ECO PENINSULAR
• Jueves de anécdotas y de reflexión. • Don Valente Andrade, buen orador. • Premisas de AMLO: No mentir, no matar, no engañar. • ¿Será que van a justiciar a Salinas?
Alfredo González González.
En una ocasión, los limpiabotas de la época estando en funciones un general, le organizaron una convivencia en la desaparecida huerta de Diodro Ramírez. Los coordinadores se organizaron para obsequiarle una caguamada. Don Jorge S. Carrillo, a la sazón dueño y director del periódico “Baja California”, se auto invitó.
Para antes que decir el homenajeado era una persona que gustaba de Hosannas en grado superlativo. Siempre portaba una grabadora portátil ya que gustaba de volver a escuchar los conceptos inflados, los cuales escuchaba a solas y se enchinaba como un guajolote.
Pues bien, después de desfilar uno tras otro, personas de buen verbo, que fueron algunos, llegó Don Jorge al lugar de la fiesta ya con media navaja adentro, expresando simultáneamente: “Yo también quiero hablar” y eso fue lo que más o menos dijo:
¡Oh! Servidor público que nos has venido a enseñar los mecanismos de la economía para reorganizarla. Todos los que estamos aquí te idolatramos por ese trato a los contribuyentes. Prócer de la amabilidad y de la tolerancia, pero por qué no sacas un boleto de ida y sin regreso para que ya no regreses, currucu hijo de la tiznada. Nada más se escuchó un clic donde cerró la grabadora.
En otro tema, una de las personas célebres en las fiestas patrias era Don Valente Andrade Rosseau, quien dicho sea de paso tenía un hermano llamado Francisco que dirigía un periódico llamado “El noroeste”. Don Valente era un extraordinario orador. Prácticamente era el caballito de batalla para estas efemérides. Tradicionalmente se llevaba a cabo una tertulia en el teatro Juárez y ahí se esperaban con inquietud el desarrollo del festejo.
El público estaba inquieto. Los descamisados los subían a gayola, la gente acomodada en luneta. Los que estaban en la parte superior del teatro, ya empezaban a dar muestras de ansiedad y ya se notaba una que otra trompetilla entre esta respetable asistencia.
Una joven le dice a otra: Mira ahí está ese mentado chunique, ese que está orinando al señor pelón. La interlocutora le expresó: Ejele, ejele, fue el mismo que viste orinando y al verle el feroz armamento te cambió el color de los ojos, como los tiene Lis Taylor. ¡Ay tú! Cómo serás. Ándale, ándale desde entonces nos e te quita el brillo de los ojos y nomás lo ves y te poner nerviosa.
Anunciaron a Don Valente y empezó el rey de la oratoria:
Eran las 11 de la noche cuando el sol reverbereaba. Una voz aguardentosa se escuchó, sería la luna, baboso. Don Valente reiniciaba el discurso, eran las 11 de la noche cuando el sol reverbereaba. Serían las estrellas tarugo. Se escuchó la potente voz de Don Valente y expresó: Me refiero al sol de la libertad hijo de tu atarantada madre. Inmediatamente se cerró el tema.
En algunas intervenciones del señor presidente de la República. Hace del conocimiento de quienes pertenecen a su parroquia política, que es una persona cristiana, humanista, no acostumbra a mentir. Casi rezaba el decálogo entregado en el Sinahí a Moisés. La antítesis surge. Y no por el prurito de molestar. Vivir en una república amorosa, no es retirando servicios indirectamente como es el ejercicio sagrado de la medicina.
En el caso específico del ISSSTE, es un fondo extrañamente político y personas sean pensionados o jubilados que recienten por la carencia de medicamentos y profesionales de la medicina son los que pagan las consecuencias. Podemos coincidir que quienes cometieron el ilícito de poner fuera de balance a la institución, fueron los de arriba. Porque el ISSSTE tiene buenos médicos y hubo mejores tiempos en el suministro de medicamentos.
Hemos sugerido que se les de vuelta a esos y a otros y les incauten todo lo robado, pero parejitos todos, sean del color y las siglas que fueren. Pero si nos sacamos la responsabilidad siendo que lo corrijan quienes lo cometieron, hay una prioridad, es una urgencia enfrentar el problema de salud por el que atraviesan niños y ancianos porque ha pasado todo un año en estar acusando a los mismos. ¡Ya! a calentar cemento. Pero no trabaja, en estos aspectos.
Cuando se es auténtico como cristiano, como humanista, es básico que el responsable de toda una nación ataque los problemas de inmediato, en tratándose cuando esté en juego la vida del ser humano. Podríamos anotar otro de los grandes errores, es de que luego, luego se sube al ring, y llama a los periodistas perros diciéndoles: Son los que muerden la mano después que yo fui el que les quité el bozal. En todo caso será el que ha observado el artículo séptimo de la constitución.