ECO PENINSULAR
• ¿Y si el que gana cumple?
• Según los politólogos se franquearía una puerta.
• Muchas interrogantes a menos de una semana.
Alfredo González González.
Dos preguntas surgen referente al evento del próximo domingo que es el proceso electoral correspondiente al 2018.
El proceso electoral se había limitado hacia la última década del porfiriato para que los presidentes duraran 4 años en el poder y se pudieran realizar las limitantes para conjurar los mandatos prolongados que dan paso a las dictaduras.
La reacción, no fue una sorpresa ya que el presidente Díaz Mori apuntaba hacia un sistema que después lo subrayó como: No me alboroten la caballada y mátenlos en caliente. Desde ese inicio hasta el nacimiento del plan de San Luis Potosí y hasta el encontronazo de carrancistas con Villistas, y de ahí, hasta la decisión de Plutarco Elías Calles de mantener un Estado de instituciones. Costó a este país, más de un millón de personas.
Hoy no se puede negar que existen, diversas opiniones y que llegan a la población, a contrapelo de lo que antes sucedía, donde las elecciones terminaban como el rosario de Amozoc. No podemos decir que ahora todo es miel sobre hojuelas, pero tampoco podemos afirmar que hay más avances en cuanto a la libre expresión y más competitividad.
La presencia de diversos partidos a través de compartimientos hacen competir a 3 corrientes: Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade. En una primera fase construye una democracia incipiente y aunque debamos decirlo, ya se salpicó de sangre, dolor y frustración, aunque esto no debe ser el limitante para pugnar lo que diversos ideales marcan para este país en materia Político-Electoral.
Por su parte Andrés Manuel López Obrador, éste, aspira al país de las oportunidades y José Antonio Meade por la continuidad del progreso, 3 cartas, dos de ellas con presencia más continuada en elevados niveles y una, Anaya, que representa una juventud inconforme dentro de la institucionalidad.
Leíamos la pregunta el domingo anterior, aparentemente sencillo, simple, pero con un fondo para analizarse, la cual establece: ¿Y si el que gana cumple?
Sería lamentable que el que tiene que defender y llevar los propósitos, se le cerraron los caminos, por ideal satanizado. ¿Qué sacrificios se harían, si el que gana cumple? Bien, los ahora de contestar esas preguntas, son aquellos que eleven sus ideales a la máxima potencia, que su capacidad de la elocuencia, haya convencido a las mayorías, para que así, a la hora de establecer compromisos o exigir sus cumplimientos, sea la mayoría de votos las que avalen las autoridad por las que se hicieron acuerdos, convenios, y se lleve la fiesta en paz de lo contrario la responsabilidad no cumplida, tendrá que pasarnos facturas a todos los mexicanos, porque no es el capricho “institucional” y mucho menos cerrar los ojos antes los problemas que es urgente su solución, o bien, que el país de las oportunidades, la continuidad del progreso y el que pugna por construir, no tuvieron la suficiente cantidad de argumentos para lograr los objetivos que se trazaron.
Hoy estamos ante una nueva oportunidad, porque si no es así, cuál es el papel que jugaron los independientes y cuáles serían para que en próximas ocasiones, estos tuvieran mayores probabilidades de situarse a las cabezas de las simpatías.
La pregunta sigue todavía en el aire: ¿Y si el que gana cumple? Entonces valdría decir que tendrán que ir preparándose para lo que habrán de enfrentarse en 2030, porque para bien o para mal el pueblo deberá ejercer su autoridad como peticionario por los que ganaron la elección debe ser de apoyo y la continuidad para seguir enderezando muchas cosas que hace 6 años también hay que reconocerlo estaban peor que ahora. Y dejamos constancia de que esto no es culpa de la nueva generación de que tienen más flancos los priistas, porque la nueva generación de estos colores no es culpable de todas estas erratas lo que no le resta a tributos a quienes dentro de ese partido buscan su nominación y la conquista por el poder.