ECO PENINSULAR
• Prado entrega obras. • Interactúa con el fondo minero y las tres instancias de gobierno. • ¿Sufragio efectivo y no reelección?• El versito y la frase.
Alfredo González González.
Hay quienes desean mover los tapetes políticos. Al edil Prado Bautista le conocimos como diputado y el otro homólogo era Cota Katzenstein, únicas voces en aquel tiempo en el Congreso del Estado. Con un magnifico antecedente fue tras un ayuntamiento, pero fue torpedeado por fuego amigo.
Tuvo paciencia y en el segundo intento lo logró. Un territorio municipal restringido económicamente, ha sabido interactuar con el fondo minero y las instancias estatal y federal y proporcionalmente la participación de Mulegé. Alguna vez me dijo: “Mire maestro, la mejor política es la del trabajo”. Es más, me dijo, el trabajo en equipo fortalece el espíritu republicano. En cuanto a los calificativos, solo le recordamos una expresión latina que reza: “el águila no caza moscas”.
En otro orden de cosas, desde que desaparecieron de los documentos que señala el camino de la democracia, invocamos al último laboratorio social de 1910. Al reelegirse diputados locales, federales, y algunos ediles, muchos temimos y lo seguimos haciendo que también estén fraguando la reelección presidencial.
Pero los mexicanos somos muy precoces con estos asuntos de la política y aun cuando AMLO haya afirmado públicamente que no buscaría la reelección, sinceramente NO SE LO CREEMOS.
Lo del sufragio efectivo a no reelección, es pan blandito su desaparición. Aquí vale recordar, las palabras del general zapata, cuando francisco Villa se sentó por curiosidad en la silla del águila. Zapata le dijo: “No se siente, general, porque dicen que esa silla está embrujada, cambia a los hombres”.
Porfirio Díaz, era uno de esos ebrios de poder y habiendo sido un soldado defensor de la República traicionó sus ideales. Durante sus más de 30 años de mandato, construyó el Palacio de Bellas Artes, todo un monumento a la belleza arquitectónica, pero mezclando eso con asesinatos y despojo de tierras y haberse convertido en dictador, se cumplía la sentencia, del guerrillero sureño, debió haber habido algo malo en la silla presidencial porque lo echó a perder.
El Plan de San Luis Potosí,
Previó la no reelección,
se avecina la reacción,
Y prender los focos rojos.
No somos país de arios,
ni de levita ni capa,
aunque firme ante notario,
no le creemos ni papa.
Del anecdotario popular, guardamos en nuestra memoria la de un pescador que tenía una esposa que era un lamento permanente. Un día le dijo: Mira tiburcia, la próxima vez que te estés quejando por alguna otra cosa que no tengas razón, me voy de aquí. Al día siguiente empezó el lamento de todos los días. El hombre de mar empezó a echar sus arreos de pesca a la embarcación. Se despidió y le dijo: Bueno Petra, ya no nos veremos jamás. Adiós. A medida que avanzaba la nave se oía que gritaba: Qué voy a hacer con la colegiatura de los niños, le contestaba el pescador: Ahí le haces como quieras. Así fue dándole respuestas a la despensa, al vestuario y a todos los gastos. Por un olvido, la señora se había vestido rápidamente y en su aceleramiento se olvidó de ponerse ropa interior. Cuando le hace la misma pregunta desesperadamente y en un reflejo queriéndole llamar la atención se levantó el vestido y le dijo al esposo: ¿Y con esto qué voy a hacer? Tiburcio fijó la mirada a donde debía y le dijo bueno Petra, por esta vez te voy a perdonar.