaba, a veces balbuceaba y sólo abría los ojos. Lourdes y yo nos turnamos varios días para cuidarlo, también sus nietas Diana y Lizbeth.
A mediados de julio, fue llevado a que le hicieran unos estudios al hospital Salvatierra. Permaneció un par de días. Jesús Chávez Jiménez, Porfirio Sarabia, periodistas amigos de Mario, acudían a preguntar por su salud.
Luego otra vez de regreso al hospital del ISSSTE. Eternas las noches cuidando a Mario, Luly llegaba en las mañanas al relevo. Alfredo Ruíz Ochoa, director de atención al derechohabiente, pendiente en todo momento.
Recibíamos llamadas de Ricardo Barroso Agramont, Milo Arce, Jesús Sobarzo, Alfredo González, Betty Savín, Armida Torres de Caloca, entre muchos más, preguntaban por la salud de Mario.
Su hermano Jaime Santiago llegó de San Diego, California. Pedro Santiago también al pendiente de la salud del maestro.
Fueron días y noches, cerca del maestro y amigo.
Tiempos de reflexión y recordar anécdotas: Mario Santiago era un periodista duro, de prestigio, respeto y credibilidad social. Llegó de Ensenada a Baja California Sur, dirigió el períodico BCS, colaboró en El Sudcaliforniano, y varios medios de comunicación. También fue servidor público municipal, estatal y federal. Y las últimas décadas dirigió la Revista Compás.
Junto con Juan Raúl Zavala Magallanes, Julio César Saucedo y Jesús Chávez, Mario Santiago se convertirían en poco tiempo en mis amigos y mentores.
En 1996 Mario Santiago me invita a colaborar con él en el área de prensa del Instituto Federal Electoral, donde él era el coordinador general y José Alberto Nuño su segundo de abordo.
Durante una gira de trabajo, habíamos comido mariscos y salimos de Ciudad Constitución hacia Loreto. Mario iba a bordo de un auto pequeño junto con Humberto Pérez Morato. Al salir del lugar arenoso, aceleré la pick up en que viajaba solo y lo rebasé para ir delante de ellos, sin querer el auto patinó, aventó tierra y polvo hacia atrás que fueron a dar hacia el carro en que viajaba el maestro, y en un tramo antes de llegar a las curvas de Ligüi, el tráfico era lento y en un solo carril, había maquinaria pesada y hombres trabajando en la rehabilitación de la carretera.
Era obligado frenar, detenernos. Mario llegó, me pidió caminar un poco, baje del vehículo y, él estaba serio, sin más preámbulos dijo:
• Mira Eliseo, te daré un consejo, y espero lo cumplas, te va a servir. Su rostro y tono de voz indicaban signos de molestia: ¨Nunca jamás en la vida trates de rebasar a tu jefe¨.
• Lo siento profe, no volverá a suceder.
Y ya en La Paz, luego de esa experiencia, cada vez que lo encontraba en la calle o en una esquina, le daba el pase. Nomás movía la cabeza y se reía.
La noche del 29 de julio del 2016, platiqué con Mario Santiago, me había tocado quedarme. No respondía, pero escuchaba todo lo que le decía, movía los párpados, esa era la señal de que entendía.
El relevo llegó por la mañana del 30 de julio. Lourdes, su hija, se veía cansada igual que yo. Habían sido semanas de desvelos y preocupaciones. Y a media mañana, cuando intentaba dormir un poco, recibí la mala noticia: ¨Eliseo, mi papá nos dejó, ya descansa¨.
Un sollozo se ahogó en mi garganta. Voy, no tardo.
Todavía en su cama, en esa habitación del ISSSTE, pedí un momento a solas con él: ¨Gracías Mario, por tu amistad, por tus consejos, por tus enseñanzas¨.
Han pasado dos años desde tu partida. Otra vez gracias, ¡Un abrazo hasta el cielo Mario!
A granel…
Esta semana el alcalde electo, Rubén Muñoz Alvarez, dedicado de lleno a trabajar en la preparación de la entrega-recepción de la administración municipal. Y Omar Zavala Agúndez colabora en la tarea…Todo indica que Carlos Amed Rochin Alvarez, se perfila hacia la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional. Tendrá que demostrar más humildad y accesibilidad con la militancia albiazul. Y tomar en cuenta que no debe conducirse como lo hizo desde la Oficina del Jefe del Ejecutivo. Atender con las puertas abiertas será una tarea a cumplir…Al interior del PRI los grupos buscan el relevo de Gabriela Cisneros, sería saludable una nueva dirigencia…Nuestro correo: elíseo.zuloaga@hotmail.com