ECO PENINSULAR
• Nadie quiere que le vaya mal a México. • Formas y fondos, señores asesores. • No disculpe a rapiñeros ni a nepóticos. • Diputados: Trabajan para el pueblo. Que no se moleste nadie.
Alfredo González González.
Falta a la verdad quien diga, que muchos (periodistas), desean que le vaya mal a México, porque el presidente no acepta el análisis crítico y respetuoso hacia la figura presidencial. Esos son los lame botas tradicionales que seguramente lejos de estimular a Andrés Manuel López Obrador, seguramente lo avergüenzan, ya que el periodismo en sus diversas presentaciones, son el contrapeso para que el ejecutivo federal, sepa lo que se le oculta y uno de los cánceres mayores es el del nepotismo que ha combatido el tabasqueño, lo cual se lo pasan por el arco del triunfo y ha proliferado esta situación que hasta el sur de nuestra península ya se presenta casos de recomendados o parientes de quienes vinieron a representar a Don Andrés Manuel.
Somos ciertos que si le va mal al presidente, le va mal a México. La contienda electoral ya pasó. Podemos diferir en diversas cuestiones, pero civilizadamente podemos ser adversarios, pero no enemigos, porque, hay legisladores locales que después de meter el pie hasta el tobillo sin ningún sentido común, se empiezan a culpar mutuamente, con los que no tuvieron que ver en el último affaire representado en la cámara estatal.
Por otro lado, en política de altos rangos, las formas son fondos parafraseando al maestro Jesús Reyes Heroles. En la situación de las conferencias mañaneras, o en algún acto de corte popular, al menos se debe saber los asesores de los temas medulares a tratar y orienten trazando previsiones que no puedan dejar bien parado al presidente. Hace algunos días el ejecutivo federal refiriéndose a los efectos que tiene la memoria histórica, expresó líneas más, líneas menos: “Como dijo Cicerón, la historia es la maestra de la vida”.
La frase anterior la expresó precisamente el padre de la historia, llamado Heródoto. Cambiando la autoría López Obrador dijo que la había expresado Cicerón, como una atenta aclaración éste último dijo: “La fuerza es el derecho de las bestias”. Algo así como la que practican con el fuero algunos diputados locales, con sus honrosas excepciones.
El tabasqueño, querámoslo o no, es el jefe del Estado mexicano y si su voz se va a escuchar en toda la nación y dado de quien se trata no se le permiten seguidamente errores de dicción.
Hoy que se combate el nepotismo, es irónico que todavía existan quienes no tengan el oído receptor, cuando López Obrador no permitiría que familiares u otros parientes inclusive compañeros de lucha usen las representaciones para trazar rumbos a futuro y ya hay más de un familiar colocado en las nóminas del sur de la entidad. Ya lo veremos.
La anécdota de este jueves:
Se trata de lo acontecido en el sexenio cardenista. La expropiación petrolera del 18 de marzo de 1938, al expropiarse el petróleo y echar fuera las compañías inglesas y norteamericanas, la intriga palaciega de los güeros soltaron el borrego de que Cárdenas había rescatado el patrimonio nacional de acuerdo con el presidente Roosevelt, con la finalidad de hacer desmerecer esta actitud patriótica.
Cárdenas que se había intuir cuál era la intención ordenó se organizara una recepción en la embajada de México en el país del norte. Con tal motivo se usaron los servicios de una dama muy bella de finos modales y con el dominio hasta de 4 idiomas.
Su misión era la de trasmitir en actitud misteriosa de que una comisión del alto mando alemán había concertado una reunión con autoridades mexicanas, para pedir la autorización para penetrar por territorio nacional e invadir a los invencibles sajones a cambio de ese paso y el auxilio con el petróleo, devolverían la alta california, Nuevo México, Texas y Arizona. El hecho cobra vigencia después de algunos años, ha insinuado perversamente a través de un sobre que no contenía más que una de las locuras de Trump.
Finalmente la misión de aquella dama tuvo éxito y unos días después cesaron las sutiles intrigas donde Cárdenas había cedido en algunas cosas porque mansamente aceptamos la expropiación. Hasta ahorita se desconoce el contenido del sobre de Trump, al menos yo, que puede ser una de las jugadas clásicas, pero no por eso menos pervertida como se hizo o trató de hacer en el pasado.
Los güeros nos aporrearon,
queriendo matar la ilusión,
en el año 38 desestimaron la expropiación,
pero madre nos dejamos.
Dijo el ranchero ladino,
al evitar un conflicto,
de esta salimos invictos,
¡ah cabrones se zurraron!