1.- De las grandes ironías.
2.- El futuro nadie puede predecirlo.
3.- Que un pueblo retorne a la paz y no llegue fragmentado.
4.- El caso MacArthur fue un ejemplo evidente.
Por: Alfredo González González
Es verdaderamente inadmisible que en el presente año según los estudiosos deban morir 20 millones de seres humanos porque no tienen que comer allá en el continente africano. Paradójico porque es en la parte central de África donde se encontraron los vestigios del hombre primitivo que después cruzando Siberia llegó al continente americano.
Mientras muere un niño cada 40 segundos y las mujeres con sus pechos flácidos las grandes potencias publicitan sus grandes triunfos en el espacio donde hay la intención de la supremacía espacial y se gastan grandes cantidades de dinero. Es la condición humana. Si tan solo tiraran bombas de alimentos, medicinas, ropa, a mucha gente que está clamando un derecho humano. Son las paradojas, un solo viaje espacial cuesta ciento de miles de millones o de rublos, o de euros, andan buscando en la galaxia cuando no han podido componer el escenario de dolor en el planeta azul.
La política suele ser compleja, hemos dicho que en ese apasionante campo 2 x 2 no son cuatro, pueden ser 4.5, pueden ser 6, como la fórmula para sacar la medida de la circunferencia 3.1416, pero puede irse hacia el infinito 16, 16, 16, 16, hasta el infinito. Sin embargo lo más acertado de pi es 3.14.16, pero así es la política, inexacta.
Uno de los errores más notables fue el de Douglas MacArthur nacido en Little Rock. Un militar que gozaba de la simpatía de las fuerzas del pacifico cuando la segunda guerra mundial. Rompió el cerco japonés de Filipinas porque tenía que recibir pertrechos de guerra que no llegaron y los japoneses le pegaron una buena zarandeada, fue llamado a Washington pero antes les dijo al ejercito: ¡Volveré! ( I will be back). Esa leyenda le pusieron a los cigarrillos, chocolates, comida enlatada, ropa, armas, para que animara a las tropas aliadas.
Regreso como un héroe a los Estados Unidos y fue paseado por las capitales de los estados de la unión. Indudablemente el mejor hombre que tuvo el ejército norteamericano. Pensaba que por los resultados obtenidos podía llegar a la presidencia del país más poderoso de la tierra y lanzo su candidatura, pero ¡oh! Ni siquiera en Little Rock, ciudad natal gano las elecciones primarias. Un hombre tan querido, tan echado para adelante, valiente, y defensor absoluto de la democracia le falto escalar el último peldaño.
La política en este país tiene extrañas conversiones. Viví la experiencia cuando estuve en la dirección general de prevención y adaptación social, fui homenajeado en Sonora por el trabajo desempeñado, por el director general de la institución de la república mexicana, hicimos desfilar a los presos, con carro alegórico, rondalla, etc. Había pensado que por tal efecto y por las relaciones en gobernación podía aspirar a la dirección de gobernación del estado. Pero no fue así.
Había hecho una carrera como presidente, consejero en el titular para menores, luego subdirector general de prevención general y finalmente en la dirección general de prevención. Quizá hubiera sido el hombre mejor pero no el que más convenía.
Habría mucho que contar pero lo que vive uno y ha leído es la mejor filosofía y esta es una enseñanza que anda con muchos “prontos” en un momento en que la entidad esta cohesionada ante un enemigo mortal llamado pandemia e inclusive lo que tengamos que aportar las familias lavándonos las manos, cubriéndonos la boca, con cuidados elementales como el gobierno de la república, revacunado, ya después Gatell tendrá que dar explicaciones.