- La política y los afectos.
- Los impactos con el caso Moreira.
- Noticias de Guerrero Negro.
- Reparto de utilidades de caja de ahorro.
- Refilón.
Alfredo González González.
Alguna vez, me diría Don Alberto Andrés Alvarado Aramburo a la sazón gobernador de la entidad que la Política no debía estar reñida con los afectos y entendí lo anterior como el respeto a la amistad, a la lealtad y a la eficiencia. Fue un alto honor que siendo Senador de la República me solicitara ser el padrino de bautizo de uno de mis hijos y por tanto ello me obligaba a responderle al Político y al compadre. Si se cometía un error, no importaba la amistad ni el compadrazgo, hacía los apuntamientos con energía cuando se mostraba incapacidad o ineficiencia. En otras palabras no por el afecto o por lazos espirituales teníamos que ser dispensados en las tareas encomendadas.
Si hilvanáramos lo anterior con el caso Moreira, que lo han abandonado a su suerte, la situación se actualiza con este ejemplo, porque cuando él tuvo poder (Moreira), tenía toda clase de atenciones y algunas genuflexiones bastardas, ya que el respeto y el supuesto afecto que se le profesaba tenía un desvío únicamente hacia la silla central del Palacio de Gobierno de Coahuila.
No existe ninguna ley o restricción, para que un gobernante o un servidor público profese afectos, si en el caminar por la brecha del mandato existen las responsabilidades cumplidas y desde luego el ganar la confianza del jefe superior. En el caso de Moreira, se cumple algo que dijo un estadista gringo de apellido Foster Dulles, quien solía decir: Los Estados Unidos de Norte América no tiene amigos, tiene intereses. Para el caso de Moreira, se cumple aquel concepto de que en Política no hay amigos, sino intereses. Todo este maremágnum y marañas de ideas se me presentaron la madrugada del miércoles anterior, cuando tuvo que enfrentar Antonio Manríquez Guluarte a Leonel Cota Montaño, quien había tejido una tela de araña de informantes y tener la estrategia a tiempo para ir rebasando al realeño, pues una persona, conocida, era un quinta columna que informaba a la entonces Dirección de Gobernación del Gobierno del Estado, de opiniones, antipatías y uno que otro madrazo al originario de La Misión.
Y si lo anterior no tuvo madre, el colmo es que ubicado en una posición del PRI estatal, para hacer la logística de las giras de Antonio Benjamín, el primero en enterarse era el perredista que va en franco descenso. Este era uno la ecuación la completaba quien diciéndose amigo de los priistas, se echaba las 30 monedas. Aunque hay que decirlo, fue desairado al nombrarse el gabinete y no le tocó nada en la piñata.
Hoy Moreira lejos de su patria, seguramente está haciendo un análisis y aunque no está dicha la última palabra ya que el juez de Barcelona podrá tomar una determinación de fianza o de formal prisión, aquí sí se puede afirmar aquellas palabras que dijo un supuesto amigo de un servidor al triunfo leonlista: Olvídate, hermano, en Política no hay amigos, sino intereses, como una respuesta a una insinuación que le hice para que fuera su persona un muellaje a los reatazos que le daría a nuestro economía familiar, en un acto de supina estupidez revanchista.
En otro orden de cosas, las acciones del día de reyes llegaron hasta la intrincada población de Guerrero Negro. Llevando al frente a la señora Gaby Velázquez de Mendoza, titular de DIF Estatal. Independientemente de los festejos, obsequios, diálogos con los padres de familia, etc. La actitud de la señora Mendoza se eleva sobre cualquier mezquindad para hacerse coparticipe de las familias peninsulares aun en las distancias que imponen estar presentes en las lejanas costas del pacífico norte. La conciencia social de la señora Mendoza está de manifiesto.