Alfredo González González.
Al día siguiente…
¿Cuántas vidas costó la democracia?
¿Cuántas lagrimas convertidas en torrentes,
Confundidas con las sangre de inocentes?
Sonaron los clarines del oprobio
Se desata el desborde del poder
Y la riqueza atesorada
¿Cuántas ofrendas más,
A Huitzilopochtli
Que conversa en la noche sin final
De los malditos?
Es la luna ensangrentada y un sol
Obscurecido por las babeantes fauces
Que consumen valores y actitudes
Hoy fracasos por el poder
De los sentidos
Y el cruzar del ave blanca
Clavada en vetusta cruz
De aquel Gólgota maldito
Con Caifás resucitado
Mientras judas cuenta su dinero.
Cuando las tinieblas sean interminables
Recordarán las palabras
De quien se ganó la gloria en el martirio
Y que dijo con la infinita tristeza en sus pupilas
¡No lloren por mí,
Lloren por sus hijos!