ECO PENINSULAR
Alfredo González González
Rosario Robles cayó en la trampa.
Es demasiada la sed de venganza.
La más grave es de crimen de Estado de Luis Donaldo Colosio.
¿Quién mató a obregón? Shhh.
No hay una forma adecuada ni lugar a propósito para mezclar la pasión con la política, después no es que nos interese la vida privada de las personas y menos de la señora Rosario Robles, lo que nos llama la atención es el ataque encarnizado, porque culpable o no, ningún chayotero pudiera tener la patente de corzo para el ataque sistemático cotidiano contra la ex secretaria de Desarrollo Social. Sigo pensando que un juez, debe reflexionar sobre las acciones a desarrollar, si el principio todavía en debate sobre que si lo justo es legal o lo legal es justo.
Pudieran ser los mismos antecedentes para preparar el montaje por Carlos Salinas de Gortari, quien sabía de lo que era capaz Colosio, así no le convenía que fuera su sucesor. Y que mejor que el títere de Ernesto Zedillo Ponce de León, que sabía de partidismo lo que yo sé de hebreo y el paso final era dar el acceso a Vicente Fox y para acabarla de amolar, los militantes de diversos partidos políticos andaban a greña y algunos de más arriba, hicieron su agosto en diciembre.
Listo el escenario, se armó el tinglado para representar a los artistas como Dolores Padierna, René Bejarano el de las ligas, Enrique Peña Nieto con la bendición de Carlos Salinas de Gortari y Andrés Manuel López Obrador.
Lo anterior nos hace suponer, que las mayorías, no intuían los acuerdos que se tomaban entre diversos credos y colores. Cuando se obtuvo el triunfo, Vicente Fox pintó un panorama muy bonito. Luego se inició el periodo de Felipe Calderón, un desastre tras otro. Posteriormente, Enrique Peña Nieto, porque a toda esa prole, le convenían ciertos compases de espera.
Para desaparecer a Colosio y para impulsar a Zedillo Ponce de León fueron necesarios, los pezonobantes de la política nacional quienes tomaron la decisión de dirigir intelectualmente este magnicidio. Una serie de vicios de origen, uno de los más señalados, es el lugar donde se llevaría a cabo el mitin. Se trataba de una colonia miserable con chatarra de automóviles viejos, lo cual obligó al de Magdalena de Kino, a treparse en el capacete de un carro viejo. Otra de las cosas que se apuntan fue el hecho de que el arma en el supuesto caso de que hubiese existido el llamado “asesino solitario” nunca se encontró. No obstante, el Procurador General de la República, gozaba de prestigio intachable.
Sin embargo, tuvo en sus manos los casquillos de dos armas. Si deducimos que el primer impacto era cuestión de segundos, no le hubiera dado tiempo al que disparó a la cabeza para bajarse a la altura de las piernas de la víctima. Se afirma, a través de un audiovisual que mientras musitaba una mea culpa, el funcionario en cuestión, arrojaba por un segundo piso un par de casquillos de calibre diferente. Lo más pavoroso fue que el verdadero Aburto fue secuestrado y desaparecido y el otro, fue señalado como culpable. Si bien es cierto que el parecido era extraordinario, el oficial federal de Tijuana, reparó en que uno de ellos era unos cuantos centímetros más alto, lo que establecía un impacto espantoso. La mente que germinó todo esto solamente se consigue en un cerebro perverso y diabólico.
En consecuencia, salieron otros nombres a la luz, como Manlio Fabio Beltrones, Manuel Camacho Solís, porque “el francesito” de Córdova, puso distancia con un acto aberrante.
La llamarada de Colosio se apagó. Podían descansar credos y colores, que habían sacrificado a este país y para acabarla de culminar llegan otros, que en año, no se le han llevado más que como plañideras y cada 24 horas, el que prometió mucho, muy poco es lo que ha cumplido.
Algunas cosas ya no nos deberían preocupar. También mataron a Francisco I. Madero, a Emiliano Zapata a Francisco Villa y Don Álvaro Obregón. Como un ejemplo, cuando alguien peguntaba: quién mató a Álvaro Obregón? Y con esa ironía tan exacta, contestaban: ¡ cállesee la boca!.
Pensamiento del día:
La expresión popular cuando se empieza a calentar el cotarro es: ¡ Ay reata no te revientes que es el último jalón”, o bien “ ahora es cuando, chile verde” le has de dar sabor al caldo. Sufragio efectivo, no reelección.