ECO PENINSULAR
Ya empezó el baile.
La función de los gobiernos no debe cesar.
Se difunde la labor aunque no se promocionen partidos.
No se puede negar el derecho a la información.
De ateo y renegado a Guadalupano.
Alfredo González González.
A nadie, ni al ciudadano común ni a las autoridades se les puede negar e informar de asuntos de interés público. Esto lo decimos porque como es tradicional, algunas gentes aprovechan el servicio de una obra social con la finalidad de llevar agua a sus molinos.
Es obvio que simpatizantes acudan a una reunión pública, pero no en horarios que ocupen sus responsabilidades, sean las siglas que sean y los colores en igual forma.
Esto serviría para el grado de captación de la opinión popular, tengan o no tengan razón, aunque por regla general, algunos grupos no están de acuerdo con nada.
La función administrativa de los gobernantes, no debe cesar porque entonces de lo que estaba mal se haya corregido. Eso se haría en el momento que lo precisa la ley electoral, a fin de la imparcialidad del contenido electoral y ojalá lo entendamos.
En estas condiciones, la obra y sus metas no deben acallarse. Es el esfuerzo cotidiano, no se da en espera de las elecciones, sino que se lleva a cabo a través de una preparación que está en el plan estatal de desarrollo.
No son improvisaciones. Son acciones con metas y objetivos y no por el capricho de algunas gentes obedientes al triunfalismo electoral. Sin embargo, aquí cabe citar la frase del maestro Jesús Reyes Heroles: “Cuando los gobiernos actúan los partidos resienten” (sic).
La difusión cotidiana, sea semanal, quincenal, etc. A través de diferentes medios, es el compendio de lo que informan los gobernantes. Repetimos, la ley electoral tiene sus tiempos, lo demás son meras disculpas de lo que no hicieron y que desean hacer.
Si se defrauda la obra es porque así lo requirieron quienes actuaron y la ciudadanía se percató, pero además tiene los límites que hemos cometando líneas arriba, cronológicamente hablando, pero no existe ningún obstáculo para que se dé a conocer cuando es del interés general y no oportunismos rastacueros.
Concluimos pues, que no se debe ni confundir ni negar el derecho que se tiene a ser informados, y eso no es exclusivo para un solo partido.
La sorpresa que dio el controvertido canditado López Obrador, es que ahora piensa crear un “código moral”. Todo aquel que hable de moral en algún tiempo fue inmoral, malo cuando se diluyen estos dos adjetivos y perciste lo inmoral. Es hasta cómico que quien ha hecho de la política una forma de vivir, sin trabajar durante muchísimos años, ahora se quiere poner el ayate de Juan Diego: Hijos míos, es el momento de la reconciliación, pero no ha habido capacidad de explicar muchas cosas, como aquellas famosas ligas, donde Bejarano colocó un belíz ejecutivo y nadie supo después donde quedó. Hijos míos es la hora del perdón, pero tampoco puede explicar, el sentido de que el inmoral alguna vez fue moral, que es mil veces preferible que lo amoral.
Refilón:
Norma Peña, conduciendo la comisión permanente con seriedad, y las intervenciones de Diana y de Camilo, hacen la estancia en el lugar destinado para las sesiones de un ambiente agradable. Persona a quienes le siguen gentes que en forma oportuna les tiende la mano. Bien por Norma.