Cimarrón en prosa
• Horas antes del nuevo año.
• Delegado del PRI: Descubre el caldo de piedra.
El suceso me lo imagino como el día 1 de enero de cada año. El nuevo fuego aparece por el Este y vuelve a admirar la grandeza de Dios. Doy un paseo en automóvil por Allende, malecón, subo por 5 de mayo hasta la México y regreso a mi hogar.
Las calles lucen solas. La Paz en eso momentos hace honor a nombre impuesto por el navegante Sebastián Vizcaíno. 2 carros parecen salir de los laberintos. Todos los paceños arropados. Evoco mis raíces paternas en el corazón de la Sierra del Bacatete, en cuyas estribaciones nació mi abuelo Alberto Miranda Aguilar, Yaqui al 50% y las raíces maternas hacia el sureste de La Paz. Esas Sierras azulosas de nuestra rancherada de la junta de los arroyos, el veladero, el ciruelón, el cañón, etc.
Allá están físicamente enterrados en cementerios que cobran vida por pensamientos y escritos vigorosos.
En muchos hogares se empiezan a alistar para recalentado. Tamales, sopa fresca, pozolada, y todos aquellos alimentos que reconcentraron sus sabores dispuestos a satisfacer el pie de ademe al nuevo año.
Surgirá la estridencia con corridos, boleros y rancheras que encenderán los ánimos, y se brindará una y otra vez por los presentes y los ausentes. Casi todos pedirán al credo pegarle al “gordo”, los más, salud. Al ritmo que avanzan las horas del nuevo año. La ciudad ya está de pie ¿Bueno? ¿Malo? Eso pasa a segundo término.
Lo importante es darle gracias a Dios por habernos permitido ver la luz del día. Este es un saludo adelantado a todos con los mejores deseos de éxitos y prosperidad, así como lealtad a la amistad y el cariño de la familia. (Lunes 26 de abril 11:00 horas).
En otro orden de cosas, el nuevo delegado del tricolor parece haber llegado con el pie izquierdo. Algunos priistas propositivos dijeron que pensaron ver descubierto el “caldo de piedra”. Su frase que fue la culminación a un regaño a la militancia presente: “Al que no le guste ahí están las puertas abiertas”, ya la había expresado Don Jesús Reyes Heroles quien alguna vez dijo: “El que por su gusto se va, por el nuestro no regresa”.
Así es que empieza con conceptos pirateados el senador. Muchos se han ido del partido y bajo esa compulsión los han aceptado de nuevo, creando una presión para llegar a puestos de elección popular, bajo la premisa de: Si no me das esto me voy del partido, en el caso de Baja California sur esto dio paso a una franquicia para que las tribus le recen a su santo y si no lo consiguen, empiezan las concertaciones debajo de la mesa.
A ciencia y paciencia de la dirigencia nacional. Conocí a un delegado de apellido Meade que en una ocasión dejó la víbora chillando, se ahorraba los viáticos porque un ex gobernador pagaba la renta del departamento y le rosaban la mano con unos centavitos. Muchos priistas nos dicen su opinión por la regañada que les propinaron pero dicen también que los sectores no han hecho caso del respeto al dirigente estatal y por favor no le echen la culpa a Mundo Salgado de estos comentarios porque es del dominio público que el mundo sectorial, su especialidad es la desbandada sectorial. No desconoce el señor delegado que la dirigencia nacional muchas veces no actúa conforme a lo correcto, suele cumplirse los caprichos como en nuestro caso de una dama que al no ser nominada a la gubernatura de este Estado, con fina inteligencia torpedeó las líneas de flotación de la nave Política.
Durante 52 años serví al partido lo mejor que pude. Todos los puestos administrativos en los que me desempeñé lo hice creo que bien, un día consideré que la institución es positiva como son todos los partidos Políticos cuando sus capitanes actúan conforme al sentir de lo que es lo correcto. Pero nuestra postura jamás obedeció a un interés personal y por ello me bajé del autobús.
Pero será necesario que alguien le diga al delegado que enfrentan en primer término a los azules quienes le volaron la barda al 2X1, al Panal un partido joven, otro que es Movimiento Ciudadano, otro más Morena, y desde luego en la cuesta arriba que se sigue el desprestigio institucional permitido por Fabio Beltrones que determinó sus decisiones en base a los caprichos de una señora.
No se puede dirigir un partido desde la capital de la República, será conveniente que escuche y se salga de la oficina y reciba las opiniones directas de la gente, y finalmente si triunfa o no, ya no es preocupación mía. Un saludo de año nuevo y aquí poco comemos el caldo de piedra.