En la opinión de Alfredo
• Para el bombazo: ¿Hay soluciones?
• El impacto va derecho hacia los débiles.
• Una Política sin actitudes confiables.
• O se arregla o será el principio del fin.
Alfredo González González.
El gasolinazo desde el día de ayer impactó en todos los rincones. Fue un bombazo que puso de manifiesto la escasa visión de los Políticos de “alto voltaje” de allá arriba.
Con elevados salarios, con residencias y automóviles último modelo, así como sus hijos estudiando en colegios particulares (incluyendo panistas) sus alforjas llenas y una que otra cana al aire, con un cuero de ensueño no se preocupan.
Fue un golpe brutal que lastima no solamente a los descamisados sino también políticamente a la investidura que siendo la potestad de la república vuelve a abrir sus flancos para que se le cuestione formalmente porque la ceguera no lleva a ningún lado.
El trallazo pulverizó al salario mínimo. Mire usted, señor lector, el kilogramo de carne está por encima de los 150 pesos, el corte de pelo de 60 se fue a 70 pesos. El aseador de calzado de 30 pesos se fue a 45 y la gasolina, esa gasolina derivado de un petróleo presuntamente nuestro que con justa razón se le ha llamado la herencia del diablo es la cereza del pastel.
El eslabón formal no habrá de pagarlo el empresario sino que hará el recorrido desde cualquier empresa al intermediario y el consumidor volverá a pagar los platos rotos.
Un plato de menudo para curar la resaca está en 80 pesos, pero dice el pequeño comerciante que un menudo completo le cuesta 1500 pesos, más la hechura y el pago de su personal.
Yo recuerdo, cuando en los primeros balbuceos de este estado de cosas el gobernador del Banco de México, un señor que por su figura se aprecia que no pasa por muchas necesidades, decía que eran simples “gripitas” cuando venía el sablazo lo tomaba a broma para decir:
La gripita se convirtió en una pulmonía. Al paso que vamos la pulmonía ya se convirtió en neumonía y si de estado del tiempo se tratara ya fuera un huracán como el Odile o los tifones que azotan las costas de Japón.
El problema no concluye en los chingadazos que nos asestaron si no en sus consecuencias del orden sensiblemente social, porque quienes pertenecemos a la clase media ya vamos hacia abajo, imaginémonos como estarán los económicamente más débiles.
Preguntamos ¿Qué van a hacer quienes viven de ese salario? Porque no les digan y les asisten sus razones que ello serán los paganos y esto se inició desde que les cayó la última paletada de tierra a los ataúdes de Mújica y de Lázaro Cárdenas, que por cierto este último construyó un monumento del Pípila en la parte más alta de la capital del Estado de Guanajuato donde aparece en la base una leyenda: “En México debería de haber una Revolución cada 50 años” (sic), aunque debemos reconocer que la violencia no es el camino.
Cárdenas como Mújica observaron con certeza el punto central del horizonte de este país. Pero también esto ha sido el resultado de lastres: La ignorancia de Fox, la happy life de Calderón Hinojosa y hoy la falta de tacto de quienes educaron en la ciencia económica o al menos pasaron frente a Harvard pero no entraron a las instituciones.
Lo anterior, al menos señala que no existe una actitud de preservar los acontecimientos. Ya empezaron a establecer los muellajes para el madrazo que nos dieron, lo hacen con tecnicismos de la alta economía, pero el albañil y el carpintero, el aseador de calzado, el pequeño comerciante está cierto que eso no se come si la poca ganancia que tenían hará que se alejen los consumidores que tenían.
Hablan de que va a haber acciones para equilibrar esta puñalada. No lo dudamos que puedan existir, pero deben decirlo con palabras que entienda el pueblo porque hay escepticismo y un aborrecimiento concentrado sobre todo en aquellos que se echaron a la bolsa miles y millones de pesos y todavía andan libres.
Yo no sé cuáles fueron las razones por las cuales no tuvieron la actitud de estar preparados para enfrentar, porque esta situación es hasta peligrosa, sobre todo teniendo allende el río grande a un animal que amenaza una y otra vez.
Para finalizar les dejamos un pensamiento: “Cuando en un país no está sujetada ni dirigida la libertad de expresión, suele desatarse una rugiente olas de protestas, puede empezar como un leve murmullo, una suave brisa, pero luego viaja y se expande hasta alcanzar la fuerza de la galerna.
Cuando se desata semejante tormenta, quienes detentan el poder deben dejar que pase o se arrodillen ante ella y es cuando el gobierno del pueblo y para el pueblo surte sus plenos efectos”. (Sic) los tijuanenses según nos llegan noticias ya iniciaron o están en plena protesta por la gasolina que a través del petróleo nos heredó satanás.