- Casos célebres: Chessman y Kaplan.
- Causas y efectos. ¿Justo? ¿Legal?
- También cuando oímos: ¡Perdone usted!
Alfredo González González.
A raíz de la recaptura de Guzmán Loera hice algunas evocaciones, correlacionando documentos en la década de los 60´s, recién egresado de la emérita Escuela Normal Urbana. Cayó en mis manos un libro escrito por un presunto asesino llamado Caryl Wittier Chessman titulado “Celda 2455”.
Pero como dicen los malos escritores: Empecemos por el principio: Se habían cometido varios asesinatos perpetrados en mujeres en el Estado de California, USA. En una de tantas pesquisas, los investigadores a juicio de ellos habían encontrado evidencias que el culpable era la persona antes mencionada y a quien se le apodó “El bandido de la luz roja”. La evidencia de donde según esto se desenvuelve la madeja es que la linterna tenía un foco rojo.
El caso dio mucho que decir. Chessman llegó a convertirse en su propio abogado defensor y organizó una biblioteca en la celda. En más de 10 ocasiones fue suspendida su ejecución cuando sonaba el timbre telefónico instalado en el área octagonal de la cámara de gases. Llegó a ser un experto en el habeas corpus (Amparo). 20 largos años duró el proceso hasta que finalmente fue ejecutado. Debemos apuntar que el papa del año en cuestión envió una valija con un piloto en un avión de retro impulso para que se le considere el indulto, pero el gobernador Eduard Brown no se inmutó ni ante las manifestaciones populares.
Otro de los casos fue el de Samuel Kaplan, venezolano que se evadió del penal de Lecumberri. Un sistema penitenciario prostituido por el trato y los abusos. Los guardias que vigilaban la parte superior del palacio negro cometían abusos sexuales con reos jóvenes. Un buen día que para Kaplan, sobrevoló las instalaciones un helicóptero presuntamente de la PGR, aterrizó en la azotea y tranquilamente se fuga el venezolano. Visto desde una óptica y aceptable Kaplan escribió a fuga del siglo, primer título que ahora lo quieren duplicar. Anduvo quince días en el DF y llegó a tal grado su temeridad que penetró en oficinas de la secretaria de gobernación, tramitando documentos, que consiguió para poder dejar el país y trasladarse a Venezuela. El libro puso en descubierto todo el cochinero que existía como una muestra de franca deslealtad. Sin embargo con todo esto se detonó el humanismo con ejemplos como García Ramírez, Quiroz Quarón, entre otros, y se procede al cambio de Lecumberri a un centro penitenciario con terapias ocupaciones, como laborales, deportivas, educativas, etc.
Kaplan es ubicado cuando ya había abordado una nave venezolana que según tengo entendido de acuerdo a las leyes internacionales ya formaba parte del territorio de ese país por lo cual no pudo ser bajado de la aeronave. El escándalo fue mayúsculo y en Caracas fue recibido como “Héroe”. Fue una empatía torcida, porque si bien es cierto que había problemas en el sistema de readaptación, la ley en ningún momento puede estar ajena al cumplimiento de sus efectos. En la obra de Archivaldo Cronin “Más Allá del Silencio”, un hombre purga 20 años de los 40 de sentencia por un crimen que no había cometido. La crítica se endereza a que la justicia británica siendo, así se dice, de las más certeras, le desgració la vida a un inocente. Entre los abogados hay un principio que dice: al menor indicio de duda sobre una culpabilidad es preferible desistirse, porque es preferible que un culpable ande en libertad y no un inocente esté en prisión.
Sin embargo, lo que hay que pensar seriamente es en esa empatía que despiertan gentes como Guzmán Loera, un hombre con una inteligencia bastante desarrollada y quizá tuviera algunas disculpas por una infancia llena de hambre y de miseria, sin embargo al tomar la niña como escudo humano se desploma cualquier situación que pudiera mínimamente favorecer. La artista Kate del Castillo obtuvo una fama inusual sin que le costara un solo centavo: ¿Todo lo justo es legal o todo lo legal es justo?