El jueves anterior el presidente municipal de La Paz dispuso que poco más de 30 empleados dejaran sus trabajos y obviamente cesaran en sus funciones. El caso cobra importancia porque se trata de asesores, asistentes, ayudantes y quien sabe que otras cosas más, que la ex alcaldesa tenía en el ayuntamiento. Se calcula que hay un ahorro aproximado de 2 millones de pesos mensuales con lo que se irán subsanando paulatinamente los retrasos en pagos y ello lo ve con beneplácito los líderes y la burocracia municipal.
De ninguna manera se trata de aplicar vitriolo a Ponce Beltrán, pero queremos decir que cuando falta lo indispensable, nos debemos privar de lo que se pueda solucionar, sobre todo cuando no se lleva a cabo el pago de empleados modestos. Según tengo entendido. En este paquete a partir de hoy también la señora Minerva Simeón se despidió de su cometido. Pese a todo y a un trato que debió haber sido digno, hace días le agradecí en su momento las atenciones y preocupaciones, aunque tendremos que decirlo que gente con diez salarios mínimos obtuvieran compensaciones jugosas ante las famélicas miradas de los más desheredados. De cualquier manera mantengo ese agradecimiento para con la señora Simeón.
Nacho afianza el paso. Aquí cabría citar la frase cuando hay determinaciones y que dice: Luz y firmeza, firmeza y luz como el cristal de roca. Y si esto únicamente fuera una serie de adjetivos endulzantes, quizá podríamos hablar de unidades móviles de lujo. ¿Te acuerdas amigo Plutarco Montaño, cuando fundamos la emisora cultural y se nos asignó para el director una unidad desvencijada, un camioncito que funcionaba con aceite usado?
El mensaje es:
Ojalá que nunca olvidemos que los lujos se iniciaron con unas hojas de parra. La época que corre nos dicen que ya no podemos jugar a ser dioses o diosas cuando hay lugares a los que hoy hay que restituirles su dignidad. ¡Ahí viene el Nacho!