ECO PENINSULAR
- ¿Sin novedad en el frente?
- Ecos del Congreso.
- Refilón.
Alfredo González González.
Sin novedad en el frente, es la expresión literaria de Erich María Remarque que narra con toda su crudeza lo observador en la primer Guerra Mundial. Sus ironías que encierran verdades contundentes y dolorosas, pero fueron sus experiencias, al final de la conflagración, pasó por Monte Carlo y jugó unos cuanto francos, sonriéndole la suerte, lo que le ayudó para elaborar e imprimir su obra que dicho sea de paso le valió el premio Nobel de la paz.
Sucesos que encalambran hasta el alma, relata que 2 soldados de diferentes bandos se encuentran en una tumba abierta protegiéndose de las bombas de fósforo. Los 2 arios. Uno de ellos metió su mano en la guerrera y el otro pensando que sacaría un arma, se avalanzó sobre él y le clavó la bayoneta de su fusil. El agresor se quedó helado cuando al sacar su mano de la guerrera le mostró la fotografía de su esposa con 2 niños. Rápidamente lo tomó en sus brazos y le pedía perdón. El moribundo le sonrió con tristeza y le dio unas palmadas en su ante brazo.
Dice Remarque que le prometió a Dios que cuando terminara ese infierno, buscaría la forma de buscar a la familia de un soldado que jamás se enteró el por qué había sido agredido por alguien a quien no le había causado ningún daño. Eso hizo concebir muchas expresiones entre la brigada a la que pertenecía el escritor. Uno decía que las guerras debía llevarse a cabo en un gran estadio con música y cohetes como su fuera un gran carnaval donde se enfrentaran los dos generales de los dos ejércitos. Y se preguntaba: Yo por qué tengo que ir a matar a alguien que no me ha hecho ningún daño y que ni siquiera conozco.
¿Pudiéramos decir con toda intención que al final del proceso electoral estableciéramos la expresión de sin novedad en el frente?
Empezaron muy temprano las descalificaciones, cantidades con dígitos, los avales del IVA, y quien sabe qué otras cosas más estarán por venir. Una pasión desbordada que inicia su recorrido por una pendiente, que a nada bueno conduce, más que no sea a la división de familias, chingadazos en las cantinas y a veces levantar testimonios ofendiendo los hogares. Sin Novedad en el frente.
En otro orden de cosas, en la sesión del Congreso del martes anterior, parecía que no habría quorum para la asamblea. Sin embargo fueron llegando los legisladores y nos percatamos que la posición de Zavala Agúndez es que no se han llenado las expectativas de seguridad. Y que no es cuestión Política. Aunque el viejo Aristóteles haya dicho que el ser humano es un ente Político por excelencia. La otra cuestión que nos llamó la atención fue la presencia de una legisladora joven, que habría que ayudarla quienes le dan asesoría para que se pueda llevar a cabo una participación con decoro y haga más ágil su lectura, lo decimos con todas las consideraciones que se merece la dama, pero fue una lectura muy atropellada y se requiere la fortaleza de sus asistentes.
Refilón…
Nos dimos la tarea de investigar las primeras expresiones de los podríamos decir, salones de baile en esta ciudad de La Paz y es posible que hayan transcurrido de eso 50 años. Recurrimos al conocimiento de nuestro amigo Raúl Olachea Lucero y nos dijo que por aquellos tiempos se oía el retumbar de los violones en 2 o 3 partes, los tonos agudos de un violín y algunos de guitarra. Al preguntarle que si cual era esos lugares donde se iba a bailar nos dijo: “El salsipuedes” “el tobillo”, “la nalga”, “el Dios te libre”, “el farito” y uno más que creo que fue el de su cosecha, “no me lo des bailando”, de este último no tenía noticia, de los otros sí. Al preguntársele que si fueron en diferentes épocas, me respondió: No dijo, había noches que se oía retumbaron el violón en 2 o 3 direcciones de La Paz. Todo eso me hizo recordar a mi compadre Fidencio Romero el viejo lanchero ya ido para siempre, porque una vez platicó que llegaron a uno de estos centros nocturnos y había un letrero que decía prohibido tirar bachichas al piso, el cual obviamente era de tierra. Al preguntársele a quien coordinaba el baile el porqué de esa disposición contestó: Es que las bailadoras no traen zapatos. Ya para terminar, Olachea Lucero dice que se llevaban bailes también en escuelas y citó la antiguamente se llamaba 48 y estaba tan compactas las parejas que no se podía dar paso y uno de esos vagos que no faltan a pecho abierto gritó: La que se tiró un pedito se anda quemando y oh sorpresa, todas las bailadoras se empezaron a tirar golpes en las asentaderas.