ECO PENINSULAR
• El recuerdo, la madre, la melodía inmortal.
• No te olvides de mi tierra.
• No te me olvides de mi amor.
Alfredo González González.
Sabía de su estado de salud, pero al fin humano me resistía y pedía a nuestro señor por una prórroga. La noticia si bien no fue una sorpresa, si sufrí la invasión de la tristeza infinita. Mujer de hogar, dedicada a sus hijos y al recorrido semanal a su iglesia. Chayolita Salgado de la Peña, había despertado del sueño de la vida.
Regresé el reloj del tiempo. Una joven mujer se desplaza por la 16 de septiembre y se detiene frente a una casa de madera marcada con el número 3, se introduce mientras que otra mujer madre de otro chiquillo de 3 años enfrenta a la pobreza y la vence con actos de elevado humanismo como el que practicó la señora Rosario Salgado de la Peña.
Pero, ¿quién es Chayola? Ella es originaria del Real de San Antonio. Madre de 4 hijos, Linda ya fallecida, Dorita, Cesar y Raúl Antonio. Fue parte de una familia de las más tradicionales en el Estado y su nobleza y buen corazón, las llevó hasta esa casa, portando un paquete, con unas telas de diferente color, para que le elaboraran pantalones cortos al niño de Carolina Sánchez González. Era una forma de ayudar en la economía familiar.
La madre de aquel niño conoció la estreches, pero siempre el Ángel de su guarda la protegía y una de esos ángeles se llama Rosario Salgado de la Peña. Siempre le recordó a aquel niño que jamás pagara con ingratitudes estos gestos de espíritu sublime para ayudar a los demás.
Siempre la recuerdo y la recordaré cuando escucho la melodía inmortal peregrina, del poeta Ricardo Palmerín y la Música de Luis Rosado Vega, compuesta en honor de una Bella mujer, física y espiritualmente, y cómo aunque no sea el caso de la pasión del mejor gobernador yucateco Felipe Carrillo Puerto, era del agrado d Chayolita Salgado de la Peña.
Y la melodía adentra el sentimiento e un sano amor maternal: Peregrina de ojos claros y divinos y mejillas encendidas de arrebol” y van navegando las notas hasta Yucatán y de península a península se hermanan dichas notas para elevar esa oración que lleva la rosa mística para conjugar sentimientos nobles y señalar la valía de la mujer sudcaliforniana.
“Las canoras avecillas de mis prados, por cantarte dan sus trinos y te ven, y las flores de nectarios perfumados, te acarician en la cara, en la boca y en la sien”.
Y sigue la melodía inmortal y el recuerdo de la señora Salgado de la Peña nos consolida el sentimiento de una segunda madre y nos autoriza para decir que en el mundo si hay gente buena y sensible ante las necesidades de los demás.
Es el sentimiento del cariño y aunque no fue nuestra madre biológica, su actitud frente a nuestra pobreza, la consideró para siempre jamás. Por ello cada vez más me convenzo que cada ser humano es un universo que al desaparecer, aparece una nueva estrella que ilumina la bóveda celeste.
“cuando dejes mis palmares y mis tierras, peregrina del semblante encantador, no te olvides, no te olvides de mi tierra, no te olvides peregrina de mi amor”.
Nuestra peregrina, les digo a Raúl Antonio, Cesar y Dorita, deja un legado de suprema dignidad, ustedes sabrán custodiarla con amor, con el recuerdo que hace que siempre permanezca entre nosotros. Anda mamá Chayolita, anda ve con Dios.
El cielo se vuelve a iluminar. Un nuevo lucero va a establecer con su luz caminos que nos lleven por los senderos de la concordia y el afecto, y que jamás se nos olviden las enseñanzas que nos entregaron nuestros padres para que a nuestra vez las entreguemos a los hijos de nuestros hijos.