ECO PENINSULAR
Alfredo González González
Recordando a mi madre biológica, Carolina Sánchez González y a quienes me amamantaron: Sarita Tuchman, Sarita Delgado, Aurelia Payèn y Angelita Mayoral.
El día de las madres se instituyó en nuestro país cuando el periodista Rafael Alducin Bedolla, fundador del periódico Excélsior, realizó una invitación para que se propusiera un día para festejar a las madres. Se instituyó con esta convocatoria que el día sería el 10 de mayo. Inició en 1922 (SIC).
Mucho se ha hablado de la grandeza de este día, porque se festejan a todas aquellas mujeres que nos dieron la vida en la que ha brillado en muchos casos la gratitud o también la ingratitud de quienes arribamos a este mundo. Esa grandeza de proteger y cuidar en el seno materno al nuevo ser durante un espacio de 270 días aproximadamente y después del parto, iniciar la educación para que el recién nacido, inicie el proceso del aprendizaje y logre adecuar sus labios a las glándulas mamarias.
Alguna corriente indígena llamaba al planeta tierra la Pachamama que literalmente significa portadora de frutos. Félix Alberto Ortega Romero decía que nuestra tierra era brusca, ardiente, indomeñable, pero dulce y tierna con sus mejores hijos. Así lo vimos con quienes conocimos en la agresividad de la flora y de la fauna, de la majestuosidad de la sierra que siempre ofrecieron la forma de sobrevivir en una geografía en la que parecía que iba a predominar la ley de un determinismo geográfico.
Sin embargo, esto fue vencido no solamente por la fuerza espiritual de nuestras mujeres, sino también porque la tierra es buena, fecunda, como una madre. Amantísima, como también es la madre de madres que se llama patria que quiere decir la tierra de nuestros padres y madres.
Hemos visto en el transcurso del tiempo a quienes en un día recuerdan lo que han olvidado durante todo el año. Música, ebriedades, arrepentimientos tardíos. Mañana será otro día. Cuando se nos van, hay que mantenerlas vivas en el recuerdo, orar por ellas y acudir a aquel salmo que logró preservar el apóstol San Juan donde Jesús decía: “búscame en el mar, en el cielo, en las estrellas, debajo de las piedras en la zarza ardiente y en la conciencia de las buenas obras y ahíme encontrarás”. No requiero de palacios suntuosos que son una ofensa a la desgracia.
El día de las madres es mucho más que el día que le cargamos la mano con la comilonas a la anciana, celebración en la que a veces terminan como el rosario de amozoc. La madre es un ser infinitamente extraordinario, honrémosla todos los días defendiendo a los débiles compartiendo lo poco que tengamos y que la fecha no sea el pretexto de un consumismo que degrada cuando no traemos segundos calzones. Feliz día y todos los días a las madres de Baja California Sur, de la República y del mundo.
En una ocasión un lector airado, que no le pareció un comentario de un servidor, me escupió la cara lo siguiente: “mire, ¡usted no tiene madre!” .Le respondí: no te equivoques te voy a contar algo que pocos saben. De recién nacido, la leche materna no resultócompatible con mi organismo. Desde aquel momento me siento agradecido con aquellas mujeres que estaban en el periodo de crianza y deseo mencionarlas como un gesto de gratitud. Ellas generosamente me amamantaron: SARITA DELGADO DE ROMERO, SARITA PAYEN DE TUCHMAN, AURELIA PEDRÌN DE PAYEN Y ANGELITA MAYORAL DE OSUNA. Me platicaría mi abuelita ARCADIA, madre de mi padre y mi madre biológica, CAROLINA SÁNCHEZ GONZÁLEZ, que iba de teta en teta, única forma de sobrevivir. Cuando tuve uso de razón, de alguna forma y circunstancia saludaba a la maestra Sarita de Delgado quien me impartió clases en tercero y cuarto de primaria, a Sarita Payèn de Tuchman y a Aurelia Pedrín a Angelita Mayoral, no la llegué a conocer.
Retomando el comentario del lector airado, le dije: “yo no tuve una madre, tuve CINCO. Creo que el que no tuvo mamá, fuiste tú porque por tu forma de comportarte eres producto de una inseminación artificial”.
Que esto sea un homenaje a quienes compartiendo el alimento, un alimento vital, como es la lecha materna, lo hicieron con el único interés de demostrar la fraternidad entre las mujeres sudcalifornianas.
El pensamiento de este día:
“DIOS TE SALVE MARÌA, LLENA ERES DE GRACIA, BENDITA ERES ENTRE TODAS LAS MUJERES Y BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE JESÙS.