En la opinión de Alfredo
• Los resultados del país del norte.
• ¿Qué pasó con los latinos?
• La visión de Porfirio Díaz.
• Tendrán la palabra los países que suscribieron acuerdos comerciales.
Alfredo González González.
El día llegó. Trump se convirtió en presidente del país del norte. El escenario no es nada halagüeño y hasta el buen fin se convertirá en un solo fin.
Los insumos para nuestro caso jalados desde california, golpearán a los descamisados de este lado del río Grande y los habitantes de Florida ya preparan los churros de marihuana curados con alcohol para una serie de sesiones “recreativas”.
No concebimos que un sujeto que insultó a las mujeres, artistas, intelectuales y hasta autoridades mexicanas, muy pronto tenga en una de sus bolsas un dispositivo para activar cohetes intercontinentales.
La pregunta que no debe quedar en el tintero es: ¿Qué pasó con los latinos? El éxodo parece inminente y por cierto fue uno de los latinos que dio la declaración más certera: “Yo quisiera que fuera la señora Clinton, pero va a ser Trump, ya sabe usted, siempre, casi siempre llegan los más ligados a intereses contrarios a un sector flagelado ya anunciado por Trump y esos son los latinos”.
Y si lo anterior aconteció se necesita tener poca dignidad sino se enfrentan los problemas que ya están en camino que son de carácter nacional e internacional. Los güeros que hacen millones con industrias militares industriales se aferran al lema: En Dios confiamos y con el palo dando.
José de la Cruz Porfirio Díaz Mori le había tocado intervenciones extranjeras como la de 1862, época en que se convirtió en héroe en Puente Grande, Jalisco el día 2 de abril.
Indio puro intuía lo que vendría a futuro, por eso sus pactos comerciales los hizo con Francia e Inglaterra, lo que incomodó a la gringada de aquella época. Reflejaba la expresión de Foster Dulles que era la vocación y verdaderas intenciones de los vecinos del norte: La unión americana no tiene amigo, únicamente tiene intereses.
La premisa de los texanos otro de los territorios robados era, plantar letreros en cines y restaurantes u otros lugares públicos que decían: Se prohíbe la entrada a perros, negros y mexicanos (sic) por ello la frase de Porfirio Díaz no pierde vigencia: Pobre de Baja California tan lejos de Dios y tan lejos de los Estados Unidos.
Ante este escenario donde imperará el filo de la bayoneta, el éxodo de los inmigrantes y otros abusos contra los derechos humanos, seguramente los países que suscribieron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y países de ultramar como Francia, Inglaterra, China Continental, Japón y Corea del Sur seguramente habrán de tomar medidas, no bélicas, sino aquellas que establezcan los equilibrios para que una humanidad donde los contrastes son enormes y propias para los abusos y la rapiña hechos por la agresión bélica con armas sofisticadas.
Aquí se demostrará si México estaba preparado para una contingencia electoral donde el poder de un país cuesta más o menos poco más de 100 millones de dólares.
El escritor mexicano que por razones históricas no simpatizaba con los gringos salvo las excepciones de buenas familias y buenos funcionarios, alguna vez en un artículo rubricó algo que no debió haber parecido a los pro yanquis mexicanos: Hay quienes creen que el Hot- Dog es la ambrosia de los dioses, la coca cola el néctar y el Superman superior al Quijote de la Mancha.
Desde la ocupación de los españoles y portugueses en América latina, surgieron caudillos como Cuauhtémoc en México, Túpac- Amaru de Perú, y Atahualpa en Chile, manifestaron con bravura su oposición a los abusos y la destrucción de sus culturas.