ECO PENINSULAR
Alfredo González González
Rosario Robles: linchamiento público.
Es saña o vendeta es para echar humo.
Sirve para una campaña adelantada.
No sabemos si nuestros lectores de redes, salvo las excepciones, se han fijado en la candela que le están propinando a la señora Rosario Robles. No dudamos que hayan existido irregularidades impropias de todo servidor público de este rango, debe haberlas.
Nos fijamos en un pie de fotografía con leyendas como: ¿ahora si chayito estas asustada?, o bien, cómo te sientes?. Aplica la estrategia de los morbosos amarillistas, lo que le da una emoción enfermiza para decir lo que les manda su ronco pecho, convirtiendo el sagrado derecho a la información de una serie de adjetivos deleznables y hasta engolan la voz y casi braman cuando se dirigen a una mujer, que al parecer resultó ser la niña de los azotes, pero ¿y los demás?, No disculpamos que tengan que enfrentar lo que a ello le corresponden, pero ¿y Carlos Salinas?, ¿ Zedillo?, ¿Beltrones? ¿Bejarano?, ¿la autoría intelectual del crimen de Estado de Colosio?, ¿Fox?, ¿Bartlett, al que se le cayó el sistema? Si va a existir imparcialidad, deben de ser sometidos a juicio o ¿a éstos hay que aplaudirlos?.
Lo anterior, fue un combate entre dos bandos: unos que cargaron con todas las culpas, pero se cebaron con la señora Robles Berlanga y la otra, pudiéramos llegar a la terrible conclusión de que la zarzuela de tercera como cuando Francia en 1862, organizó la triple alianza y al referirse un mexicano de aquella época a las tres flotas, diría, tan cabrones son los pintos como los colorados.
Parece ser que estamos jugando a los peones del ajedrez político. Se ven jinetes en el cielo bien armados donde los gritones tienen un estribillo y gritan vivas a una República “amorosa” y ésta hubiera opacado a la República platónica. La otra carambola es la “mañanera” donde los vocablos, neoliberalismo, corrupciones, huachicoleros y desde luego, el desgaste sociopolítico, con o sin razón de la señora Robles, van preparando psicológicamente al pueblo para la próxima campaña presidencial. Ojalá los asesores presidenciales analicen que son 120 millones de mexicanos, si a esto le restamos los votantes, todavía quedan noventa y ya hay encontronazos entre los mismos morenistas.
Según la información de nuestras fuentes, hay dos millones de militantes morenos que se separaron de la militancia, no hay coincidencias con el sector empresarial, ni con los banqueros. Deben de sopesar todas estas cuestiones, porque como decía un receptor de los Yanquis de Nueva York, YogiBerra, en el béisbol, el juego se acaba hasta que se acaba.
Preguntaría un conocido analista político al Presidente: ¿análisis crítico o lisonja?, le preguntó a AMLO. Si no atacas al viejo sistema, es corrupto. Si alabas al actual que no anda al 100%, tienen la razón. La equidad estriba en reconocer lo positivo y combatir los yerros, no al ser humano. Por ejemplo, nos gustó a muchos, el festejo del grito de independencia en el zócalo. Doble gusto porque uno de los eventos que hace converger a las multitudes es el del 15 de septiembre, a dónde asisten pintos, colorados, pobres y ricos porque es el común denominador de la identidad nacional. Entre todo esto, la seguridad no es concreta. Las prioridades, hasta últimamente las enfrentaron con solicitudes de medicamentos infantiles a Francia.
Pero hay una cosa que flota en el ambiente y se llama desprestigio sistemático, cuyo objetivo no mal pensado en mentes maquiavélicas, preparan los escenarios por adelantado, ya Noroña echó su cuarto al de espadas, porque la seguridad que tiene la ha convertido en soberbia e insolencia. Uno de los ejemplos, y había mucha razón, fue el del General Douglas MacArthur, cuya popularidad, valentía y lealtad, así lo fortalecían.
Sucedió un fenómeno muy curioso, ni en su estado natal ganó las elecciones primarias. Si esto sucedió con MacArthur que era un hombre de respeto, pues Noroña, siendo una persona capaz e inteligente, con hábil manejo de palabras, se demerita ante la exhibición de quien deja su curul o escaño para ir a remeter a un metro a quien esté en desacuerdo con él. En síntesis es una mezcla de destellos, donde se topan la patanería y las más elementales normas parlamentarias. No es más ético o equitativo el gritón o el insolente.
La píldora Guaycura de este día:
Guaycura en la obra Vocablos Indígenas, del autor sudcaliforniano, amigo y maestro Gilberto Ibarra Rivera, aparece un vocablo que se pronuncia remeraqui que significa ranchería Guaycura.