ECO PENINSULAR
• Bienvenido señor presidente.
• Nos preocupan algunas cosas.
• Medio año para diagnosticar lo de Duarte, hace dudar.
• México es la suma de todas sus entidades.
Alfredo González González.
Para formalizar el respeto que sentimos por su persona, se hace necesario insistir sobre el legado del respeto a la potestad de la República y por tanto, se demanda respetuosamente el mismo trato. Pero queremos darle la bienvenida, porque ha sido en este sexenio donde se ha presentado el impulso de una entidad, marginada por sexenios, producto de un asfixiante centralismo que hoy a obra pública lo va rezagando dando de impulso al turismo caminos y algunos programas de beneficio social. Consideramos, que el pago por el consumo eléctrico todavía es elevado para nuestra entidad. Sin embargo nos preocupan algunas cosas que no se derivan de la actuación de la presente administración federal, estatal y municipal. No obstante como miembros del pacto de la unión, sin la mortificación y el desaseo con el que actúan fuerzas negativas ya enfrente de este puerto, en Mazatlán Sinaloa, donde prácticamente se prestan a arrebatar sus bienes a nuestros hermanos mazatlecos según nos llegan noticias alarmantes, y desde luego, prácticamente los tenemos enfrente.
Nos llena de inquietud que un caso como el que se está ventilando como el del ex gobernador Duarte, difícilmente podrá convencer a un pueblo, tal vez y aunque parezca involucra al pueblo de México en su deterioro, porque teniéndose los medios para investigar en personajes y sus actuaciones en la Política, no existen hasta este momento los testimonios convincentes y suficientes para hacer caer el mallete, de que, a todas luces la culpabilidad del Político veracruzano, será imposible convencer de su inocencia al pueblo de México.
6 meses, señor, pueden dar a muchas o a pocas conjeturas, sobre todo si en la función pública tienen los elementos anteriormente citados para analizar con la agilidad con una justicia equitativa, elementos primarios como la adquisición de bienes inmuebles y otros que fueron el deterioro del pueblo mexicano.
No soy el gran juzgador, señor, y usted, es respetuoso de la decisión de los poderes restantes, pero usted representa la seguridad nacional y la autoridad moral. No es que estemos bajo el síndrome del Dios Huitzilopochtli que palpita en todos los hampones y en ocasiones ha sido neutralizado por la Marina, Armada de México y también ha sido motivo de luto en muchos hogares mexicanos.
Con todo respeto señor presidente, 180 días aproximadamente para dar el veredicto correspondiente. Es mucho tiempo. Usted estará casi en la antesala de dejar el puesto más elevado al que puede aspirar mexicano alguno y que el pueblo le confirió y habrá y lo deseamos de corazón, no vaya, a pasar lo que dicen los chismes en los pasillos oficiales del palacio de virreyes, que no temerá en actuar como debe.
Finalmente, México es patrimonio de todos los mexicanos, eslabonados por el pacto de la unión, por ello nos preocupa con lo que sucede con nuestros vecinos inmediatos en un pueblo como el de San Felipe, BC, está parado de manos porque en realidad desconocemos a quien se le ocurrió dar el zarpazo con el agua que habrá de ser conducida a grandes depósitos a una distancia de más de 200 km al norte de San Felipe, o sea más allá del Río Colorado, para que funcione una fábrica de cerveza. Más vicio señor.
Nos inquieta, por acá, porque nos interesa también el asunto de la minería tóxica a cielo abierto, que se encuentra en un impase, y nuestro gobernador, del paralelo 29 hasta cabo san Lucas ha expresado que todas las inversiones son bienvenidas, siempre y cuando no pongan en riesgo la vida de los sudcalifornianos, cuestión que recibió el pueblo con beneplácito y que hoy lo recibe a usted como el compatriota que también ha sufrido injusticias.