EL DELITO Y SU LUCHA FRONTAL
Por: Francisco Javier Ángeles Villarreal
Con frecuencia escuchamos en los medios de comunicación la existencia de un hecho delictivo en la sociedad, o en desafortunados casos jugamos un rol como víctimas de un delito. El miedo aparece en la mente de todos los lectores o conversaciones cotidianas, donde se clama por el mayor castigo, pero posteriormente con el tiempo se olvida a la víctima y desde luego al hecho.
Es como si fueran episodios incompletos, pero todos con un fragmento de inseguridad y confusión.
El Derecho Penal goza de un papel importante en nuestra sociedad, es la herramienta más fuerte que tiene el Estado para combatir un evento de criminalidad; las esperanzas de toda sociedad es que nunca apareciera el delito, pero eso resulta imposible debido a que quienes cometen delitos, son las personas, tendríamos que tener una completa extinción de la especie humana para jamás tener sucesos delictivos.
El análisis del comportamiento criminal en una sociedad, debe ser atendido desde la prevención del delito, lograr obtener información de lo que acontece en cada sector de la colectividad y poner en marcha operativos de conciencia ciudadana, o presencia policial en los horarios donde el delito aparece para que se abstengan quienes se dedican a una actividad ilícita.
La tendencia moderna del Derecho Penal se ha ido enfocando cada vez hacia la prevención. El reconocido Beccaria lo manifestaba en su obra que “Es mejor evitar los delitos que castigarlos”. Sin embargo, la prevención y la reinserción social se han encontrado en un callejón sin salida en la actualidad.
La pena de prisión resulta sumamente indispensable para lograr la convivencia del hombre dentro de un núcleo colectivo, siendo el único instrumento por el Estado para un inmediato control social y reafirmar la vigencia de la norma penal.
En la medida en que existan condenas, se envía un mensaje de quien actué en contra del derecho será perseguido y castigado, logrando evitar un sentimiento de impunidad por parte de la colectividad social; claramente, con respeto y proporcionalidad de quienes fungen como operadores del sistema.
Pero, el reconocido penalista Alemán, Jakobs, en su teoría el Derecho Penal del Enemigo, afirma que las estructuras sociales y comunicación es únicamente entre personas, y son quienes adoptan un papel de ciudadano “respetuoso del derecho”, considerando que todo comportamiento contrario a derecho, perturba, y pone en duda la conformación social y que el infractor del derecho al alejarse de la norma, se coloca en un status donde se le flexibilizan sus derechos para neutralizarlo.