En la opinión de Alfredo
• Lo cortés y lo valiente.
• Señora: Le agradezco su distinción, pero no.
• La ley de los saltimbanquis.
Alfredo González González.
No odies a tu enemigo, porque ello reduce e insulta tu inteligencia. (Michael Corleone, en la obra de “El Padrino”). Aquí encajaría aquello de: Lo Cortez no quita lo valiente.
Hice el paragón para iniciar este trabajo derivado de una invitación que nos hiciera llegar la Diputa Federal, Señora Esthela Ponce Beltrán, que hasta el día lunes anterior me enteré por no encontrarme en el Estado.
Doy las gracias a la dama en cuestión, pero una de las cosas de las que no soy practicante es el ir a aplaudir o sonreír cuando no hay espontaneidad, eso es propio de los hipócritas y fementidos, claro, con sus honrosas excepciones.
Durante más de medio siglo pertenecí a un partido respetable, el cual tuve que por mi propia convicción dejarlo, porque no soy afecto de acostarme con el diablo y levantarme rezando el padre nuestro.
No tengo capacidad de odio porque ello fortalece cosas que no me parecen, pero no tengo porque dejar de apuntar, excesos de sobra conocidos y que flagelaron a este pueblo. Le agradezco que nos haya recordado, le deseo suerte, aunque el karma Político es inexorable.
Lo que no evita decir que agradecemos la gentileza de su atención.
Casi pudiera asegurar que dicho acto, que será esta mañana, estará integrado por gente respetable, pero también, habrán de colarse los saltimbanquis que al perder el gobierno el PRI, fueron a pedirle perdón al “justiciero”, solicitándole la costilla, como buitres carroñeros y que no me explico porque razón los tricolores los aceptan a sabiendas de que quien traiciona una vez, traiciona siempre.
Gente sin escrúpulos, una heterogeneidad que espanta y que no son buenos ejemplos. Y vamos a repetirlo: Ningún partido es culpable de los desmanes de quienes por su cuenta y riesgo cometieron fechoría y media. Prefiero ser un lobo solitario que darle a una institución de dentelladas en su interior.
Corría el año de 1958, cuando el profesor Fabián Abitia Beltrán, tío de un servidor por la línea paterna, me afilió al PRI municipal de Mexicali. Al salir de las oficinas me dijo: “Este es el mejor partido”. Debo decir que Abitia Beltrán fundó la CNOP en esta entidad. No sé qué hubiera hecho en la actualidad, pero pienso que me hubiera dado la razón.
Hay una palabrita, “la dialéctica”. Utilizada por primera vez por Federico Hegel que es la ley del movimiento continuo. Nada se encuentra estático, todo está en movimiento.
El filósofo la aplicó a la teoría del idealismo aunque después Don Carlos Marx la impulsó con el materialismo, sea como haya sido, aplicado a la Política, los partidos a través del tiempo la han resentido.
De acuerdo con los últimos acontecimientos, hay partidos desgastados. En el caso que nos ocupa no ha habido preocupación por formar los nuevos cuadros con jóvenes y mujeres jóvenes, porque se hizo del instituto Político una franquicia, una forma de enriquecerse despiadadamente.
No sabemos hasta dónde está hecho el hueco, lo que sí sabemos es que hay entidades donde con todo cinismo y sino pregúntele a Duarte y a Padres y a Yarrington a cuanto asciende lo rapiñado pasando por encima de los lomos de los descamisados y pisoteando su condición y dignidad humana. Gracias, licenciada, pero no. Respetuosamente.