DIRECTO…Y AL GRANO/ GABRIELA MENDOZA: ¡AY CALAMBASH!
Por: Eliseo Zuloaga Canchola
GABRIELA MENDOA: ¿AY CALAMBASH!
- Conmovedor discurso, la voz del corazón
- Quinto aniversario luctuoso de ACMA
- El padre, hijo, hermano, amigo, el abuelo
Poco antes de las diez de la mañana la explanada del acceso al Panteón de Los Sanjuanes recibía a nutrido grupo: era la familia del ex gobernador Ángel César Mendoza Arámburo, excolaboradores, amigos y medios de comunicación que se darían cita para conmemorar el quinto aniversario luctuoso del creador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Juan Manuel Velázquez Pérez, quien fuera director de obras públicas durante el sexenio de Ángel César Mendoza Arámburo, en su calidad de orador oficial, resaltó las acciones del periodo que gobernó Mendoza Arámburo. Y destacó que como hijo, esposo y padre fue un hombre ejemplar: “tenía una coraza de valores humanos con la cual cubrió y formó a su familia, mostrándoles el rigor del compromiso, el deber y la honradez, pero también del amor que le transmitió a su esposa, doña Luz Davis y sus hijos. La huella de su vida está impresa profundamente en la política, la cultura, la educación y el desarrollo del estado”.
Carlos Mendoza Davis, Luz Davis de Mendoza, Gabriela Velázquez de Mendoza, Ángel César Mendoza Davis, Lupita Mendoza Davis, Esteban Ojeda Ramírez, Gabriela Mendoza Velázquez, y Juan Manuel Velázquez Pérez.
Y en la primera fila, al frente, Don Isidro Jordán Carlón, René Rouyer Garayzar, Guillermo Vázquez, el excandidato presidencial del PRI en la pasada elección, José Antonio Meade Kuribreña, y Carlitos Mendoza Velázquez. Y en la otra fila representantes de las fuerzas armadas, el delegado de los programas de bienestar, Víctor Manuel Castro Cosío, así como los alcaldes de Mulegé Felipe Prado, de La Paz Rubén Muñoz Alvarez, y de Loreto, Arely Arce.
En el resto de las sillas se dejaban ver Isidro Jordán Moyrón, Raúl Mendoza Unzón, José Ávila Geraldo, Joel Ávila Aguilar, Andrés Córdova Urrutia, Héctor Jiménez Márquez, Herminio Corral Estrada, Carlos Rochín Alvarez, Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, Dante Salgado González, Juan Alberto Valdivia Alvarado, José Antonio Valdivia, Antonio Avilés Rocha, Crisóforo Salido Almada, Homero Davis Castro, Genaro Ruíz Hernández, Jesús Murillo Aguilar, Alejandro Blanco, Gabriela Cisneros, Raúl Antonio Ortega Salgado, Alfonso González Ojeda, Francisco Mercado Romero, y José Hernández, quien fuera chofer y amigo del ex gobernador Ángel César Mendoza Arámburo, entre otros.
Jesús Sobarzo y Mabel Torres, atentos a la coordinación de los medios de comunicación.
Y luego la voz de Gilberto Valladolid, hace la presentación de Gabriela Mendoza Velázquez, quien daría emotivo y conmovedor discurso.
La hija del gobernador se dirige al público, dice sentirse un poco nerviosa, y resalta el cariño y consejos que le daba su abuelo el exgobernador Ángel César. La voz se le quiebra un poco, se detiene, trata de continuar, algunas lágrimas mojan sus juveniles ojos, toma poco de aire, y en ese momento se levanta Carlos Mendoza Davis de su asiento y se acerca a ella para abrazarla y darle un beso en la mejilla, le da ánimo y ella continúa. En ese momento surge el aplauso y le marca la pauta a seguir.
Dijo no conoció al político, porque ella era muy pequeña cuando se fue. “Pero conocí al hombre, al abuelo, el cariño que me daba. Y cada vez que íbamos a visitarlo nos decía “ay calambash” “ay calambash”, miren quien llegó”. Y otra vez la voz entrecortada, surgían otra vez algunas lágrimas y el aplauso no se hacía esperar.
Y habla de los últimos momentos del ex gobernador. Eran demasiado pequeños ella y su hermano Carlitos y no les permitían visitar a su abuelo al hospital. “Pero, pudimos hacerlo, al vernos nos dijo: “Ay calambash” “Ay Calambash”, miren quien llegó”. Días después, se fue.
Desde sus asientos Carlos Mendoza, Gabriela de Mendoza y doña Luz Davis, atentos, con nudos en la garganta: estaban escuchando no un discurso, sino la voz de un corazón que recuerda y extraña a su abuelo.
…, “Ay Calambash”. Gabriela Mendoza Velázquez dio un relato sobre un hombre ejemplar, que fue su ejemplo, el que le enseñó a tomar decisiones, a decir sí o no. “Ay calambash”.