ECO PENINSULAR
Alfredo González González
Contratar no es empeñar criterio.
A. J. Cronin y Más allá del silencio.
Será esta la última intervención sobre el despido despectivo que dieron a las personas que cubrían la publicidad del Congreso del Estado. Lo vamos a hacer en función de que existe una atonía, sin previos avisos o los tamaños suficientes para convocar a los veintitantos comunicadores y como lo manda la norma, darles las gracias.
Desde luego, con toda reciprocidad, regresa la gratitud a quienes hicieron énfasis en este despido, dando la impresión de que son intocables o infalibles. ¡No señor!.
Somos seres humanos, pero el periodismo es una tarea tan noble que existe el mandato legal de la obligatoriedad de hacer las aclaraciones pertinentes cuando así se nos solicite, con la observancia de la misma extensión de la réplica y en el lugar que se publicó. Pero siguieron el atajo que les permitió no tener un encuentro cara a cara a quienes les cortaron el oxígeno.
Así lo dijeron o lo hicieron sentir los “notables”, encabezados por Don Esteban Ojeda y por otros que estamos investigando…. Arrieros somos y no es porque en lo personal esté dolido sino porque vamos a insistir. Hay personas como Armida Torres Valdez, José Montaño, JoséLuis Licona, y Manuel Cadena, entre otros, que tienen medios modestos, así lo entiendo, los que no lo entienden son aquellos que creen que eternamente van a tener el alto honor de representar la voluntad soberana del pueblo. Referente a mi modesta persona, NO LOS NECESITO PARA NADA, pero, si debemos insistir que se use un buen criterio para los camaradas antes mencionados y por favor, también, solicitamos que nos tengan al tanto del ahorro sustancial que se hará con el NO pago, de veinte o veinticinco periodistas, para que la mejor carta de presentación sea la transparencia para que estén a salvo de cualquier suspicacia.
En otro tema, momentos son propicios para hablar un poco de la obra de Archivaldo Cronnin. Se trata de un escritor crítico de los sistemas británicos como lo explica en la obra, Más allá del silencio, en la que cuestiona la aplicación de la justicia en Inglaterra.
Se trata de un joven estudiante que hurgando entre documentos de su familia, se llevó la sorpresa de que su nombre carecía de apellido paterno, lo que le causó problemas al momento de ingresar a la universidad. De forma inmediata, se dirigió a su mamá solicitando una explicación.
La madre, tuvo que hablar con la verdad y le reveló que su señor padre había estado involucrado en el asesinato de una dama.
Estaba en prisión cumpliendo una condenado a cuarenta años, de los cuales, ya había compurgado veinte. El joven, consultó en una hemeroteca el caso. En la página correspondiente, se encontró con que su juicio tenía cabos sueltos. La duda lo llevó a consultar a abogados ya ancianos y todos ellos convergieron que había existido parcialidad en el fiscal de la corona y que el juez en turno, había desviado la equidad y los valores de la justicia.
Se dedicó el joven a contactar a uno de los reporteros de un conocido diario londinense y desataron una campaña que llamó la atención de los lectores. A través de suscripciones, solventaron los gastos generados para una investigación de este tipo y solicitaron la reapertura del expediente.
Alguien en una taberna dijo conocer al imputado y opinó que se había cometido una injusticia. Sugirió que consultaran en el Club de los Delfines Verdes, donde se concentraban los ciclistas. Ahí, encontraron datos más precisos ya que los integrantes de dicho club contaban con información más precisa al grado de que se comentaba a voz en cuello que el autor material del crimen había sido EL FISCAL DE LA CORONA.
Se abrió el caso y ganaron el juicio, gracias a la tenacidad de un hijo y a la inteligencia de un periodista.
El pensamiento de este día:
Dice Cronin a propósito de todo esto: “en un país donde no está sometida la libertad de expresión, marcha armónicamente. Pero, cuando la letra impresa se siente amordazada, sus efectos se muestran como un suave murmullo, como un leve susurro, después viaja y se expande con la fuerza de la galerna. Cuando se desata semejante tormenta, hay que dejar que pase, so pena de verse arrastrada por ella. Es cuando el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, surte sus plenos efectos.