EN LA OPINIÓN DE ALFREDO
• Donde te encuentres Mundo Patrón.
• Despacito, decía Benito.
• Temeraria la acusación de Joel Vargas.
• Cosas insólitas: Solamente en Baja California Sur.
Alfredo González González.
La señora Rosa Elba de Toba Amador nació en San Ignacio, BCS el 6 de enero de 1946. 52 años fue y es la esposa del profesor José Edmundo Patrón. Falleció hace algunos días víctima de un problema agudo renal. Procrearon 6 hijos: Edaena, Eneida, Eoel, Eubiel, Eldy y Eunice. De ahí se habrían de generar 10 nietos y 8 bisnietos.
La tarde que sonó el teléfono y del otro lado de la línea se escuchó la voz enronquecida de Mundo le dije: Por favor no me digas que son malas noticias. Seguí de cerca el proceso de la enfermedad porque más de una vez debí intervenir para que en el área de hemodiálisis hubiera más humanismo y un trato afectivo a los pacientes.
Creo que se han corregido. Lo sé hermano Mundo, al irse tu señora se fue la mitad de tu vida, la cual, se revitaliza con la savia de 6 hijos, 10 nietos y 8 bisnietos.
Pese a tu dolor habrás de recordarlo en las tardes frescas bajo el centenario del laurel de la India de la plaza ubicada frente a la misión de San Ignacio y cuando la arrullaste con la tierna serenata de la que participaba todo el pueblo. La verás de pie en las espumosas olas del bronco pacífico de nuestra media península. Allá donde se forja el apellido Patrón para unirse por media centuria con la genética del apellido de la Toba.
Eres un magnifico esposo, un buen padre de familia, un abuelo en donde también el abrazo se fundirá y en el fondo de esta acuarela de la que es digna una familia sudcaliforniana ahí estará Rosa Elba enviándoles sus bendiciones.
Te lo digo de corazón, porque el saludo habitual entre tu persona y la mía era: De la amistad sincera emana la fraternidad. Salvaguardala en tu cerebro y en los ojos de tus hijos y tus nietos. Te abrazo.
En otro tenor, hubo un luchador social que cuando en el tiempo del general Mújica el michoacano le decía: “Benito tú tienes psicología oriental”, dirigente magisterial por la década de los 60´s, se ganó el apodo por su pelo cano, como el “Zorro Plateado”.
Sus expresiones preferidas eran cuando alguien se desesperaba por alguna posición: Despacito, despacito. Posteriormente las generaciones que vinieron para calmar los ánimos de desbocados y fuera de control solían decir los del bando contrario: “Despacito, dijo Benito”.
Por cierto, una expresión perfectamente aplicada a quienes andan como coloquialmente se dice: “como perro a bofe” en busca de la presidencia municipal de La Paz, pudiéndose dedicar con más entusiasmo y emoción a las tareas encomendadas. Es cierto que al que madrugada Dios lo ayuda, como también es cierto que le puede dar gripa. Así es que, como dijo mi tío Benito: Despacito, muy despacito, sobre todo cuando están presentando el trasero como una diana para el tiro al blanco. Lo de diana no es de ninguna manera alusión a una extraordinaria Diputada local.
También nos tocó leer las declaraciones del joven Diputado Joel Vargas Aguiar, donde señala a Covarrubias y Mendoza como los autores del pecado original de la inseguridad en el Estado.
La inseguridad surge cuando empiezan los crímenes en el tiempo de Narciso Agúndez Montaño. Quizá haya olvidado el joven Diputado de aquel caso de aquella niña que fue arrebatada de los brazos de sus padres y ejecutada del trayecto de San José a Cabo San Lucas o ya olvidó la ejecución de Jonathan Hernández, que jamás se le dio movimiento al expediente lo que hacía inferir que había intereses mucho muy altos y que inclusive ni siquiera se acordonó el lugar de los hechos y hasta este momento no aparece el arma homicida, o el asesinato de Antonio Alcantar que si bien no fue santo de mi devoción, no deja de ser una vida humana.
Nos extraña mucho un resbalón de tal magnitud porque el Vargas Aguiar ha sido prudente pero si ahora están en una coalición con el PRD y el PT no nos causaría extrañeza que muchos priistas se vendieron por las 30 monedas y le pegaron por la espalda a la institución tricolor.
En las cosas insólitas de nuestra entidad queremos decirles que el primer avión que llegó a esta ciudad, llegó por mar. La información me la dio el coronel, César el “Che” Atilio Abente Benítez, paraguayo de nacimiento y mexicano y sudcaliforniano con todo su corazón, mañana les platico como estuvo.