ECO PENINSULAR
Alfredo González González
Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Una tarde del 23 de marzo, caía para no levantarse el hombre que representaba la esperanza de este país: Luis Donaldo Colosio Murrieta. Después de Cárdenas del Rio, la revolución concluía la amputación de sus alas.
Un día antes me tocó platicar con él en un área especial de conocido hotel de la zona costera y me pregunto: ¿Y a Usted que le inquieta, profesor?, habíamos asistido un grupo de periodistas, directivos de medios electrónicos gráficos. Cuando me llegóel turno, le expliqué que la emisora cultural, fundada en el sexenio de Alvarado Aràmburo tenía un transmisor de 10, 000 whats de potencia, una distinción que no a cualquier entidad se le otorgaba.
Sin embargo, la orografía de la entidad, hacía chocar su señal con las serranías pero como el mar era un vehículo extraordinario, nos escuchaban en diversos lugares de Sinaloa y de Sonora, no así en lugares como San José del Cabo y varias poblaciones del Sur y ya no se diga del norte de nuestra entidad.
Le explique de acuerdo a las indicaciones de Ricardo Nájera Carrillo que las condiciones que privaban nos impulsaban hacia que la señal de la radio, la autorizaran para subirla al satélite Morelos e instalar una repetidora en la sierra de Arce, por Loreto para que irradiara todo el norte de la entidad y otra en la sierra de la Laguna con dispositivos elementales como, un receptor y un transmisor con las facilidades para prender y apagar al final de las transmisiones.
Se me quedó viendo y me dijo, profesor: va a tener su señal en el satélite y además vamos a instalar esas repetidoras, pero ya no se pudo. Después vinieron otros adelantos electrónicos y hoy la radio se escucha en la mayor parte del Estado, sintonizando el 1050 del cuadrante.
El de Magdalena de Kino, Sonora, llevó bien su campaña. Sin embargo, debió arreciarla porque los celos empezaron a aflorar, el conflicto de Chiapas y las alusiones que sintió de cerca el siempre mal recordado Carlos Salinas de Gortari. Esto se agudizó sobre todo cuando su potente voz se escuchó diciendo: “Yo veo a un México sediento y hambriento de justicia, de libertad”. En ese momento los kukluzcanes nopaleros fueron tocados por el candidato tricolor.
Uno de los más “afectados” fue Camacho Solís a quienel rostro se le contrajo cuando es nombrado secretario de la SEP. No lo pudo ocultar. Su soberbia llegó a tal grado que lo comisionaron a la solución del problema Chiapaneco, repuso a un reportero a pregunta expresa, “me voy a Chiapas a jugármela por la paz”.
Hubo detalles como el hecho de dejar al homicida que se acercara en Lomas Taurinas a unos centímetros del candidato cambiando así el rumbo de nuestro país. Tanto el mayor de la sota y otro, eran los responsables de la seguridad. Algo falló. Uno o dos años después creo fueron ascendidos al grado mayor.
Hubo cuestiones tan elementales como omitir los cordones de seguridad que instalan despuésde un suceso de esta magnitud. La superficie en la que fue el lugar de los hechos, antes de 24 horas se había convertido en pavimento.
Muchos hechos que pasaron inadvertidos y que están muy lejos de ser coincidencias. El colmo fue que Ernesto Zedillo Ponce de León, a la sazón coordinador de la campaña y siendo la gira con destino a Mexicali, B.C., su lugar de nacimiento, se negó a asistir y posteriormente se convirtió en el candidato suplente de Colosio. Zedillo se eligió como Presidente de México y a la postre entregó el país a los azules.
Cuando se llegó con el féretro al auditorio Plutarco Elías Calles, del PRI, uno de los asistentes le tiró un sillazo a Salinas De Gortari. Pese a que fue una sola toma efímera, fue captada por la cadena CNN, la transmitieron durante algunas horas.
Hoy al tiempo, hay quienes escriben pero omiten los detalles más elementales y valiosos. Colosio Murrieta había tratado de destapar con autoridad justa los males de México que por cierto, aún persisten.
Cuando Cárdenas tuvo que enfrentar Plutarco Elías Calles, con calma fue haciendo cambios en las zonas militares y cuando el Sonorense se alcanzó la puntada de darle 24 horas al tata de Jiquilpan, éste lo expulsó del país y con la muerte de Colosio, las alas de la revolución se desplomaron.
El pensamiento de este día:
“CUANDO LA REVOLUCIÒN SE CORTÒ POR DOS OCASIONES SUS ALAS”.