En la opinión de Alfredo
• Paulino Molina se despidió.
• Con Félix Abraham Puppo.
• La visión Juarista.
• La grajea cultural.
Alfredo González González.
Por razones derivadas de cuestiones de encontrarse con la salud quebrantada una miembro de mi familia y en la antesala de un estudio de mi compañera, me fue imposible asistir al congreso.
Me hubiera gustado estar porque Paulino Molina y un servidor caminamos hace años por los caminos partidistas. Hombre que irradiaba simpatías por su figura tipo Joaquín Pardavé, bromista, y dedicado a las comisiones que se le encomendaban, daba el toque humorístico a la institución a la que pertenecía.
Falleció de un problema al que había enfrentado con mucha decisión. Fue Diputado del congreso local, y por esas circunstancias que suelen darse en los caminos de la Política, Paulino viró hacia la izquierda y un servidor permaneció en su lugar hasta hace algunas semanas.
De origen humilde, tuvo la satisfacción cuando su economía mejoró de proporcionarles a su esposa y a sus hijos su casa y los estudios.
Los últimos años hacia sus recorridos para la limpieza de su sangre y finalmente llegó al final del plan que dios marca para todos. Si algún resabio existió por el haberse ido a otro partido que le ofrecía mejores perspectivas, prefirió enlistarse en otras posibilidades y lo logró.
Con estas palabras quiero despedir a mi amigo Paulino Molina, que estoy seguro que habrá de arrancar una primera sonrisa al gran Hacedor.
En otro orden de cosas, fue el joven Félix Abraham Puppo quien tuvo a cargo el discurso con motivo de un aniversario más de la gesta de Chapultepec.
En una guerra de las más injustas que se tenga memoria, entraron hasta el colegio y masacraron a los cadetes, apenas unos niños y se dice que el militar que venía al frente de las tropas yanquis, al ver a uno de ellos, se quitó la gorra e hizo el saludo militar. Iniciaría Almendáriz: “La historia de la grandeza de México ha sido escrita y forjada por hombres y mujeres jóvenes que dieron su vida por la soberanía nacional. Mexicanos ilustres que murieron en el campo de batalla…”.
El proceso histórico de 1847, no fue ignorado por los sudcalifornianos. Los habitantes de Mulegé pueblo. Enfrentaron un desembarco fallido de los yanquis en las playas de aquel lugar. Es más, no alcanzaron ni a arrojar la escalerilla para el inicio de la batalla.
El comandante Manuel Pineda y un grupo nutridos de muleginos, no los dejaron. Aquí en La Paz, el que enseñó el trasero fue el gobernador Francisco Palacio Mirando (es palacio sin S). En tanto en el hoy municipio de Los Cabos, se enfrentaron Mauricio Castro, Ildefonso Green Ceseña, Antonio Mijares y Manuel Márquez de León, arrojando a las tropas invasoras.
Con esto queremos decir, que es bueno recordar las efemérides, porque eso nos va a indicar que fuimos, que somos, y que queremos ser. Felicitamos al joven Félix Abraham Puppo, por su emoción y vehemencia al recordar los hechos históricos que han llenado de blasones al pueblo de México en lo general y a los sudcalifornianos en particular que nunca, nunca jamás hemos estado ajenos a los procesos históricos de este país que merece un mejor destino y una nación más humana y generosa.
En este país los susurros y las noticias vuelan. No podemos ofrecer un testimonio de la comunicación proveniente de un profesional de la medicina. Sin embargo, nos dice casi en un susurro que a su vez lo escuchó, que un general retirado expresó que es conveniente la unidad nacional.
Pueda o no pueda ser. Finalmente la libertad de expresión, a veces es libertinaje. Por eso me remití a la historia del país, precisamente hacia lo que se llama la Guerra de Reforma y la guerra de esa época se dio por algunas razones entre ellas la desamortización de los bienes eclesiásticos, la libertad de cultos, la creación del registro civil y la separación de la Iglesia del Estado.
Sin embargo fue más allá, les quitó el fuero a los militares y a los eclesiásticos. No es difícil discernir que ambas entidades se unieron para desatar una pugna fratricida a sabiendas que teníamos enfrente la intervención francesa. Lo dejamos a su amable razonamiento y como siempre será el mejor.