Eco peninsular
Alfredo González González
Periodista tamaulipeco con pantalones enfrentó a AMLO.
Queda demostrado que el Sr. Presidente no tiene el don de la ubicuidad.
Que se sancione a los culpables, pero no con politiquería.
El debate civilizado, no ofende.
Un periodista tamaulipeco, enfrentó con respeto al tlatoani mexicano porque estando este a unos cuantos kilómetros de distancia de una comunidad en decadencia, no la visitó.
Unas cien personas que habitan en el lugar ya indicado, pasan por terribles necesidades, por falta de alimentos, medicinas y un techo que los cobije. Queda claro por una parte, que el jefe del Estado Mexicano, no puede estar en todas partes. De aquí se desprende que haya asesores, salvo honrosas excepciones que valgan para maldita la cosa.
Pero también, el presidente ha informado esta situación, bien que la puede resolver, porque si al paisanaje tabasqueño le condona doce o más millones de pesos, por no pagar el consumo de energía eléctrica, valdría la pena de ir en auxilio de esta familia que vive en pobreza extrema.
También, queda demostrado que el Ejecutivo Federal, no posee el Don de la ubicuidad, misma razón por la cual, sus representantes de zona, deben de hablarle con la verdad, con la crudeza de los casos, porque todo esto en lo que se pone en juego la condición y dignidad humanas. Don Andrés Manuel, ha sido insistente en un estribillo: primero los pobres, estamos de acuerdo. En lo que no coincidimos es en que hay gentes que no son nada pobres y nadan en abundancia, no precisamente bien habida.
Todo esto es la resultante de formar coordinadores de aquí y de allá, sin perfiles humanistas, equitativos, que sientan el valor de los connacionales, para que le planteen con toda sinceridad el drama que a diario se escribe en varias latitudes de este país. Seguramente, los que han colaborado, los descendientes de Alibaba y los cuarenta ladrones. Si personalmente quiere constatar cada uno de los casos, no tendrá tiempo de afrontar la problemática nacional.
Por otro lado, de ninguna manera la crítica propositiva que se le hace al presidente conlleva inquina. Es más, somos los primeros en simpatizar para que se castigue a los culpables de los latrocinios, sin chivos expiatorios, como el ataque sin piedad a una señora, Rosario Robles, que no hemos dicho que no tenga que ver en pecadillos capitales pero que llama la atención que los lamesuelas presidenciales, tres veces al día, le tunden y jamás vemos una crítica constructiva en aspectos en los que ha fallado.
Por ello decimos que para conformar un buen equipo de trabajo, se deben de reunir perfiles, pero tal parece que tomaron del montón y que se pagaron facturas electorales. Los señores asesores o la gente de mayor confianza del presidente, deben de mostrarle lealtad y mostrar esa lealtad es no andar lamiendo testículos, sino hablarle con la verdad, porque de nada sirve de que usted esté contento, pero engañado. Preferible es, que lo caliente el coraje por tenerlo desinformado, que vivir contento, cargando sobre su espalda el rechazo popular.
Con referencia al debate, sobre todo en los asuntos parlamentarios, diputados y senadores, deben de hacerlo de acuerdo con la estatura del cargo. Da pena ajena que no han iniciado ni siquiera la aplicación de un lenguaje adecuado, no perfumado, pero respetuoso. El convencimiento no se da a majaderías, tampoco presiones verbales, ni siquiera citando a los otroras secretarios de estado para que en la propia casa se les ofenda y minimicen.
Se puede decir lo mismo con cifras y estadísticas que con un lenguaje roñoso como el de Noroña o el de una dama que cree estar filmando una película del oeste y se presenta empistolada al senado y les rubrica con muchos calzones: ¡yo no les tengo miedo cabrones!. Les puede decir que no son símbolos de atemorizamiento, y que el arma, siempre será opacada por la frase del autor del Quijote: “jamás la pluma, embotó la espada”.
Así las cosas, el Presidente tiene muchos problemas internos y por si fuera poco, el inefable Trump, compulsiona con los aranceles. Pronto, si es que si no ya, estará frente al poder judicial del senado de la República, donde los demócratas, exhibirán documentación de su interacción con las autoridades rusas. Veamos que resulta.
El pensamiento de este día:
Dice un principio profundo: nada puede ser y no ser al mismo tiempo. Tan claro como afirmó, quien expresó: las aguas de un rio, no vuelven a pasar por el mismo sitio.